El Sistema Político Canovista Durante la Restauración: Claves y Funcionamiento

1. El Sistema Político Canovista

1.1 Contexto Histórico

El fracaso del sistema democrático del Sexenio Democrático y la caída de la Primera República allanaron el camino para la restauración de la monarquía borbónica en España. A finales de 1874, la mayoría de los españoles tenía una imagen negativa de los periodos anteriores: guerras, caos económico, desórdenes, gobernantes débiles y amenazas a la unidad del Estado. Todos los grupos políticos, incluidos los republicanos, rechazaban los excesos y abogaban por un sistema político estable y práctico. Como ejemplo, Emilio Castelar, expresidente de la República, afirmaba en 1875: «Nada de aventuras, nada de algaradas, nada de reformas diarias que nos han perdido».

Estos factores, junto con el pronunciamiento del general Martínez Campos, propiciaron el regreso de Alfonso XII. Los sectores más poderosos, como latifundistas y burgueses, rechazaban el sistema democrático, que asociaban con los levantamientos cantonalistas y la inestabilidad. El caos económico motivó a empresarios a apoyar la vuelta a un sistema que prometiera estabilidad y bonanza económica.

1.2 Fundamentos y Práctica del Sistema Canovista

1.2.1 Ideología de Cánovas del Castillo

Tras el golpe de Martínez Campos, Antonio Cánovas del Castillo asumió el control del gobierno con el apoyo del rey y el ejército, convirtiéndose en el arquitecto del sistema político de la Restauración. Sus características ideológicas incluían:

  • Conservadurismo
  • Defensa de las libertades
  • Fidelidad a la monarquía
  • Rechazo a la democracia y al socialismo

Admirador del sistema político británico, Cánovas, un liberal convencido, buscó implementar un modelo similar en España. Su participación en pronunciamientos le mostró los peligros del caudillismo militar, que se propuso evitar. Consideraba a la monarquía como la institución clave para la unidad de España, con el rey como figura para impedir la intervención del ejército en la política.

Contrario al sufragio universal y a la democracia, Cánovas las veía como una amenaza al orden social. Aceptaba la desigualdad social y criticaba al socialismo. Siendo liberal y antiabsolutista, defendía la tradición, pero estaba abierto a reformas graduales para lograr un equilibrio entre «lo tradicional y lo nuevo». Su visión de la religión católica era pragmática: debía servir como freno social, pero sin impedir el entendimiento con la izquierda. Su programa se resumía en la búsqueda del acuerdo con los adversarios («gobernar es transigir»). En 1897, fue asesinado por el anarquista Michele Angiolillo.

1.2.2 El Proyecto Político

A finales de 1874, Cánovas se propuso construir un sistema monárquico, liberal y representativo (pero no democrático). Las novedades incluían:

  • El reemplazo de Isabel II por Alfonso XII, quien representaba la nueva era.
  • La fundación del Partido Conservador, en sustitución del antiguo grupo moderado.
  • El fin del militarismo y la intervención del ejército en política.

El sistema se basaba en:

  • La Corona y las Cortes, compartiendo la soberanía y el poder legislativo.
  • El bipartidismo, con el Partido Conservador y el Partido Liberal alternándose en el poder para garantizar la estabilidad y la tolerancia.

1.2.3 La Constitución de 1876

El deseo de estabilidad y un cierto sentimiento monárquico facilitaron la Restauración. Se necesitaba una nueva Constitución acorde al nuevo régimen. Cánovas impulsó una Constitución transaccional, conciliadora entre el progresismo de 1869 y el conservadurismo de 1845. Reunió a políticos de diversas ideologías para sentar las bases del nuevo orden constitucional. Cánovas distinguía entre una Constitución interna (principios tradicionales como la monarquía y las Cortes) y una Constitución externa o escrita. Una comisión elaboró el texto, que fue aprobado por las Cortes elegidas por sufragio universal en 1876.

La Constitución de 1876, la de mayor duración en España, se considera moderada, flexible y completa. De carácter monárquico, consagraba la inviolabilidad del rey, quien compartía el poder legislativo con las Cortes. El rey, como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, tenía un poder ejecutivo reforzado para frenar los pronunciamientos militares. Mantenía los derechos individuales, pero permitía su suspensión. Defendía la confesionalidad del Estado, pero toleraba el culto privado de otras religiones. Establecía un sistema bicameral, con un Senado mixto y un Congreso. Las leyes ordinarias regularían las elecciones, inicialmente censitarias y, desde 1890, por sufragio universal masculino.

La Constitución sirvió de marco para el turnismo bipartidista durante décadas. Sin embargo, la desintegración de los partidos, las tensiones sociales y la crisis de 1917 llevaron a intentos de reforma y a su suspensión con el golpe de Primo de Rivera.

1.2.4 El Turno de los Partidos

El turnismo bipartidista fue esencial en el sistema canovista. Conservadores y liberales se turnaban en el poder cada dos o tres años para:

  • Evitar la exclusión del poder y los pronunciamientos.
  • Asegurar la estabilidad del sistema.
  • Impedir el acceso al poder de grupos extremistas.
  • Mantener el orden socioeconómico.

El sistema se basaba en la manipulación electoral para asegurar la alternancia. El rey jugaba un papel clave en la perpetuación del sistema, nombrando al jefe de gobierno. Aunque el partido gobernante a menudo buscaba prolongar su mandato, el sistema funcionaba debido a las escasas diferencias ideológicas entre ambos partidos. Este sistema también se implementó en otros países como Italia y Portugal.

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