La industrialización en España: minería y siderurgia (siglo XIX)

Introducción: La industrialización en España

El siglo XIX: auge industrial

En la historia de la economía, el siglo XIX es el siglo de la industrialización. El nacimiento, en algunos países, de una nueva sociedad donde la industria era la actividad de una magnitud desconocida hasta entonces. La industrialización implicó un cambio radical en las formas de producir y también una transformación en la organización de la sociedad.

España presenta una evolución singular, pero no excepcional: gran parte de los países del este y del sur quedaron al margen de la consolidación de la sociedad industrializada. Las transformaciones de su economía fueron mucho más modestas. España continuaba siendo una economía predominantemente agraria y con un sector industrial limitado. La renta per cápita era inferior a la de los países con una economía basada en la industria moderna, en especial Gran Bretaña.

Los recursos mineros (1874-1914)

Explotación minera en España

Entre 1874 y 1914 tuvo lugar la explotación masiva de yacimientos mineros del subsuelo español. Las dos actividades mineras más importantes fueron la extracción del carbón y del mineral de hierro.

5.1 La expansión minera

La expansión de la producción minera se explica por tres factores:

  • El aumento de la demanda internacional de estos productos ante las innovaciones técnicas y los cambios en la estructura industrial.
  • Los avances en las técnicas de explotación abaratarón los costes de extracción.
  • El crónico endeudamiento de la hacienda española impulsó la concesión de la explotación de los yacimientos a compañías extranjeras, basándose en la nueva legislación minera de 1869.

5.2 La minería del carbón y del hierro

Aunque los yacimientos hulleros españoles estaban distribuidos por diversas zonas (Asturias, Córdoba, Palencia), era en la primera donde tenía mayor importancia la facilidad para ser enviados a la costa y acceder al transporte marítimo, a pesar de que el carbón tenía escaso poder calorífico.

La baja calidad del carbón no fue una desventaja decisiva. Pero cuando el arancel de 1869 liberalizó el mercado, la competitividad del carbón autóctono asturiano desapareció. A partir de entonces fue inseparable de las ayudas del Estado y, a pesar de su elevado precio, la producción asturiana se multiplicó por cuatro. La minería de la hulla, junto con el cultivo del trigo, fueron los sectores económicos que consiguieron mayores apoyos de la administración. Este apoyo se concretó en una alta protección arancelaria.

La minería del hierro representa, en gran medida, el lado positivo de la nefasta imagen anterior. El convertidor Bessemer, que transformaba el hierro en acero, estimuló la demanda de mineral español. El mineral vizcaíno contaba, además, con la ventaja de la proximidad de las minas al mar, lo que abarataba su transporte. En 1871 se crearon sociedades mineras; la escasa demanda interior hizo que, como el resto de la riqueza minera, la mayor parte de la producción fuera exportada. El auge de las exportaciones convirtió a España en el principal abastecedor de mineral de hierro de Europa.

Sin embargo, la acumulación de capital, la transformación previa de la economía vasca, en especial de la vizcaína, y la repatriación de capital físico y humano de Cuba, dieron como resultado la consolidación de una importante industria siderúrgica en aquella región.

La industria siderúrgica

El sector que impulsó la industria moderna

La industria siderúrgica fue el sector que estimuló el desarrollo de la industria moderna, tomando el relevo al sector algodonero. Vizcaya poseía importantes minas, fundamentalmente de hierro, pero la escasez de minas de carbón, las más importantes de las cuales se hallan en Asturias, fue la causa principal del fracaso de las primeras instalaciones.

6.1 Los inicios de la siderurgia

Los primeros intentos de crear una siderurgia moderna se desarrollaron en Andalucía, y más concretamente en Málaga. La producción de sus empresas condujo a la hegemonía andaluza. Sin embargo, fracasó por la dificultad para adquirir carbón de coque.

Así, la existencia de yacimientos de hulla en Asturias convertiría a esta región en el centro siderúrgico de España entre 1864 y 1879. La producción asturiana, aunque muy modesta, no perdió su hegemonía al ser, en ese momento, la única zona de España en disponer de carbón mineral.

Pero a partir de 1876, la llegada de coque galés más barato a Bilbao condujo a la consolidación de la siderurgia en Vizcaya.

6.2 La siderurgia vizcaína

Entre julio de 1879 y diciembre de 1882 se constituyeron en Vizcaya las tres grandes empresas siderúrgicas españolas: San Francisco, Altos Hornos y Fábrica de Hierro. La primera se convirtió, en un año, en la empresa siderúrgica más importante de España.

La consolidación del eje comercial entre Bilbao y Cardiff desempeñaría un papel de primer orden en este desarrollo. La influencia de este eje comercial fue apreciable también en Cantabria, en donde se constituyó, Nueva Montaña S.A. En 1902, dio lugar a la sociedad anónima Altos Hornos de Vizcaya, la empresa siderúrgica más importante durante gran parte del siglo XX.

6.3 La diversificación industrial

La diversificación de la industria vasca, siempre dentro de su especialización en sectores necesitados de grandes aportaciones de capital, se vio favorecida por las exportaciones de mineral. El convertidor Bessemer condujo al desarrollo de una importante industria de bienes de equipo. De este modo, además de la siderurgia, se consolidaron en Vizcaya las principales empresas de construcciones mecánicas y de construcción naval.

Hay que tener también en cuenta que la industrialización vasca contó con la presencia de un importante sector bancario, por el Banco de Bilbao y el Banco de Vizcaya.

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