Sociedad y Economía en el Siglo XVIII: Transformaciones y Conflictos en Europa

1. Organización Social y Económica del Siglo XVIII en Europa

1.1. Crecimiento Demográfico

A finales del siglo XVIII, Europa contaba con aproximadamente 188 millones de habitantes. Este siglo, marcado por la paz y el progreso industrial y comercial, experimentó un importante aumento demográfico, especialmente en las naciones occidentales. Este desarrollo se vio impulsado por el auge de la agricultura y la industria, lo que provocó una migración del campo a la ciudad y un crecimiento urbano sin precedentes.

1.2. Ascenso de la Burguesía y Crisis de la Aristocracia

La crisis del Antiguo Régimen trajo tiempos difíciles para la nobleza, que se vio empobrecida por la apropiación de sus bienes por parte del Estado. En contraste, la burguesía se consolidó como una fuerza influyente en las esferas política, económica y cultural. La alta burguesía, involucrada en el capitalismo comercial y financiero, llegó al siglo XVIII ennoblecida. Sin embargo, la mayoría de la burguesía no gozaba de privilegios y se convirtió en el caldo de cultivo de nuevas ideas racionalistas y críticas que abogaban por la transformación social y política. Mientras la nobleza ocupaba altos cargos políticos, eclesiásticos y militares, la burguesía media se dedicaba a actividades industriales y liberales, y las clases bajas se concentraban en la agricultura y el trabajo en fábricas.

1.3. Clases Urbanas y Condiciones de Vida

El proletariado experimentaba duras condiciones de vida. Obreros en manufacturas y fábricas estaban sometidos a una estricta disciplina, con jornadas de hasta dieciséis horas y salarios insuficientes, a menudo con retraso respecto al aumento de precios. Esta situación provocó explosiones de cólera y huelgas cada vez más frecuentes a lo largo del siglo. La explotación infantil, en busca de mano de obra barata, agravaba aún más la situación.

1.4. Conflictos en el Ámbito Rural

El empeoramiento de las condiciones de vida de los más pobres se extendió al campo, donde se recrudecieron los privilegios feudales. En Europa del Este, desde principios del siglo XVI, el campesinado estaba sujeto a la gleba y al poder de los señores. La situación era especialmente grave en Rusia, donde los terratenientes ejercían un poder absoluto sobre siervos, lo que provocó violentas insurrecciones como la de Pugachev. En Polonia, Prusia, Austria y Hungría, la situación de los siervos era similar. Alemania representaba una zona de transición entre este tipo de servidumbre y las condiciones agrarias de Europa Occidental.

2. Transformaciones en España

2.1. Reformas Ilustradas y Reacción Popular

Carlos III y su ministro, el marqués de Esquilache, impulsaron la europeización de España y la introducción del pensamiento ilustrado en el gobierno, la administración, la sociedad y la cultura. Estas reformas encontraron resistencia popular, que forzó la dimisión de Esquilache. Sin embargo, las reformas continuaron, limitando el poder del clero y la Inquisición.

2.2. Ámbito Urbano, Campesinado y Grupos Marginales

Las reformas de Orry y Amelot fueron perfeccionadas durante el reinado de Carlos III, con el apoyo de Jovellanos y Campomanes, quienes promovieron el bienestar de las clases trabajadoras. La creación de las Sociedades Económicas de Amigos del País fomentó la riqueza y la cultura en las provincias. La liberalización del comercio con las Indias, a través de la apertura de numerosos puertos, impulsó el crecimiento económico, beneficiando a amplios sectores sociales. La clase media prosperó, y los financieros y profesionales tuvieron mayor acceso a la riqueza. Este progreso también contribuyó a la formación de la clase proletaria.

3. Revolución Agrícola y Cambios en la Propiedad de la Tierra

3.1. Crecimiento Agrícola y Demanda

El aumento de la población europea estimuló la demanda de productos como carne, trigo y especias. El consumo de café, azúcar, cacao y tabaco se generalizó. La revolución agrícola, con el incremento de los rendimientos y la introducción de nuevas tecnologías como arados y trilladoras de hierro, rastrillos y rodillos, impulsó la producción de alimentos. La Sociedad de las Artes en Inglaterra premió innovaciones como la rotación de cultivos y la sustitución de la cebada y la avena por el trigo. Se produjo una especialización regional, con el este y sur de Inglaterra dedicados al cultivo de cereales y las regiones centrales a la ganadería. Una dieta mejorada, basada en trigo, patatas y carne, fue el resultado de esta modernización agrícola.

3.2. Estructura de la Propiedad de la Tierra

En Inglaterra, los cerramientos de tierras contribuyeron a la modernización del campo, aunque también provocaron la ruina de pequeños propietarios y la concentración de la tierra en manos de grandes terratenientes. Surgieron nuevos métodos de gestión agrícola y una jerarquía social campesina. La estructura de la propiedad de la tierra variaba en Europa. En Occidente, predominaban el arrendamiento y otros tipos de contratos, mientras que en el Este, la explotación directa por parte del propietario con mano de obra servil era la norma.

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