La España del Siglo XVIII: Reformas Borbónicas e Ilustración

1. Cambio de Dinastía y Guerra de Sucesión

A la muerte de Carlos II, surgieron dos pretendientes a la corona española: Carlos de Austria y Felipe de Anjou. Existían dos limitaciones: las coronas de España y Francia no debían unirse en una misma persona, y se debía mantener la integridad de los territorios españoles. Con el fin de enfrentarse a Francia, se construyó la Gran Alianza de La Haya, formada por Austria, Gran Bretaña y Dinamarca, a la que más tarde se unieron Portugal, Saboya y Prusia. Los miembros de la alianza declararon la guerra a Francia, apoyando a Carlos de Austria como rey.

Fue una guerra de todos contra Francia. En España, los partidarios de Felipe V y Carlos se enfrentaron en una guerra civil. Felipe V, atacado por los ingleses, se vio en dificultades y tuvo que abandonar Madrid, donde entró Carlos. A la muerte de Leopoldo I, le sucedió José I como emperador de Austria, pero a la muerte de este, Carlos se convirtió en emperador. Esto hizo que los austriacos perdieran interés por el conflicto español.

Se firmó la paz con la Paz de Utrecht y los acuerdos de Rastatt, lo que puso fin a la guerra y conllevó el establecimiento de un nuevo mapa político europeo. Los beneficiarios fueron Austria y Gran Bretaña. La gran derrotada fue España, que tuvo que ceder casi todas sus posesiones, lo que marcó el inicio de su declive.

2. El Absolutismo Borbónico

En el orden interno, se implantó un absolutismo centralista y uniforme, lo que conllevó la abolición de los fueros de los antiguos reinos. La nueva dinastía centró sus esfuerzos en la renovación interior y en restaurar el prestigio perdido.

2.1. Decretos de Nueva Planta

Se inició una nueva forma de entender el Estado. En los reinos derrotados (Aragón, Valencia, Mallorca y Cataluña), se implantó una nueva organización de la monarquía, basada en la monarquía absoluta castellana, muy centralizada. Esta nueva forma se articuló mediante los Decretos de Nueva Planta, que suprimieron el gobierno propio de estos reinos.

La organización siguió el modelo de las instituciones castellanas, con influencia francesa. Los virreyes fueron sustituidos por capitanes generales. Las audiencias se encargaron de los asuntos judiciales y de asesorar a los capitanes generales. Los intendentes se encargaron de fiscalizar la administración del territorio. En todos los reinos se implantó un sistema de contribución única, basado en la recaudación de una cantidad fija. Estos cambios contribuyeron a la modernización de la economía.

2.2. La Administración Centralizada

La idea de un absolutismo ilustrado triunfó en las monarquías europeas. Para los políticos ilustrados, el Estado debía ser el promotor de los cambios que se necesitaban para restaurar el poder de España. La característica principal de este periodo fue la centralización política y la homogeneización de las instituciones.

Una serie de secretarías se encargaron de los asuntos de gobierno. Las Cortes desaparecieron, a excepción de las castellanas. Se generalizó la implantación de los capitanes generales y las audiencias. Para el gobierno local se creó el cargo de corregidor, que nombraba entre las élites urbanas a los regidores que le ayudaban en el gobierno. Los reyes intentaron disminuir el poder de la Iglesia.

2.3. Reforma Fiscal

Se tendió a la centralización de la recaudación de impuestos y hacia una modernización del sistema fiscal. Solo las provincias vascas y Navarra siguieron con su autonomía fiscal.

3. Política Exterior

La nueva dinastía dio un viraje radical a la política internacional española. Con Francia existía ahora un parentesco, y el enemigo principal era Gran Bretaña. Felipe V se orientó a la recuperación de los territorios perdidos por el Tratado de Utrecht.

