Aislamiento y Pobreza en España: 1939-1975

Aislamiento y Pobreza: 1939-1953: Entre 1939 y 1945 se desarrolla la denominada etapa azul por el predominio falangista en su gobierno, que irá reduciéndose en los años finales de la II Guerra Mundial. En estos años, la personalidad política clave fue su cuñado Ramón Serrano Súñer, que impulsó la influencia falangista y su ideología germanófila.

En 1950, la O.N.U. levantó su «veto» contra el sistema político español y autorizó la entrada de España en organismos internacionales. En 1951, los EE. UU., marcados por un fuerte anticomunismo, restablecen sus relaciones con España y en 1953 se firma un tratado entre España y EE. UU. en donde se recibe ayuda económica con créditos para la compra de productos agrícolas, materias primas y equipo industrial a cambio de bases militares que se instalaron en Morón, Rota, Zaragoza y Torrejón. «Do ut des». En este año de 1953 se firma el Concordato con la Santa Sede, incrementando así la colaboración entre Iglesia y Estado. Se admitía la unidad católica y la exención de impuestos de la Iglesia, y fue utilizado por Franco para afianzar su poder. Se restringieron las libertades clásicas del sistema liberal: de prensa, de reunión, de asociación, etc. En la economía, es una fase de autarquía. Los objetivos eran evitar todos los intercambios comerciales con el exterior. Hubo graves problemas de abastecimiento: cartillas de racionamiento de los productos de consumo de primera necesidad para evitar el hambre y garantizar el abastecimiento de la población. En 1952 se suprime el racionamiento del pan y se decreta la libre circulación de alimentos. La renta «per cápita» española no alcanzó el nivel de 1935 hasta 1952, evidenciando los males de la autarquía. El intervencionismo estatal no sacó a España del estancamiento económico. En la agricultura, se devuelven a sus antiguos propietarios las tierras expropiadas durante la República. Son años de penuria y hambre para gran parte de la población. Como consecuencia, surgió un floreciente mercado negro o estraperlo, es decir, la compra y venta, de forma fraudulenta, de los productos intervenidos por la Administración. En la industria destaca la creación, en 1941, del holding I.N.I. (Instituto Nacional de Industria), sociedad financiera que controla varias empresas mediante la adquisición de la mayoría de sus acciones, con el fin de potenciar la creación de industrias básicas como electricidad, carburantes, aluminio, textil, siderurgia, etc. Estaba compuesta por industrias como ENSIDESA, SEAT o IBERIA. El Estado impulsó las obras públicas, construyendo pantanos, saltos de agua o ferrocarriles. RENFE se crea en 1941, lo que tuvo efectos reactivadores en distintos sectores de la industria. A partir de 1939, los derrotados son exhaustivamente perseguidos. Las autoridades les aplican la Ley de Responsabilidades Políticas de 1939. Las cárceles se llenan de miles de presos acusados de colaborar con la España republicana. Los procesos acaban frecuentemente en sentencia de muerte.

Oposición Política al Franquismo en esta etapa se desarrolló con el fenómeno de la guerrilla antifranquista, el «maquis», iniciado por el PCE, que creía que con acciones constantes se podía conseguir una insurrección popular que acabara con Franco, pero no obtuvo una gran repercusión. Su gran esperanza era que el bando de los aliados acabase con el franquismo en el marco de la Segunda Guerra Mundial. En 1948 decidieron poner fin a la lucha guerrillera e iniciar la acción dentro de las organizaciones legales.

Apertura y Reconocimiento Exterior: 1953-1959: El gobierno de Franco buscaba el reconocimiento diplomático exterior y la normalización de la posición internacional del régimen. Aunque la comunidad de naciones democráticas siguió sin aceptar la naturaleza autoritaria del franquismo, lo acogió en sus organismos internacionales. Los acuerdos bilaterales de 1953 con EE.UU. y con el Vaticano tuvieron una gran importancia en este reconocimiento y ayudaron a superar la penuria española de divisas y las urgentes necesidades de importar materias primas y bienes de equipo, así como de alimentos. El acuerdo con EE.UU. establecía una política de defensa y ayuda económica, permitiendo la instalación de bases en Rota, Zaragoza, Morón y Torrejón, que podrían utilizarse en caso de ataque a Occidente por la URSS sin necesidad de permiso del gobierno español. Por el Concordato, el Estado favorecía a la Santa Sede con la confirmación de la confesionalidad católica del régimen y la dotación económica, pagando un salario a los sacerdotes, así como amplios derechos en la enseñanza. La Iglesia respondía denominando a Franco espada del Altísimo, enviado de Dios hecho Caudillo. Tras los acuerdos con EE.UU., España es admitida en la O.N.U. en 1955: se fomentan las relaciones económicas con otros países y se supera la fase autárquica. Aunque no se resuelven los problemas de escasez y carestía alimentaria, sí permitió la eliminación del racionamiento, la desaparición del mercado negro y la estabilidad de precios hasta 1956. Muestra de esta nueva etapa es el recibimiento al presidente norteamericano en 1959, Eisenhower. A partir de 1957 se produce la entrada en el gobierno de ministros tecnócratas: Ullastres en Comercio y Navarro Rubio en Hacienda, adoptando medidas liberalizadoras que prefiguran el Plan de Estabilización de 1959. Se quería incorporar a España al dinamismo productivo y a la prosperidad por la que atravesaba entonces Europa Occidental.


