La Guerra Civil Española
La Sublevación Militar y el Estallido de la Guerra
Desde el triunfo del Frente Popular, un grupo de generales monárquicos y conservadores (Sanjurjo, Mola, Franco) comenzaron a preparar un levantamiento militar. Contaban con el apoyo financiero y con contactos en el extranjero. El asesinato de Sotelo fue una excusa para iniciar el alzamiento.
La sublevación se inició el 17 de julio en Ceuta y Melilla, bajo la dirección del general Franco, destinado en Canarias. La sublevación se extendió por la península.
El golpe de estado triunfó en el Protectorado de Marruecos y en Canarias. En el norte, los rebeldes triunfaron. En el sur solo tuvo éxito en Sevilla y algunas ciudades de Andalucía Occidental. La República mantuvo bajo control Madrid, Cataluña, el Levante, la franja cantábrica, Castilla La Mancha, Andalucía Oriental y Extremadura.
El objetivo de la sublevación era implantar rápidamente un régimen autoritario que pusiese fin a las libertades democráticas y acabase con la amenaza revolucionaria de la izquierda más extremista. El fracaso del alzamiento provocó el estallido de la Guerra Civil.
Etapas de la Guerra Civil
1. El Avance y las Batallas en Torno a Madrid
Las tropas sublevadas de África avanzaron hacia Madrid para tomar la capital. Franco decidió desviarse para ocupar Toledo y liberar el Alcázar. El acontecimiento fue utilizado para enaltecer la figura de Franco y supuso una primera demostración de que el ejército de África no estaba dispuesto a dejar focos de resistencia en la retaguardia.
A finales de octubre, los sublevados se hallaban ya a las puertas de Madrid. La República ordenó la movilización general para salvar Madrid. El gobierno republicano se trasladó a Valencia. La defensa de la capital quedó en manos del comandante Rojo.
Madrid resistió el ataque frontal. La ciudad fue bombardeada desde la Casa de Campo y la Ciudad Universitaria, pero resistió. Los sublevados emprendieron maniobras para aislar Madrid con el fin de cortar sus comunicaciones con Valencia. El pretendido cerco sobre Madrid fracasó fundamentalmente por la derrota de las tropas italianas en Guadalajara.
2. La Campaña del Norte
Franco decidió abandonar el ataque a la capital y concentrarse en el norte. Asturias, Cantabria y País Vasco habían quedado en manos republicanas, pero aisladas del resto. Los sublevados desencadenaron un ataque sobre Vizcaya. Guernica fue arrasada por la aviación nazi. Bilbao, meses después, era ocupada. La República desencadenó un ataque en Brunete y más en Belchite, pero no consiguió evitar que Santander y Asturias también cayesen.
3. El Avance hacia el Mediterráneo
Los mandos republicanos intentaron reformar el ejército. Rojo asumió el mando, dotó de mandos profesionales al ejército e inició una ofensiva sobre Teruel, ocupada por republicanos. El ejército de Franco volvió a ocupar Teruel. El territorio republicano quedó dividido en dos zonas.
4. La Batalla del Ebro y la Ocupación de Cataluña
La llegada del armamento soviético permitió a los republicanos lanzar su última ofensiva. Empezó cuando un ataque republicano en 1938 logró cruzar el Ebro y avanzar hacia el interior. Franco detuvo el ataque, contraatacó y ocupó todo el sur de Tarragona. El ejército republicano había sido derrotado. Franco tomó Barcelona. En febrero, las tropas franquistas habían alcanzado la frontera francesa.
5. El Final de la Guerra
A la República le quedaba la zona centro. Una sublevación contra el gobierno republicano en Madrid fue el mazazo final para la República. Casado se hizo con el control de la ciudad y trató de negociar con Franco, pero este solo aceptaba una rendición incondicional. En 1938, las tropas de Franco entraron en Madrid. Ocupó toda la zona mediterránea. El 1 de abril, Franco firmó el último parte de la guerra.
Evolución de las Dos Zonas: La Zona Republicana – La Zona Sublevada
La evolución política de las dos zonas durante la guerra fue muy compleja. En el bando republicano, el problema fue la falta de una dirección política única. La participación en la guerra de estos grupos revolucionarios se realizó a través de las milicias, que no reconocían el mando de los oficiales republicanos y que dificultaban las operaciones militares.
En el bando nacional, hasta octubre de 1936 no se planteó la organización de un sistema político y administrativo. Se creó un mando único. La elección de Franco para asumir la jefatura tras la muerte de Sanjurjo se debió tanto al prestigio que le proporcionaron las victorias conseguidas como a controlar al ejército de Marruecos. Aunque la elección se hizo en 1936, no se institucionalizó hasta el año siguiente, por el decreto de unificación que creaba un partido único. Franco quiso esperar al fin del conflicto para establecer su estructura final.