La Guerra Civil Española (1936-1939)
1. Alzamiento Nacional
El asesinato de Calvo Sotelo entre el 12 y el 13 de julio adelantó los planes de los militares golpistas. En julio de 1936, la sublevación de la guarnición de Melilla se extendió por todo el norte de África. Franco sublevó las Islas Canarias y desembarcó en Marruecos, tomando el mando del ejército. El golpe triunfó en Sevilla (general Queipo de Llano), Pamplona (general Mola) y Zaragoza (general Cabanellas).
El golpe militar fracasó en ciudades importantes como Madrid y Barcelona. En muchos lugares se armó al pueblo, y los grupos de izquierda, especialmente los anarquistas, vieron la oportunidad de una revolución popular.
A. España Nacional
Las zonas bajo control nacional incluían: Galicia, Castilla y León, Navarra, las Islas Canarias, las Islas Baleares (menos Menorca), el norte de África, el norte de Extremadura, parte de Aragón, Vitoria y, en Andalucía: Sevilla, Córdoba, Cádiz y Granada.
B. España Republicana
Las zonas bajo control republicano incluían: Madrid, Cataluña, Valencia, Murcia, Castilla-La Mancha, Asturias, Cantabria, parte de Aragón, el sur de Extremadura, Bilbao, San Sebastián, Menorca, Huelva, Málaga, Almería y Jaén.
La República contaba con la mayor parte de las zonas mineras e industriales, el oro del Banco de España (en Madrid), el 66% de la aviación, el 65% de la marina, el 47% del ejército de tierra, el 51% de la Guardia Civil y el 70% de la Guardia de Asalto. El bando nacional contaba con la mayor parte de los recursos agrícolas, el 80% de los oficiales y el ejército del Protectorado.
La República tuvo que improvisar un ejército que incluía a las milicias de los partidos y sindicatos de izquierda, creando las Brigadas Mixtas (mitad civiles, mitad militares) de dudosa calidad combativa.
2. Apoyo Internacional
La República recibió ayuda de la URSS, Francia y México. La ayuda rusa se pagó con el oro del Banco de España. La ayuda humana llegó a través de las Brigadas Internacionales, con unos 40.000 voluntarios extranjeros de ideología izquierdista. De estos, murieron 18.000. El bando nacional recibió ayuda de Alemania (Legión Cóndor), Italia (unos 40.000 soldados), Portugal e Irlanda.
3. Fases de la Guerra
A. Guerra de Columnas (1936)
Tropas de diverso origen, número reducido y mucha movilidad, tenían como objetivo la conquista de Madrid por el norte y el sur. Mola organizó tres columnas (Valladolid, Burgos, Pamplona) que avanzaron hacia Madrid, siendo detenidas en la Sierra Madrileña. Franco trasladó tropas desde Sevilla, conquistando Mérida y Badajoz.
B. Batalla de Madrid (finales de 1936 – principios de 1937)
El primer intento del ejército nacional fracasó. Se estableció la Junta de Defensa en la capital y el gobierno se trasladó a Valencia. Se intensificó la propaganda y la moral del ejército republicano («¡No pasarán!»).
El primer intento de los nacionales se realizó por el sur, en la Ciudad Universitaria, y fue detenido con grandes pérdidas. El segundo intento, en el Jarama, para cortar la carretera Madrid-Valencia, también fracasó. El tercer intento, en Guadalajara, realizado por el ejército italiano, también fracasó.
C. La Conquista del Norte (1937)
Tras la batalla de Guadalajara, el objetivo de los sublevados fue la conquista del norte republicano. El general Mola, con la ayuda de los carlistas, la aviación alemana y los italianos, conquistó Bilbao, Cantabria y Asturias.
D. La Llegada al Mediterráneo (1938)
Después de conquistar Teruel y casi todo el valle del Ebro, Franco conquistó Lérida y los nacionales llegaron al Mediterráneo, aislando a Cataluña del territorio republicano.
Los republicanos lanzaron una última ofensiva en la Batalla del Ebro, que terminó con sus últimas esperanzas.
E. La Última Etapa de la Guerra (1938-1939)
Franco conquistó Cataluña sin resistencia. Los militares republicanos contactaron con Franco para acabar la guerra, pero este impuso la rendición incondicional. A finales de marzo, las tropas nacionales entraron en Madrid, y el 1 de abril de 1939, Franco anunció el fin de la guerra.
4. Consecuencias de la Guerra
- Cifra de muertos: alrededor de medio millón.
- Emigración política: aproximadamente 300.000 personas.
- Encarcelamientos: aproximadamente 250.000 personas.
- Consecuencias económicas: destrucción de infraestructuras, viviendas, disminución de la producción y caída del nivel de renta.
- Disminución de la población activa y déficit de población masculina.
- Largo periodo de represión, falta de libertades políticas y supresión de los derechos fundamentales.
5. Las Dos Españas
A. Evolución Política de la España Nacional
La muerte de los generales Sanjurjo y Mola en accidentes de aviación dejó a Franco en primer plano. Los militares sublevados establecieron un mando único, y Franco fue elegido jefe supremo, tanto político como militar, del nuevo Estado español, proclamado en Burgos el 1 de octubre de 1936.
La desaparición de José Antonio Primo de Rivera, líder de Falange Española, permitió a Franco crear un partido único que fusionaba a falangistas y carlistas: la Falange Española Tradicionalista y de las JONS (Junta Ofensiva Nacional Sindicalista), en 1937.
Franco concentraba el mando militar, la jefatura del Estado, la presidencia del gobierno y el liderazgo del partido único. Los católicos españoles respaldaron al bando sublevado, considerando la guerra una cruzada en defensa del catolicismo.
B. Evolución Política de la España Republicana
El 19 de julio, Azaña nombró jefe de gobierno a José Giral, quien abrió los cuarteles y entregó armas a las milicias populares. En septiembre, se formó un nuevo gobierno dirigido por el socialista Largo Caballero, que organizó una coalición de socialistas, comunistas, anarquistas y nacionalistas.
Surgieron problemas con los comunistas, por su creciente influencia debido a la ayuda de la Rusia comunista, y con los anarquistas, que se resistían a la colaboración. Se formaron dos bandos: 1) Comunistas y socialistas, que querían fortalecer el Estado para ganar la guerra. 2) Anarquistas, que priorizaban la revolución obrera.
En 1937, un enfrentamiento en Barcelona terminó con la derrota de los anarquistas y el asesinato de su líder, Andreu Nin. Tras estos sucesos, cayó el gobierno de Largo Caballero y se formó uno nuevo dirigido por el socialista Juan Negrín, apoyado por los comunistas, que trasladó la capital de Valencia a Barcelona.