La Transición Española a la Democracia: Del Franquismo a la Constitución de 1977

La Muerte de Franco y el Inicio del Cambio

A partir de noviembre de 1975, tras la muerte del general Franco, se abre una nueva etapa para España. Tres posibilidades se dibujaban en el horizonte:

  • La ruptura que pedía la oposición antifranquista.
  • El continuismo deseado por los jerarcas del régimen.
  • La reforma apoyada por un amplio espectro de la sociedad.

El Rey Juan Carlos I inicia su reinado dentro de los cauces marcados por la dictadura franquista, realizando el juramento de fidelidad a los Principios Fundamentales del Movimiento Nacional. No obstante, en su discurso de proclamación deja entrever intenciones reformistas. Los primeros pasos estuvieron dirigidos a tranquilizar al sector franquista más inmovilista, así como a las Fuerzas Armadas. En este sentido, se entiende la continuidad de Arias Navarro como presidente del Gobierno. El Rey coloca a su antiguo preceptor y profesor de Derecho Político, Torcuato Fernández Miranda, al frente de las Cortes y del Consejo del Reino. Arias Navarro se vio obligado a contar en su gobierno con figuras partidarias del reformismo franquista como Manuel Fraga. Al mismo tiempo, el Rey inicia contactos con la oposición y con los principales líderes de los países europeos, al objeto de conseguir el apoyo necesario para instaurar una democracia en España. Concede el indulto a algunos políticos de la oposición que estaban en la cárcel, como Marcelino Camacho, líder del sindicato clandestino Comisiones Obreras (CC.OO.).

El Gobierno de Arias Navarro y la Crisis Social

Arias Navarro continuaba insistiendo con su Ley de Asociaciones Políticas de 1974 (insuficiente). La crisis económica y el malestar social asolaban al país con numerosas huelgas, por lo que el ministro de Economía decreta la congelación salarial, lo que acentúa la conflictividad. Ante esta situación, la reacción del gobierno de Arias Navarro fue de gran dureza, especialmente tras los sucesos de Vitoria, donde la policía reprimió duramente a los manifestantes. Para que la reforma fuera viable, era necesario desplazar del poder a los partidarios del inmovilismo.

La ocasión se presentó con motivo del primer viaje al exterior del Rey Juan Carlos I a Estados Unidos en junio de 1976. En una entrevista, el presidente del Gobierno se refirió a su acción de gobierno como «un desastre sin paliativos». Arias Navarro, al sentirse cuestionado, presentó rápidamente su dimisión.

El Nombramiento de Adolfo Suárez

Fernández Miranda logra que el Consejo del Reino incluyese como candidato a presidente del Gobierno a Adolfo Suárez, que ejercía el cargo de ministro-secretario general del Movimiento Nacional y que poco antes había mostrado ante las Cortes su posición reformista al debatirse la Ley de Asociaciones Políticas.

En julio de 1976, el Rey nombra a Suárez presidente del Gobierno, ante las críticas de la oposición, dado su origen falangista, y de los propios franquistas, que le consideraban poco capacitado para la presidencia. Este gobierno concedió una amnistía que liberó a cerca de 400 presos políticos y nombró vicepresidente del gobierno al general Gutiérrez Mellado. Suárez se entrevistó con los principales generales en activo y los tranquilizó sobre sus intenciones, que fueron aceptadas con la condición de que no se legalizara el Partido Comunista de España (PCE).

La Ley para la Reforma Política y las Elecciones de 1977

En esta primera parte de la Transición, el proceso aperturista culmina con la Ley para la Reforma Política, última de las Leyes Fundamentales. Tras su amplia ratificación en referéndum nacional a finales de 1976, esta Ley habilitaba al gobierno para convocar elecciones generales. El PSOE y otros muchos partidos fueron legalizados antes de que terminara el año. Establecido y aceptado por todos un sistema electoral proporcional y mayoritario según la Ley D’Hondt, solo quedaba convocar las elecciones. Pero la no legalización del PCE, replanteaba la legitimidad de dichas elecciones. Aprovechando las vacaciones de Semana Santa de 1977, el PCE fue legalizado.

Finalmente, las elecciones generales tuvieron lugar el 15 de junio de 1977, destacando los siguientes partidos:

  • UCD (Unión de Centro Democrático): dirigida por Suárez.
  • AP (Alianza Popular): encabezada por Fraga.
  • PSOE (Partido Socialista Obrero Español): liderado por Felipe González.
  • PSP (Partido Socialista Popular): de Tierno Galván.
  • PCE (Partido Comunista de España): encabezado por Carrillo.
  • PNV (Partido Nacionalista Vasco): con Ajuriaguerra.
  • Minoría Catalana: con Pujol.

UCD salió vencedora con 166 diputados, pero al no tener mayoría, Suárez tuvo que apoyarse en otros partidos para gobernar. Casi todos los miembros de las Cortes estaban de acuerdo en la necesidad de redactar una Constitución, por lo que esta I Legislatura sería constituyente.

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