La Industrialización en Gran Bretaña y Alemania

Gran Bretaña

La Primera Nación Industrial

Gran Bretaña, conocida como la primera nación industrial y comercial del mundo, experimentó un declive en su primacía después de 1870 frente a otras naciones que se industrializaban rápidamente.

Bases de la Prosperidad Temprana

Los tejidos, el carbón, el hierro y la ingeniería fueron las bases de la temprana prosperidad de Gran Bretaña.

  • En 1880, su producción de hilos y tejidos de algodón superaba a la del resto de Europa.
  • En la industria siderúrgica, alcanzó su máximo relativo alrededor de 1870 al producir más de la mitad del hierro colado mundial. Sin embargo, en 1890, Estados Unidos le arrebató su primacía y Alemania experimentó un fuerte avance a principios del siglo XX.
  • Respecto al carbón, Gran Bretaña mantuvo su liderazgo en Europa, con una producción de carbón per cápita dos veces mayor que sus principales rivales europeos, Bélgica y Alemania.

Tecnología e Impulso Económico

En cuanto a la tecnología, se pueden buscar los orígenes en las tres industrias ya mencionadas:

  • La textil necesitaba constructores y reparadores de máquinas.
  • La siderurgia producía las suyas.
  • La industria del carbón necesitaba bombas de extracción eficaces y transporte barato, lo que dio como resultado la máquina de vapor y el ferrocarril.

La demanda extranjera, tanto dentro como fuera de Europa, de expertos, equipos y capital británicos proporcionó un fuerte estímulo a toda su economía.

Evolución de la Industria Naval

La evolución de la industria de construcción naval pasó de la vela al vapor y de emplear madera en la fabricación de los barcos a utilizar en primer lugar hierro y más tarde acero. En 1870 empezó a predominar el vapor, en la década de 1850 el hierro y en la de 1880 el acero.

Ritmo y Alcance de la Industrialización

Sin embargo, pese a tan notables logros, el ritmo y el alcance de la industrialización británica no deberían exagerarse. Hacia 1851, y quizá todavía hacia 1871, la gran mayoría de los obreros trabajaban como artesanos en talleres pequeños. Gran Bretaña alcanzó la cima de su supremacía industrial en las dos décadas que van de 1850 a 1870, con un producto nacional bruto un 2.5% menor que su media de todo el siglo y sustancialmente inferior al de Estados Unidos y Alemania, y en términos per cápita, al de Francia.

La industria textil se resistió durante mucho tiempo a la introducción de máquinas de hilar y tejer.

Alemania: El Último de los Primeros

De Nación Agraria a Potencia Industrial

Alemania, el último de los primeros países industrializados, fue una nación pobre y atrasada en la primera mitad del siglo XIX. Políticamente dividida y sobre todo rural y agraria, su desarrollo económico se vio frenado por la escasez de transporte y vías de comunicación, así como por las numerosas divisiones políticas con sus sistemas comerciales y monetarios independientes.

En vísperas de la Primera Guerra Mundial, el Imperio Alemán unificado era la nación industrial más poderosa de Europa. Poseía las industrias más modernas y grandes del continente para la producción de hierro, acero, energía eléctrica, maquinaria y productos químicos. Su producción de carbón de piedra solo era superada por Gran Bretaña y eran importantes fabricantes de cristal, metales no ferrosos, tejidos y otros bienes manufacturados. Además, contaba con las redes de ferrocarril más densas y un alto grado de urbanización.

Tres Periodos de Industrialización

La historia industrial alemana se divide en tres periodos:

  1. Desde principios de siglo hasta la formación del Zollverein en 1833.
  2. Un periodo de imitación consciente que duró aproximadamente hasta 1870, donde se pusieron los auténticos cimientos de la industria, las finanzas y los transportes modernos.
  3. Un último periodo, donde Alemania accedió a la supremacía industrial en Europa Occidental, posición que hasta la actualidad sigue teniendo.

El Zollverein y la Unificación Económica

En 1818 se sentaron las bases de la unión aduanera alemana al decretar una tarifa arancelaria común para toda Prusia. Con el deseo de aumentar la eficacia de la administración y el rendimiento de los impuestos, los estados pequeños rodeados de territorios prusianos se unieron, creando en 1833, junto con los países más grandes del sur de Alemania, el Zollverein.

El Zollverein logró dos cosas:

  • Abolir todas las fronteras y tarifas aduaneras internas, creando un mercado común alemán.
  • Establecer un arancel exterior común fijado por Prusia.

Posteriormente, lo que comenzó el Zollverein (una economía alemana unificada) lo consolidó el ferrocarril, que se expandió a gran rapidez por la rivalidad entre los distintos estados.

Crecimiento Industrial y Sectores Clave

La clave de la rápida industrialización de Alemania fue el crecimiento de la industria del carbón, impulsada por los yacimientos del Ruhr.

  • La producción alemana de acero superó la de Gran Bretaña en 1895 y en 1914 ya era más del doble.
  • Los sectores más dinámicos de la economía alemana fueron aquellos que producían bienes de equipo o productos intermedios para el consumo industrial.
  • Los agricultores, alentados por la nueva literatura química agrícola (un invento alemán), empezaron a demandar fertilizantes artificiales y pudieron aplicar la tecnología más reciente a una industria que cambiaba velozmente.
  • La industria eléctrica creció aún con mayor rapidez que la química. La demanda se vio impulsada por la urbanización alemana, extremadamente rápida, al mismo tiempo que la industria crecía, dándole un estímulo añadido. Las primeras utilizaciones importantes de la electricidad fueron la iluminación y el transporte urbano. A principios del siglo XX, los motores eléctricos rivalizaban con los de vapor y estaban desplazándolos en todos los campos.

Grandes Empresas y Cárteles

Es importante destacar que una característica notable de las industrias química y eléctrica, al igual que la del carbón, el hierro y el acero, era el gran tamaño de sus empresas. Además, en la estructura industrial alemana se notó el predominio de cárteles: convenios o acuerdos entre empresas nominalmente independientes para fijar precios, limitar la producción, repartirse los mercados o dedicarse a prácticas monopolizadoras y restrictivas de la competencia.

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