La Revolución Rusa de 1905 y 1917: Causas, Desarrollo y Consecuencias

La Revolución Rusa (1905-1917)

Antecedentes y el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso

En 1898, influenciado por las ideas marxistas, se fundó el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso. En 1903, este partido se dividió en dos facciones principales:

  • Bolcheviques (mayoritarios): Liderados por Lenin, eran radicales y se oponían a cualquier alianza con la burguesía.
  • Mencheviques (minoritarios): Socialdemócratas moderados, consideraban viable negociar para derrocar el zarismo.

La Revolución de 1905

El descontento por la situación política y social, junto con la crisis económica de 1902, propició huelgas, levantamientos y actos terroristas. Sin embargo, el detonante fue la inesperada derrota de Rusia contra Japón en 1904. Esta derrota, causada por malas prácticas militares, facilitó el estallido de la Revolución de 1905.

Obreros marcharon hacia el palacio imperial para exigir «justicia, igualdad y libertad». La manifestación fue disuelta a tiros, resultando en muertos y heridos, en lo que se conoce como el Domingo Sangriento. Este evento desencadenó huelgas y sublevaciones en toda Rusia, y la creación de los Sóviets (consejos o asambleas de obreros), que serían cruciales para el triunfo de la Revolución de 1917.

El Zar Nicolás II aceptó algunas reformas, como la instauración de una asamblea legislativa (Duma), derechos sindicales y una jornada laboral de 10 horas. Sin embargo, posteriormente boicoteó la Duma y anuló las reformas. La oposición comprendió que era necesario acabar con el zarismo para lograr un cambio real.

La Primera Guerra Mundial y el Ascenso de los Bolcheviques

Nicolás II, partidario de la guerra para defender el Imperio y expandir sus territorios, involucró a Rusia en la Primera Guerra Mundial como parte de la Triple Entente (junto con Gran Bretaña, Francia y otros países). Los soldados rusos, en su mayoría campesinos, estaban mal preparados, dirigidos, alimentados y armados, lo que condujo a numerosas derrotas a pesar de su superioridad numérica.

Los bolcheviques, que triunfarían en la Revolución de 1917, defendían la paz y la retirada de la guerra. Tras su llegada al poder, firmaron un armisticio con Alemania, cediendo territorios para la formación de nuevos países.

La Revolución de 1917

En 1917, se produjeron manifestaciones espontáneas de protesta, principalmente de mujeres, a las que se unieron obreros y policías. El gobierno zarista envió al ejército, que actuó con poca contundencia. El presidente de la Duma pidió al Zar que nombrara un nuevo gobierno, pero este respondió clausurando la Duma.

El 27 de febrero, parte del ejército se unió a la protesta, y la ciudad quedó en manos de los sublevados. El gobierno zarista dimitió el 28 de febrero. El vacío de poder llevó a los liberales de la Duma a crear un Comité Provisional, mientras que al mismo tiempo se creó el Sóviet de obreros y soldados de Petrogrado, controlado por mencheviques y miembros del Partido Socialista Revolucionario (SR). Surgieron así dos poderes: la Duma (liberal) y el Sóviet de Petrogrado (socialista).

Los Gobiernos Provisionales y el Ascenso de Kerensky

Desde la dimisión del último gobierno zarista hasta el gobierno presidido por el socialista Kerensky, se sucedieron varios gobiernos provisionales que fueron incapaces de resolver los problemas del país. El primer gobierno provisional, encabezado por Lvov, intentó establecer una democracia occidental, decidió continuar en la guerra, decretó una amnistía política, instauró libertades y convocó una asamblea constituyente. Sin embargo, problemas como las mejoras sociales para los trabajadores, el reparto de tierras entre los campesinos, las demandas de autonomía de los pueblos no rusos y el deseo de paz seguían sin respuesta.

La continuidad en la guerra provocó deserciones, alentadas por los bolcheviques. Los sóviets se convirtieron en un poder paralelo al gobierno. Ante los fracasos de los gobiernos liberales, Kerensky formó un gobierno con mayoría de mencheviques y socialistas revolucionarios, pero la situación no mejoró. La continuidad en la guerra y la falta de reparto de tierras aumentaron la influencia de los bolcheviques.

Octubre de 1917: El Triunfo Bolchevique

Los bolcheviques, con el regreso de Lenin del exilio, presentaron un programa que incluía el fin de la guerra, el reparto de tierras, el control obrero de la producción y el comercio, y la nacionalización de la banca y la industria.

Tras un fallido golpe de estado del general Kornilov, Lenin convenció al comité central de su partido de la necesidad de una insurrección armada para derrocar a Kerensky. En la noche del 24 al 25 de octubre, los bolcheviques ocuparon puntos estratégicos de Petrogrado, detuvieron al gobierno (Kerensky logró huir) y ofrecieron el poder al II Congreso de los Sóviets de Rusia. El Congreso eligió un nuevo gobierno, el Consejo de Comisarios del Pueblo, presidido por Lenin. La Revolución Bolchevique había triunfado.

El Nacimiento de la URSS y el Comunismo de Guerra

El Consejo de Comisarios del Pueblo promulgó decretos sobre el fin de la guerra, el reparto de tierras, el control obrero de las empresas y el derecho de autodeterminación de los pueblos de Rusia. En 1918, se aprobó la primera Constitución soviética. Para sacar a Rusia de la guerra, se firmó un armisticio con Alemania y Austria-Hungría, aceptando duras condiciones impuestas por Alemania.

El Comunismo de Guerra (1918-1921) consistió en medidas económicas extraordinarias adoptadas durante la guerra civil, como expropiaciones, disciplina laboral rígida y requisa de productos. En 1921, se adoptó la Nueva Política Económica (NEP), que introdujo un capitalismo limitado para reconstruir la economía. La NEP revitalizó la economía, pero generó problemas sociales y divisiones en el partido comunista.

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