El Reinado de Alfonso XIII y la Primera Guerra Mundial
1. El impacto de la I Guerra Mundial
El reinado de Alfonso XIII coincidió con la Primera Guerra Mundial. En el estallido de la guerra, España optó por la neutralidad. Esta neutralidad no impidió que la opinión pública se dividiera entre «aliadófilos» y «germanófilos». En lo económico, tras meses de recesión, a partir de 1915 España se convirtió en suministradora de los países en guerra. También afloraron las consecuencias sociales negativas: la repatriación de emigrantes incrementó el paro y la escasez disparó los precios, provocando una tensión social explosiva.
2. La crisis de 1917
La crisis de 1917 comenzó con una «revolución» de los militares, siguió con otra de la burguesía y acabó con la del proletariado.
a) Las Juntas de Defensa
En las Juntas de Defensa existió una mentalidad sindicalista de unidad para ejercer presión. En enero de 1917 se habían formado Juntas de oficiales de Infantería y de Caballería en la mayor parte del país. A la vista de tantos frentes, la solución desde el poder fue atraer al Ejército a la monarquía. El resultado fue la Ley del Ejército. Logrado esto, el Ejército volvió a convertirse en pilar de la Monarquía y del Gobierno, ahora dominaba al Gobierno porque éste lo necesitaba.
b) La Asamblea de Parlamentarios
El segundo acto de la crisis de 1917 fue la Asamblea de Parlamentarios, que fue un intento por parte de la burguesía de hacer su revolución contra el sistema político. Desde febrero de 1917 las Cortes estaban cerradas, pero la insurrección de las Juntas de Defensa dio motivos para abrir las Cortes, donde Cambó vio la oportunidad para imponer su idea de un régimen federativo. Pero el Gobierno no atendió la petición de que se abrieran las Cortes, por lo que Cambó propuso, a la vista del desorden, que Cataluña tuviera amplia autonomía. Pese a todas las dificultades, la Asamblea de Parlamentarios se celebró en Barcelona el 19 de julio.
c) La huelga general
Esta huelga se resintió de los dos movimientos anteriores. Los motivos profundos de la huelga fueron que España era un país atrasado. En mayo de 1916 el Congreso de la UGT propuso una huelga general para lograr la salida del Rey y la formación de un gobierno provisional. En ese mes, UGT y CNT pidieron al Gobierno asuntos concretos, el principal fue el abaratamiento de las subsistencias. Romanones prometió resolver el problema de las subsistencias, pero dejó de ser presidente y su predecesor Dato no lo cumplió, entonces se llevó a cabo una huelga general. El momento parecía propicio, pero aparecieron divergencias entre los organizadores: el PSOE y la UGT preferían esperar hasta tener la seguridad de éxito y la CNT quería entrar en acción cuanto antes. Pero todo se precipitó y a los organizadores se les fue de las manos. Desde entonces, y durante agosto, hubo huelgas en las principales poblaciones industriales pese a la durísima actitud del Ejército. La huelga tardó en ser dominada.
3. La agonía del sistema de la Restauración
El sistema de la Restauración dio pruebas de su incapacidad. Tras la crisis de 1917 ya nada fue igual. Los partidos dinásticos padecieron crisis internas, lo que generó una inestabilidad política permanente, además el rey participaba en la vida política más de lo necesario. El golpe de gracia fue el desastre de Annual en la guerra de Marruecos.
4. La guerra social
Además de la inestabilidad del sistema, un acontecimiento complicó las cosas aún más: la guerra social barcelonesa, que fue la lucha establecida entre la patronal catalana y las diversas organizaciones obreras, que tuvo lugar en Barcelona, que vino precedida de una serie de huelgas destacando la huelga de «La Canadiense», que fue la primera huelga ganada por el movimiento obrero, que produjo varios efectos:
- La reacción de la patronal, que tomó medidas: el lock-out (cierre de una fábrica) y la fundación de un sindicato para luchar contra los sindicatos libres.
- La actividad terrorista se tradujo en una situación de pistolerismo organizado a través de la contratación de matones a sueldo, que eran respondidas por organizaciones obreras.
Por otra parte, en el campo andaluz los levantamientos anarquistas eran constantes y sangrientos. Las causas están en la crisis económica debido a la I Guerra Mundial, que supuso el fin de las exportaciones a Europa y la subida de los precios de los productos de primera necesidad. Otra causa fue el deseo de imitar la revolución rusa, donde por primera vez un movimiento obrero conquistaba el poder político en un país siguiendo las ideas de Marx.
5. El desastre de Annual y sus consecuencias
Tras el intermedio que supusieron los años de la I Guerra Mundial, Francia hizo saber a España que si no ocupaba su zona, la ocuparía ella. Por eso, de manera precipitada se hicieron los preparativos para concluir la conquista. El comisario español en Marruecos, Berenguer, se encargó de ocupar la zona occidental y la zona oriental estaría al mando del general Fernández Silvestre, que iniciaría la ocupación desde Melilla. Éste, inició una penetración sin tomar las precauciones necesarias, por lo que sufrieron un descalabro por los irregulares de Abd-el-Krim. Para determinar las responsabilidades del desastre de Annual se inició una investigación: el Expediente Picasso. Pero en esto, se produjo el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera.
La Dictadura de Primo de Rivera. La Caída de la Monarquía
1. Causas del golpe de Estado
Durante la primavera de 1923 ya se estaba conspirando desde dos movimientos distintos para derrocar al gobierno liberal. El primero estaba vinculado a las desaparecidas Juntas de Defensa de Barcelona, de las que se valdría Primo de Rivera, y mediante un golpe de fuerza «disolver las Cortes» y quitar el papel político a la oligarquía para dárselo a las clases medias. El segundo, tenía como objetivo recoger las aspiraciones del ejército de África sobre Marruecos. Pretendía resolver los problemas generales del Ejército y del orden público manteniendo la Constitución y la monarquía, pidió plenos poderes para luchar contra el terrorismo en Barcelona y, como no lo logró, se convirtió entre ambos en jefe de la sublevación. Primo de Rivera dio su golpe de Estado en Barcelona el 13 de septiembre de 1923, dominó la situación de la capital catalana. El Gobierno acudió al monarca, pero Alfonso XIII le apoyó abiertamente y le confió la tarea de formar gobierno. En tres días España dejó de ser una monarquía parlamentaria y se convirtió en un régimen autoritario. Primo de Rivera no pretendió establecer un régimen definitivo, sino un «paréntesis de curación» transitorio, que se volvería contra él.
2. Los apoyos sociales
La implantación del Directorio Militar fue aceptada por gran parte del país y los partidos políticos con recelo. El golpe de Estado fue posible, sobre todo, por la actitud de dos fuerzas: la burguesía y el movimiento obrero. La burguesía moderna se puso sin disimulos del lado de la dictadura, y así alcanzó lo que había intentado desde 1875: frenar a la clase obrera y a los políticos de los antiguos partidos, defensores de la España retrasada y terrateniente. La dictadura pudo establecerse porque no hubo lugar para protestas. Anarcosindicalistas y comunistas se prepararon para defender su existencia. El Partido Socialista y la UGT colaboraron casi siete años con el gobierno de Primo de Rivera.
3. El Directorio Militar (1923-1925)
El Real Decreto de 15 de septiembre fijó la organización de un Directorio, presidido por Primo de Rivera, que reunía en él las facultades y responsabilidades de gobierno. El funcionamiento de toda la Administración quedó en manos del Ejército. En ese tiempo, también tomó otras medidas urgentes: suspendió las garantías constitucionales, destituyó a los gobernadores civiles de las provincias, disolvió las Cortes y suspendió la Constitución de 1876. Decretó que ayuntamientos y diputaciones provinciales fueran intervenidos y, para separar el poder político del económico, publicó el Decreto de Incompatibilidades, por el cual ningún ministro o alto funcionario podía intervenir en los consejos de administración que contrataban con el Estado.
a) La Unión Patriótica y su papel
Aparecieron dos estructuras nuevas que tomaban a los municipios como pilares del régimen: la figura de los delegados gubernativos y el Estatuto Municipal de marzo de 1924. Para el control gubernamental sobre los municipios nació la Unión Patriótica (UP). La UP recogía las ansias populistas del dictador y su autoritarismo. En su sistema organizativo los gobernadores civiles y los delegados gubernamentales fueron los encargados de crear los comités. En su formación reunió gente procedente del carlismo, del conservador maurismo, de propietarios de la tierra o burgueses industriales y del incipiente catolicismo político, por eso su intento de reunir hombres fue vano.
b) La solución del problema marroquí: el desembarco de Alhucemas de 1925
A Primo de Rivera le quedaba una cuestión importante que solucionar, y era Marruecos. Fue su éxito más evidente de la dictadura: preparó un Ejército potente y modernizado que se unió al potente ejército francés, desembarcó en la bahía de Alhucemas en septiembre de 1925. Tras varias semanas de duras batallas, Abd-el-Krim se entregó a los franceses para no ser prisionero del ejército español. El gran éxito conseguido por Primo de Rivera le reconcilió con los ciudadanos cansados de guerras y con todo el ejército, porque había salvado su honor.
5. La oposición y la caída de la dictadura
No pudo solucionar otros problemas. La cuestión catalana fue uno de los principales por tres motivos: 1) la persecución de la lengua catalana; 2) su intromisión en la esfera eclesiástica. Además, a partir de 1928 el PSOE empezó a tomar posiciones; para ellos la única salida era la república, lo mismo propusieron el Partido Comunista y los anarquistas de la CNT. Hubo dos fuerzas que contribuyeron directamente a la caída de Primo de Rivera: los intelectuales, que no aceptaron la destitución de Unamuno, y los militares, que se encontraron con un Primo de Rivera favorable a los militares de Marruecos. Además, el ataque contra el cuerpo de artillería precipitó la caída del régimen y el 30 de enero de 1930 Alfonso XIII aceptó la dimisión de Primo de Rivera, encargando al viejo militar Dámaso Berenguer la formación de un nuevo gobierno.
6. El pacto de San Sebastián. Evolución política y caída de la Monarquía
El Pacto de San Sebastián, en agosto de 1930, reunió a tres fuerzas principales para tratar un futuro cambio hacia la república. De este pacto se derivaron dos líneas de acción: una revolucionaria, que llevó al fracasado pronunciamiento militar de Jaca de diciembre de 1930, y otra política, que arruinó el prestigio de la monarquía. Las primeras elecciones se celebraron el 12 de abril de 1931 en un clima de incertidumbre y de limpieza por parte del Gobierno y, aunque salieron elegidos más concejales monárquicos que republicanos, el día 13, tras conocerse los resultados electorales, miles de personas salieron a la calle para manifestarse a favor de la república.