Causas de la Primera Guerra Mundial
La Formación de las Alianzas Internacionales
La mayoría de los países europeos formaban parte del sistema de alianzas entre Estados. Estas alianzas, que desembocaron en la Primera Guerra Mundial, se empezaron a forjar a instancias de Alemania, en la época del canciller Bismarck. Entre 1870 y 1890, Bismarck promovió unos sistemas de alianzas internacionales que obedecían a la búsqueda del predominio alemán en la política continental europea, la creación de un bloque de potencias con centro en el Imperio Alemán y la contención de los enemigos de Alemania.
Con estos objetivos, el canciller Bismarck primero negoció la Liga de los Tres Emperadores, una alianza entre los tres grandes imperios conservadores. En 1879, Alemania y Austria firmaron la Doble Alianza, que comportó también la ratificación de un acuerdo alemán con Rusia, mantenido en secreto. Se firmó la Triple Alianza entre Alemania, Austria-Hungría e Italia, que fue uno de los ejes de la política internacional hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, en 1914.
El Imperio Ruso se vio amenazado por el aislamiento y reorientó su política exterior hacia la alianza defensiva con Francia, que también deseaba este acuerdo para hacer frente a las posibles amenazas de la Triple Alianza. Se llegó a un acuerdo francorruso en el que se establecían las cláusulas de una ayuda mutua en caso de amenaza militar alemana o austriaca.
Gran Bretaña y Francia superaron sus rivalidades coloniales y llegaron a un acuerdo que se llamó Entente Cordiale. Gran Bretaña estableció unos pactos con el Imperio Ruso que ponían fin a los enfrentamientos por cuestiones coloniales en Asia. De este modo, a la vieja Triple Alianza entre Alemania, Austria-Hungría e Italia surgió una Triple Entente entre Gran Bretaña, Francia y Rusia.
Los Enfrentamientos Coloniales
La Conferencia de Berlín, en 1885, había intentado establecer medidas de acuerdo y arbitraje entre los imperios, pero cuando aparecieron nuevos países en la escena, al iniciarse el siglo XX, los conflictos volvieron a desencadenarse. Las hostilidades entre imperialismos rivales tuvieron entonces como escenario el norte de África.
Alemania estaba dispuesta a no dejar perder la ocasión de aumentar su imperio, ya que había llegado relativamente tarde al reparto colonial y sus posesiones no podían compararse con las francesas o las inglesas. La primera crisis marroquí tuvo lugar en 1905. El gobierno alemán ofreció su apoyo al sultán de Marruecos para que pudiera resistir las presiones francesas. El mismo káiser Guillermo II llegó a desembarcar en Tánger, en medio de una multitud que le aclamaba, para mostrar su apoyo al sultán.
Con el fin de resolver el conflicto, se convocó la Conferencia de Algeciras, que frustró las aspiraciones alemanas al establecer un protectorado franco-español sobre Marruecos. Alemania protagonizó una segunda crisis marroquí. Con motivo de una insurrección en el sur de Marruecos, aunque Gran Bretaña se puso incondicionalmente al lado de Francia, la presión alemana acabó consiguiendo la ampliación de su colonia de Camerún a cambio de abandonar Marruecos.
Las Crisis Balcánicas
Estallaron tres crisis sucesivas en los Balcanes. El primer foco de tensión, con la excusa de reducir la agitación eslava, Austria-Hungría se anexionó Bosnia-Herzegovina, un territorio que administraba desde 1878. Este hecho, que provocó la cólera de Rusia, temerosa de la expansión austriaca, fue el origen de las guerras balcánicas.
La Primera Guerra Balcánica
Para no perder su papel protagonista en la zona, el Imperio Ruso apoyó la creación de una Liga Balcánica, que agrupaba a Serbia, Bulgaria, Grecia y Montenegro, para atacar a Turquía, obligándola a abandonar sus últimos territorios europeos (a excepción de Constantinopla) y a reconocer la independencia de Albania.
Segunda Guerra Balcánica
Enfrentó a los serbios, que contaban con el apoyo de otros estados de la zona, con los búlgaros. La Paz de Bucarest confirmó a Bulgaria como la gran perdedora, pues tuvo que ceder territorios a diversos países, y a Serbia como la gran beneficiaria de la zona, al obtener importantes compensaciones territoriales.
