El Liberalismo en España: Transformaciones Económicas y Sociales en el Siglo XIX

Principios Económico-sociales del Liberalismo

Según la doctrina liberal, los individuos tienen como principal derecho natural el de la existencia feliz. Para alcanzarla, es preciso tener propiedad de bienes, que es el sustento de la riqueza de las naciones.

Para que los individuos puedan desarrollar su interés, es preciso que tengan libertad e igualdad de oportunidades. Por tanto, la labor del Estado respecto a la propiedad privada tenía que ser doble: por una parte, debía garantizar la inviolabilidad de tal derecho y proporcionar la libertad precisa para poder ejercerlo.

La Desamortización

La primera tarea fue desvincular los bienes de la nobleza y desamortizar los bienes eclesiásticos y municipales. La palabra desvinculación se aplicaba a los bienes de los seglares y la de desamortización, a los bienes de los eclesiásticos.

La desvinculación supuso, a su vez, una doble decisión:

  • La abolición de los señoríos: esta medida no aportaba un cambio de propietario, sino la transformación de los señores antiguos en propietarios liberales, con una titularidad plena y libre sobre dichos bienes.
  • La supresión de los mayorazgos.

El hecho de desamortizar tales bienes suponía dos momentos bien diferenciados:

  • Primero, la incautación por parte del Estado de esos bienes, por lo que dejaban de ser de manos muertas; es decir, dejaban de estar fuera del mercado, para convertirse en bienes nacionales.
  • Segundo, su puesta en venta mediante pública subasta. El producto obtenido lo aplicaría el Estado a sus necesidades.

El Proceso Desamortizador

Fue resultado de varias desamortizaciones: la de Godoy, la de las Cortes de Cádiz, la del Trienio Liberal, la de Mendizábal y la de Pascual Madoz.

Desamortización de Mendizábal

Lo que le preocupaba era garantizar la continuidad en el trono de Isabel II. Para ello era condición necesaria ganar la guerra carlista; además, era preciso eliminar o por lo menos disminuir la deuda pública.

El decreto de desamortización, publicado en 1836, en medio de la guerra civil con los carlistas, puso en venta los bienes del clero regular.

Con la desamortización de Mendizábal se pretendían lograr varios objetivos:

  • Ganar la guerra carlista.
  • Eliminar la deuda pública.
  • Atraer a las filas liberales a los beneficiarios de la desamortización.
  • Solicitar nuevos préstamos.
  • Cambiar la estructura de la propiedad eclesiástica. La Iglesia sería reformada y transformada en una institución del nuevo régimen.

Desamortización de Madoz

Se llama «general» porque se ponía en venta todos los bienes de propiedad colectiva. El dinero fue dedicado a la industrialización del país y a la expansión del ferrocarril.

El Estado no era el propietario del dinero, sino los ayuntamientos. Aquel percibiría el importe de las ventas en nombre de estos y lo transformarían en lo que hoy podrían ser bonos del Estado. La burguesía sacó gran beneficio.

Resultados de la Desamortización

No sirvió para repartirse entre los desfavorecidos porque no hubo ley agraria, sino para conseguir dinero para los planes del Estado, aunque sí contribuyó a que aumentara el volumen general del producto agrícola, al trabajar los agricultores en las nuevas tierras que no habían sido labradas.

Pero los cambios en el campo estaban influenciados por la abolición del diezmo, la supresión de la Mesta, la lenta mejora del transporte y la comunicación.

Algunas consecuencias fueron:

  • En lo social, la aparición de un proletariado agrícola y la conformación de una burguesía terrateniente.
  • Había latifundismo en el centro y en el sur, y minifundio en el norte y noroeste.
  • Empeoró la vida del pequeño campesino.
  • Además, la pérdida del patrimonio artístico.

Libertad Económica

Se intentaban crear condiciones para hacer un mercado interior eficiente. Se dieron pasos hacia un librecambismo, como la reforma arancelaria.

Comienzos de la Industrialización

La industria textil en Cataluña se había modernizado. Los factores que explican ese proceso fueron:

  • Contar con un mercado nacional reservado y protegido por fuertes aranceles.
  • Disponer de recursos procedentes de la agricultura y la exportación de aguardientes.
  • Contar con un campesinado de cierta capacidad de trabajo a domicilio y consumo por el tipo de arrendamiento de la tierra.

En los años treinta, la burguesía catalana había optado por sustituir la industria de la lana por la del algodón y, al introducir la máquina de vapor y la fábrica como modelo de organización productiva, lograba aumentar la producción, mejorar la calidad y abaratar los precios.

La siderurgia se encaminó al hierro y acero. Los altos hornos se ponen de moda en Málaga y Marbella, las principales industrias andaluzas. Más tarde, predomina en Mieres y Felguera.

La expansión del ferrocarril se retrasó a la segunda mitad del siglo debido a que las condiciones orográficas eran malas, la economía era débil, había atraso técnico, ausencia de capitales privados dispuestos a invertir y un Estado que decía no tener ingresos.

La Ley General de Ferrocarriles de 1855 construyó una red ferroviaria con rapidez, merced a la entrada de capitales franceses.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *