La Revolución Industrial en Gran Bretaña: un análisis del cambio tecnológico y económico

1. DESARROLLO INDUSTRIAL

1.1 Concentración Industrial

Hacia 1750 existían en Gran Bretaña importantes concentraciones industriales. Liverpool y Glasgow se convirtieron en entornos naturales para el desarrollo industrial basado en la elaboración del azúcar, el algodón o el tabaco.

Las regiones en las que el precio de oferta del trabajo, por causas de las escasas oportunidades agrícolas, ofrecían ventajas industriales dependían del desarrollo de un mínimo sistema de transporte que hiciera posible esta clase de especialización agrícola.

Entre las economías externas más poderosas están la creación de una infraestructura que beneficiara a las industrias de nueva implantación. La industria textil era, sobre todo, una industria rural; los procesos eran cada vez más realizados en grandes talleres.

El desarrollo de las regiones industriales incrementó la demanda de alimentos hacia las regiones agrícolas mejor dotadas.

En conclusión, la Gran Bretaña tradicional mostraba un complejo modelo de concentración industrial. Este modelo contribuyó a determinar la distribución de las nuevas industrias.

1.2 El proceso de cambio: Industria algodonera

Fue la industria que más creció en los inicios de la Revolución Industrial. Ello se debió a razones de demanda y de oferta.

La producción de tejidos requiere de estas operaciones: hilar, tejer, lavar, blanquear y colorear.

El hilado se hacía con ruecas manuales o con tornos de pedales. Los hilos se tejían en pequeños telares que se movían manualmente. Las telas se lavaban y suavizaban mediante sustancias orgánicas. Los tejidos se blanqueaban exponiéndolos al sol durante días y para tintarlos se utilizaban sustancias animales o vegetales.

La industria textil estaba organizada mediante el Verlagssystem o Putting out system (los comerciantes compraban la materia prima, distribuyéndola entre los hogares campesinos y pagando a hiladores y a tejedores un tanto por pieza. Luego pasaban los tejidos a artesanos a quienes adelantaban las sustancias orgánicas necesarias para lavar, suavizar y colorear, pagándoles también por piezas. Terminado el producto, los comerciantes se hacían cargo de su transporte y venta).

Innovaciones tecnológicas:

  • Lanzadora volante: John Kay
  • Spinning Jenny: James Hargreaves
  • Water Frame: Richard Arkwright
  • Mule Jenny: Samuel Crompton
  • Telares de energía: Edmund Cartwright
  • Máquina de vapor: James Watt

La nueva maquinaria obligó a pasar del Verlaggsystem al sistema fabril. El sistema fabril hizo que los costes y precios de los tejidos descendieran, provocando una crisis en el Verlaggsystem. Los trabajadores a domicilio encontraron empleo en fábricas y otros quedaron en paro, lo que explica la aparición del ludismo, un movimiento de destrucción de máquinas.

La evolución de las importaciones de algodón en Gran Bretaña:

  1. Operaciones industrias auxiliares.
  2. Intenso proceso de urbanización.
  3. Crecimiento del transporte y de los demás servicios.

Los efectos de arrastre aumentaron la demanda de hierro dulce necesario para construir maquinaria de hilar y tejer y para construir barcos con los que importar algodón y exportar tejidos.

1.3 La industria siderúrgica, el carbón y el ferrocarril

Después de la del algodón, la industria que más creció durante la Revolución Industrial fue la siderúrgica.

Las innovaciones en la siderurgia lograron solucionar los problemas más significativos de la industria:

  • Escasez de carbón vegetal: se sustituye por coque.
  • Utilización de energía hidráulica: se sustituye por vapor.

Las características del Método Cort:

  1. Se utiliza solo carbón mineral.
  2. Mejora la calidad del lingote de hierro británico.
  3. Unificó operaciones de pudelación, martilleo y laminación que hasta entonces se hacían por separado.

Hubo que recurrir a nuevas formas de organización en la siderurgia:

  1. Manufactura: trabajo en cadena en un gran edificio donde distintos grupos de obreros realizaban con sus propias manos una sola fase de producción.
  2. Protofábrica: gran edificio dividido en talleres, bajo la supervisión de un patrón, los herreros trabajaban con pequeñas herramientas conectadas a una máquina de vapor central.
  3. Verlagssystem: forma de organización que conecta varios talleres de herreros.

Entre 1760-1830 la demanda de hierro se dispara debido al cambio tecnológico en la agricultura, la urbanización, la industria del algodón, la minería, los astilleros y los elevados gastos militares del Estado. Entre 1830-1850, se produce un incremento más elevado de la demanda del hierro gracias a la construcción del ferrocarril. Esto provocó economías de aglomeración en la siderurgia.