El Desarrollo del Conflicto
El Estallido del Conflicto
El 28 de junio fue asesinado en Sarajevo el heredero de la corona austriaca, el archiduque Francisco Fernando. El atentado fue realizado por un estudiante bosnio relacionado con los grupos nacionalistas serbios. Como consecuencia de esta acción, y animada por Alemania, Austria decidió anexionarse Serbia, acusada de organizar el atentado, y le declaró la guerra, esperando que el resto de las potencias se mantendrían neutrales.
Pero no fue así, ya que a partir de ese momento se puso en marcha el juego de las alianzas entre potencias y en una semana toda Europa entró en guerra. Rusia se puso al lado de Serbia y declaró la guerra a Austria. Alemania declaró la guerra a Rusia y a Francia. La invasión de los ejércitos alemanes sobre la neutral Bélgica hizo que Gran Bretaña interviniera en el conflicto al lado de sus aliados rusos y franceses y declarara la guerra a Austria y Alemania.
La rapidez con que se desencadenó el conflicto y la convicción en cada país de que los responsables eran los adversarios alentó la movilización de los ciudadanos para acudir a los frentes de guerra y estimuló la unión de todas las fuerzas políticas en las denominadas Uniones Sagradas, con el objetivo de dar a los gobiernos el apoyo necesario para hacer frente a la guerra.
Guerra de Movimientos y de Trincheras
En el momento en que se inició la guerra, los Imperios Centrales gozaban de importantes ventajas. Pero la necesidad de mantener la guerra en dos frentes (francobritánico y ruso) les obligaba a obtener una victoria rápida. El plan alemán preveía un ataque rápido contra Francia entrando por Bélgica y Luxemburgo. En seis semanas, Francia habría de capitular y los Imperios Centrales podrían dedicar todo su esfuerzo al frente ruso.
Al principio, las previsiones se cumplieron: los franceses intentaron atacar Alemania por Alsacia, pero a los pocos días tuvieron que retroceder derrotados. Mientras, los ejércitos germanos avanzaron sobre Bélgica e invadieron Francia sin encontrar resistencia. Se encontraron a 40 km de París cuando los ejércitos franceses, reorganizados, consiguieron parar el avance de los alemanes en la batalla del Marne.
La Guerra de Trincheras
Fue dura y larga, y llegó a convertirse en el símbolo de la Primera Guerra Mundial. En el frente occidental, el conflicto alcanzó su punto álgido en la batalla de Verdún, iniciada por los alemanes con el objetivo de romper el frente aliado. Pero los soldados franceses soportaron, durante más de cuatro meses, los embates de las tropas alemanas sin ceder. También los aliados intentaron una ofensiva en el Somme, pero no tuvieron éxito.
En el frente oriental, la defensiva rusa sorprendió a los alemanes, pero rápidamente la bloquearon con el empuje de sus ejércitos comandados por Hindenburg.
La Mundialización del Conflicto
La intervención de Italia al lado de los aliados abrió un nuevo frente para Austria-Hungría, que conseguiría, después de dos años de duros combates, una importante victoria en Caporetto. La entrada del Imperio Otomano y de Bulgaria al lado de los Imperios Centrales trasladó el conflicto a los Balcanes. La intervención de otros países, como Japón, al lado de los aliados, no supuso modificaciones decisivas en la contienda.
A medida que el conflicto se alargaba, la participación de los territorios coloniales fue tomando importancia. Además, las colonias ofrecieron recursos económicos y mano de obra para sustituir y auxiliar a las destrozadas economias europeas. La guerra también se extendió a los mares. Es cierto que la única gran batalla naval convencional se saldó sin vencedores ni vencidos y no tuvo demasiada importancia. Pero la aparición de la llamada guerra submarina extendió el conflicto a los océanos.
El paquebote británico Lusitania, que transportaba ciudadanos estadounidenses, fue hundido por un submarino alemán. Estados Unidos, que era neutral, protestó enérgicamente. Alemania declaró que todos los barcos que se dirigieran a puertos británicos serían atacados. El presidente Wilson anunció la entrada de Estados Unidos en el conflicto junto a los aliados, declarando la guerra a los Imperios Centrales. Dos millones de soldados fueron enviados a combatir en Europa y toda la potencia industrial estadounidense se puso al servicio de la guerra y de los aliados.
El efecto de la entrada de Estados Unidos explica el vuelco que experimentó el conflicto, cuando los Imperios Centrales no pudieron resistir el embate aliado.