Apertura al Exterior y Desarrollo Económico: 1959-1969. La apertura internacional favoreció la industrialización y se iniciaron fenómenos como la emigración, el turismo y el desarrollo del comercio exterior. El régimen se decidió a liberalizar la economía española, poniéndola en línea con los países occidentales y ofreciendo oportunidades a las inversiones extranjeras. El Plan de Estabilización y Liberalización Económica, 1959, que inicia esta etapa, buscaba pasar en poco tiempo de una economía cerrada a otra abierta, con un comercio exterior liberalizado en su mayor parte. Supone una fase de austeridad con medidas como: recorte del gasto público para luchar contra la inflación, congelación de salarios, limitación de horas extras, devaluación de la peseta que pasa de 42 a 60 pts por dólar, restricción de las importaciones y fomento de las exportaciones para equilibrar la balanza de pagos. Buscaba un fuerte ritmo de crecimiento, una rápida industrialización y la conexión de la economía española con la internacional. Las entradas de divisas por turismo aumentaron rápidamente y España se situó en posición de despegue económico. Todo esto y la favorable coyuntura internacional producen el llamado, en la prensa oficial, milagro español. El éxito fue enorme y España conoció una radical transformación económica y social. Este desarrollo coincidió en los años sesenta con los Planes de Desarrollo bajo la dirección de López Rodó. Su función era transformar económicamente España, reduciendo los desequilibrios regionales, mejorando el nivel de vida de todos los españoles y modernizando las estructuras productivas. Entre 1962 y 1975, tres Planes de Desarrollo, de duración cuatrienal, señalaban el camino que España debía seguir para abandonar el subdesarrollo. Los ministros tecnócratas buscaban: el crecimiento del producto nacional, el pleno empleo, un mejor reparto de la renta y una progresiva integración española en la economía mundial. España dejó de ser un país atrasado, agrario y rural para transformarse en un país más moderno, industrial y urbano. A impulsos del milagro español, la sociedad española comenzó a cambiar rápidamente: 1.- El rápido proceso industrial dio lugar a una demanda creciente de mano de obra que originó un gigantesco éxodo rural, despoblando la España rural. 2.- Las migraciones comenzaron a generar otro grave problema social: la situación de los nuevos barrios de residencia obrera: los suburbios de viviendas de mala calidad. 3.- El aumento de la renta supuso una mejora importante del nivel de vida de los españoles, con incorporación a la sociedad de consumo que dio lugar a cambios en las formas de vida y de costumbres, con mayor grado de tolerancia y permisividad moral. El mayor crecimiento se produce entre los años 1961 y 1964 con un 8.7% de crecimiento. La oposición protagoniza en 1962 el Congreso de Múnich, denominado por la prensa franquista como el «Contubernio de Múnich». Fue una reunión de personalidades españolas del interior y del exterior con críticas al Régimen de Franco que hicieron una recomendación de no admitir a España en la CEE en tanto no se restauraran las libertades. En este contexto se produce la ejecución del dirigente comunista Julián Grimau en 1963 por supuestos delitos en la guerra civil y en medio de un gran escándalo internacional. Tras el Concilio Vaticano II (1962-1965), se produjo una renovación de la Iglesia y sectores importantes de la Iglesia Católica manifestaron su disconformidad con la falta de libertades.

La Agonía del Régimen: 1969-1975. En julio de 1969, Franco hizo que las Cortes nombrasen al príncipe D. Juan Carlos de Borbón, nieto de Alfonso XIII, su sucesor en la Jefatura del Estado. Ese mismo año, 1969, se introduce una novedad importante: Franco delegó la presidencia del gobierno, lo que significaba el inicio de la cesión de poderes. El almirante Carrero Blanco, vicepresidente del gobierno desde 1967, continuó siendo el hombre de confianza de Franco y garantía de la continuidad del régimen después de él. En 1970, España es un país desarrollado con una economía vinculada a la europea, pero con fuertes desequilibrios internos. En junio de 1970, España, López Bravo como ministro de Asuntos Exteriores, y la C.E.E. firmaron el Acuerdo Preferencial que estuvo en vigor hasta la plena integración de España el 1 de enero de 1986. En 1973, en junio, fue nombrado Presidente de Gobierno Carrero Blanco. Su mandato debía ser, como mínimo, de cinco años, pero el 20 de diciembre de 1973, Carrero Blanco moría víctima de un atentado terrorista de E.T.A. El milagro español ha terminado y la crisis saca a la luz los defectos estructurales del desarrollo. Hasta noviembre de 1975, el gobierno estuvo presidido por Carlos Arias Navarro, quien realiza los primeros intentos de «apertura política» conocida como el «espíritu del 12 de febrero». Este intento es rechazado por los sectores más inmovilistas del Régimen, («búnker»). El Régimen acababa como en su inauguración: en un ambiente de repulsa y desafecto internacional. En octubre, Franco recayó en su enfermedad y, después de una larga agonía, falleció el 20 de noviembre de 1975, acabando la dictadura más larga de la historia contemporánea de España. En ese mismo mes de noviembre, Marruecos invadió el Sahara español por medio de la llamada «Marcha Verde»: 200,000 marroquíes desarmados atravesaban la frontera de la colonia española. El día 22 de noviembre, Juan Carlos de Borbón es proclamado rey de España en un acto solemne en las Cortes, cumpliendo las previsiones sucesorias legales.

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