  1. Crecimiento hacia atrás de industrias proveedoras de insumos y utillaje.
  2. Crecimiento hacia delante de la industria de bienes intermedios y de bienes finales.
  3. Impulso a la urbanización y al sistema de transportes.

Efectos de arrastre: aumento la producción de otros sectores: minería del hierro, minería del carbón, puertos, canales, astilleros, canteras, ferrocarriles y metalurgia.

1.4 El crecimiento de la producción industrial

El proceso de la Revolución Industrial no fue rápido ni se realizó de forma automática. Las nuevas tecnologías y el sistema de fábricas fueron adaptados de forma gradual solo por el algodón, el hierro y las máquinas herramientas. En el periodo de 1800 a 1830 aumentaron los mercados exteriores; las exportaciones industriales llegaron a representar el 35% de las exportaciones. Las guerras revolucionarias y napoleónicas en el continente mermaron las posibilidades de otros países y reforzaron la posición británica.

2. EL COMERCIO Y LA POLÍTICA BRITÁNICA

El aumento de la producción agraria e industrial y de las exportaciones e importaciones exigió nuevos medios de transporte. Se produjeron tres innovaciones. La primera fue la construcción de una red densa de carreteras que se construyeron mezclando piedra, chatarra y arcilla para hacerlas más resistentes. La segunda innovación fue la construcción de una red de canales. La tercera afectó al comercio exterior, porque los viejos barcos fueron sustituidos por los clippers, buques también de vela, pero con un diseño que permitía doblar la velocidad sin disminuir sustancialmente la carga.

La primera locomotora la inventó en 1804 el británico Richard Trevithick. George Stephenson construyó entre 1814 y 1829 varios modelos de locomotoras, una de las cuales, la legendaria Rocket, logró alcanzar los 47 km/h. El ferrocarril moderno era un medio de transporte rápido, barato y fiable, transportaba grandes volúmenes de mercancías y permitió vertebrar el comercio interior, favoreciendo la formación de grandes empresas capitalistas.

El uso de la energía de vapor en el transporte marítimo tardó más en generalizarse. Durante la primera mitad del siglo XIX, aparecieron barcos con ruedas de palas movidas por vapor, que resultaron eficaces en los ríos. Los primeros buques de hierro dulce aparecieron en 1830. Los nuevos medios de transporte contribuyeron de modo muy relevante al crecimiento económico: permitieron mayores economías de escala, mayor velocidad, fomentaron el comercio interior y exterior e incrementaron la riqueza al originar una mayor especialización de cada región y/o nación en aquello en lo que poseía ventaja.

3. SISTEMA MONETARIO Y DE CRÉDITO: PATRÓN ORO

3.1 El periodo anterior a la guerra

Las transacciones internacionales requerían un sistema monetario que facilitara los cambios entre las diferentes monedas nacionales. Se produjo una consolidación de los mercados de divisas en Bruselas y en Londres. En el siglo XVIII, Gran Bretaña disfrutó de un sistema monetario y bancario sólido. Se produjo la evolución del patrón oro, infravalorándose la plata y produciéndose una acumulación de reservas de oro, etc. El volumen de dinero en circulación dependía de la oferta de oro al Banco de Inglaterra: en función de la demanda y oferta mundiales y de la balanza comercial británica. No existía relación directa entre el volumen de billetes y la oferta de oro; los bancos ampliaban el crédito a partir de sus reservas. Los límites de crédito y la emisión del dinero dependían del volumen de los depósitos.

La crisis del sistema monetario de 1797

Las razones fueron la guerra con Francia y el hecho de que algunos bancos suspendieron los pagos de sus billetes. El pánico de 1797 provocó un pánico bancario, donde se produjo la exigencia de convertir los billetes en los bancos.

3.2 La consolidación del patrón oro

La legislación que consolidó el patrón oro fue la de 1819, que reanudó los pagos en lingotes y declaró libre el comercio de oro en lingotes. La implantación del patrón oro tuvo condiciones: la unidad de cuenta debía estar ligada a un cierto peso en oro, cualquier otra moneda en circulación debía estar subordinada al oro y no debía existir ningún impedimento a la exportación del oro.

Entre 1809 y 1830 se produjo un colapso financiero, con dificultades para valorar el riesgo de la concesión de crédito. Durante la expansión, los precios aumentaron y las exportaciones disminuyeron. Se relacionó la emisión de billetes con la reserva de oro. La regla de Palmer establecía mantener una reserva metálica de un tercio del pasivo; el resto, deuda pública y otros activos seguros. Por ello, se le concedió al Banco de Inglaterra la emisión de billetes porque custodiaba la reserva metálica. Por último, se produjo la desaparición de los bancos provinciales y un ascenso de las sociedades bancarias en Londres.

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