Transformación Agraria en el Siglo XIX
Proceso de Desamortización y Cambios Agrarios
La desamortización de Mendizábal tuvo tres objetivos principales: financiero, político y social. El plan consistió en incautar los bienes de las Órdenes religiosas y subastarlos públicamente. Aprobada inicialmente para los bienes del clero regular, Mendizábal suprimió la Meseta y el diezmo. Posteriormente, con Espartero como regente, se extendió la desamortización a los bienes del clero secular.
Consecuencias de la Desamortización:
- Políticas: Aumentó el número de adheridos a la causa liberal, pero también el de los defensores de la Iglesia y opositores al liberalismo, incrementando la tensión entre Iglesia y Estado.
- Sociales: Ensanchó la clase media rural y benefició, sobre todo, a las clases medias urbanas, principales compradoras de tierras. Perjudicó a muchos antiguos colonos de la Iglesia, que tuvieron que abandonar las tierras que cultivaban a cambio de una renta mayor. Se produjo una fuerte deforestación por la tala de árboles para obtener ingresos y recuperar la inversión.
- Culturales: Se dispersó y destruyó parte del patrimonio artístico.
El proceso desamortizador se reanudó con el decreto de Madoz, que afectó a los bienes del clero secular y de los ayuntamientos. Aunque perjudicó las Haciendas municipales, la distinción entre bienes «Propios» y «Comunes» permitió a los ayuntamientos conservar bosques y dehesas, clasificados como «Comunes».
La agricultura también se vio afectada por las leyes que acabaron con los bienes vinculados, suprimiendo los mayorazgos. Esto puso fin a las tierras denominadas «manos muertas», dinamizando el sector al permitir la compraventa de estas propiedades.
Desarrollo de la Agricultura
Tanto los cereales como el viñedo experimentaron un enorme desarrollo. El incremento en los cereales se debió a la mayor superficie cultivada tras la desamortización. El viñedo creció por el aumento del nivel de vida y las explotaciones. El olivar, los regadíos y los frutales también experimentaron un crecimiento. La principal novedad fue el desarrollo de una agricultura de exportación.
La Revolución Industrial en España
Peculiaridades de la Incorporación
La economía española estuvo condicionada por tres factores: los obstáculos orográficos, que encarecían las comunicaciones y el transporte interior; la escasa disponibilidad de fuentes de energía y materias primas; y la escasez de capitales para financiar el desarrollo industrial.
En el siglo XIX, aunque desaparecieron por decreto, se mantuvieron las antiguas industrias artesanas. Se creó la Bolsa de Madrid para canalizar el ahorro hacia los nuevos sectores industriales. Solo en los sectores siderúrgico y textil, los modernos procedimientos de fabricación capitalistas sustituyeron a los talleres artesanos, convirtiéndose en la base de la industrialización. La aparición de nuevos métodos de trabajo trajo consigo nuevos problemas sociales.
La minería tradicional quedó en manos extranjeras, mientras que la nueva minería quedó en manos españolas, exportando hierro a Inglaterra. En la industria manufacturera, destacó el sector textil. El resto de los sectores apenas se desarrollaron hasta el último cuarto del siglo XIX.
Modernización de las Infraestructuras: El Impacto del Ferrocarril
El ferrocarril protagonizó la revolución en los transportes. A mediados del siglo XIX se construyó la primera línea férrea. Una ley estableció premisas como facilitar las inversiones extranjeras ante la falta de capital nacional y diseñar la red con un criterio estratégico. Se mejoraron las comunicaciones postales, se introdujo el sello postal y se construyó una red de telégrafos.
Posteriormente, una nueva ley relanzó la construcción ferroviaria con capital extranjero, lo que mantuvo una situación financiera crítica.
Comercio y Finanzas
Se alternaron medidas librecambistas y proteccionistas. El comercio exterior creció gracias a las importaciones para el ferrocarril. En las exportaciones destacaron los minerales y los vinos. El comercio interior creció lentamente, favorecido por la mejora de las comunicaciones, la implantación del sistema métrico decimal por influencia francesa, y la organización de exposiciones y ferias. También influyeron los cambios en el sistema monetario.
Finalmente, se reguló el sistema bancario con la Ley de Sociedades Bancarias y se unificó el sistema monetario con la creación de la peseta.