Hasta la muerte del rey, se propició la aproximación a Francia, que se plasmó en la firma de los Pactos de Familia con los Borbones franceses. Carlos III recuperó Nápoles y Sicilia, y Felipe obtuvo el ducado de Parma y Plasencia. Su objetivo fue contrarestar el peligro de la flota británica, pero no dieron resultado, y en el reinado de Fernando VI se adoptó una política más neutral y pacífica.

El tercer Pacto de Familia llevó a España a participar en guerras junto a Francia contra Gran Bretaña. En la Paz de Versalles, España derrotó a Gran Bretaña y recuperó algunas de sus pérdidas. Durante el reinado de Carlos IV, la política pasó del enfrentamiento con Francia a la alianza.

4. América en el Siglo XVIII

El siglo XVIII fue para las colonias españolas en América un periodo de crecimiento económico. Su población aumentó y se produjo un mayor esplendor urbano. Comenzó la exportación de grandes cantidades de productos tropicales. Esto dio origen a burguesías urbanas ricas y cultivadas. Los criollos comenzaron a sentir simpatía hacia las ideas liberales que habían defendido los líderes de la Revolución Estadounidense.

5. Economía y Sociedad en la España del Siglo XVIII

5.1. Expansión Económica

España continuó siendo un país rural. Se produjo un periodo de crecimiento de la producción agraria y una extensión de las tierras cultivadas. Los métodos de cultivo todavía eran tradicionales, y se seguía utilizando el barbecho. La propiedad de la tierra se concentraba en manos de la Iglesia, la nobleza, los municipios y la Corona.

La estructura de la sociedad impedía el crecimiento de la producción, ya que gran parte de la tierra estaba en manos de la Iglesia como propiedad amortizada. Algunos intelectuales, como Olavide y Jovellanos, quisieron reformar las estructuras agrarias. Había familias que también se dedicaban a la pesca, que cubría las necesidades proteínicas de la población.

La industria siguió siendo artesanal. Se mantenía el orden gremial. Comenzaron a aparecer formas diferentes de producción industrial, como la concentración de capital y mano de obra en un edificio. Algunos ejemplos fueron las manufacturas reales. En algunos casos, la iniciativa privada impulsó la construcción de fábricas.

El comercio fue la principal ocupación económica de los ilustrados y el sector que más creció en este siglo. Los decretos de libertad de comercio autorizaron a los puertos españoles a comerciar con las colonias americanas.

5.2. Población

Se produjo un importante crecimiento de la población, sobre todo en la zona mediterránea. Esto supuso un predominio de la periferia sobre el centro. Las causas del aumento fueron demográficas (más natalidad, menos mortalidad y emigración) y las mejoras higiénicas, así como el crecimiento de la producción agrícola, que permitió alimentar a la población.

5.3. Cambios Sociales

La sociedad española del siglo XVIII se encontraba a medias entre una sociedad estamental y una sociedad de clases. Persistió la desigualdad ante la ley, aunque se estableció la compatibilidad entre trabajar y ser noble. La diferencia también se daba entre quienes trabajaban y quienes vivían de las rentas. Frente a los privilegiados, la mayoría de la población eran campesinos. La España del siglo XVIII era una sociedad en transición.

6. La Ilustración en España

El triunfo del pensamiento ilustrado tuvo su reflejo en España. Algunos intelectuales asumieron los principios de la Ilustración: humanismo, racionalismo y reformismo. La plenitud de la Ilustración se produjo con Carlos III, que intentó reformar diversos aspectos de la sociedad española. La política y el pensamiento se fundieron en personajes como Campomanes y Jovellanos.

A finales de siglo, el pensamiento ilustrado entró en decadencia. El deseo de regenerar el país pasaba por mejorar instrumentos básicos como la enseñanza. Surgieron academias para uniformizar la cultura a través de normas. La enseñanza fue promocionada por las Juntas y Consulados de Comercio.

La Ilustración se plasmó en una serie de logros en los campos de la ciencia, la cultura y el arte. En la literatura, se pasó del Barroco al Neoclasicismo. El artista más destacado de este periodo es Goya.

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