El Sexenio Revolucionario (1868-1874)
La Gloriosa y el Gobierno Provisional
En 1866, progresistas, demócratas y unionistas firmaron el Pacto de Ostende, un movimiento que contribuyó a la caída de Isabel II. El malestar político, económico y social llevó al pronunciamiento de Topete en la bahía de Cádiz (septiembre de 1868). La proclama de Prim y el triunfo de Alcolea significaron la salida de Isabel II de España y el inicio del Sexenio Revolucionario. La Gloriosa revolución fue resultado de una alianza entre progresistas y unionistas, con la aprobación de los demócratas, quienes aportaban el verdadero ideario revolucionario: sufragio universal y defensa de las clases medias y militares. Sus objetivos eran acabar con el bloqueo parlamentario y la pésima situación económica. Sin embargo, fue una “revolución falseada”, ya que las juntas revolucionarias y los movimientos populares fueron excluidos o perseguidos. El fin de la revolución era completar la transición de 1833. El triunfo de las tropas sublevadas en Alcolea, al mando de Serrano y dirigidas por Novaliches, provocó la salida de Isabel II. El gobierno entregó el poder a una Junta revolucionaria, que se encargó de regular la revolución. El programa revolucionario se centraba en el establecimiento de libertades políticas y civiles, secularización del Estado, reforma de Hacienda, libertad económica y rechazo de la dinastía borbónica. Las juntas estuvieron dominadas por las llamadas al orden. El 3 de octubre, la junta revolucionaria encomendó a Serrano la formación de un gobierno provisional, tras la llegada de Prim. Se disolvieron las juntas, aunque en algunas zonas del país mantuvieron un poder paralelo, con programas variables según predominaran progresistas o demócratas. Las juntas con mayoría de demócratas no se disolvieron, generando un doble poder, y algunas pidieron la república. El gobierno provisional, presidido por Serrano, estaba formado por 5 ministros progresistas y 4 unionistas. Se atendieron algunas peticiones populares y las promesas de la proclama de Prim:
- Supresión del impuesto sobre productos de primera necesidad.
- Emancipación de los hijos de esclavos nacidos tras la revolución.
- Decreto de libertad de enseñanza y reforma de la segunda enseñanza.
- Decreto de libertad de imprenta.
El distanciamiento entre quienes apoyaban al gobierno y quienes demandaban reformas más avanzadas radicalizó al sector republicano del partido demócrata, que apostó por la república federal, mientras el sector moderado se inclinaba por la monarquía. El gobierno convocó elecciones municipales (triunfo republicano el 15 de enero de 1869) y elecciones a Cortes Constituyentes, que elaboraron una nueva Constitución.
La Constitución de 1869 y la Regencia de Serrano
La Constitución de 1869 (112 artículos) establecía la soberanía nacional, la división de poderes y una amplia declaración de derechos:
- Derechos individuales: libertad de cultos, reunión, asociación, residencia, enseñanza, expresión e inviolabilidad del domicilio.
- Sufragio universal: conquista política más destacada de la revolución.
- Sistema bicameral: Senado elegido por sufragio universal.
- Rey: sujeto a la soberanía nacional.
La monarquía como forma de gobierno provocó la oposición de los republicanos y la regencia de Serrano. Surgieron problemas como la guerra colonial en Cuba (1868), la oposición de carlistas y alfonsinos, el acoso de los republicanos (Pacto de Tortosa, 18 de mayo de 1869) y el descontento popular. La regencia de Serrano y el gobierno de Prim estuvieron llenos de convulsiones sociales. Prim reprimió levantamientos y asumió amplios poderes. La propuesta de Amadeo de Saboya como rey se planteó en política interior y exterior. Prim agilizó la proclamación de Amadeo, pero murió en un atentado el mismo día de la elección. Amadeo I juró la Constitución el 2 de enero de 1871, comenzando la primera monarquía democrática en España. Sufrió el menosprecio de militares y aristócratas. La división interna en los partidos que apoyaban a Amadeo fue un problema. El miedo a la revolución proletaria llevó a medidas represivas contra organizaciones obreras y a la manipulación electoral, obligando a Amadeo a sustituir a Sagasta por Serrano. Este duró poco, por el Convenio de Amorebieta, que indignó a militares y radicales. Le sustituyó Ruiz Zorrilla. A estos problemas se unieron:
- Guerra de Cuba (1868-1878): el gobierno se enfrentó a independentistas y al partido español que controlaba los negocios, exigía esclavitud y se oponía a reformas. Concluyó con la Paz de Zanjón.
- Tercera guerra carlista (1872-1876): la firma del Convenio de Amorebieta concedió indulto, pero la reorganización carlista reanudó las hostilidades. El sitio de Bilbao fue el capítulo más importante. Las razones del conflicto carlista eran:
- Resistencia campesina al capitalismo.
- Resistencia de los territorios forales al centralismo.
- Resistencia a la secularización.
- Malestar en el ejército: el poder civil sobre el ejército provocó la abdicación de Amadeo.
La Primera República (1873-1874)
La Primera República, proclamada en febrero de 1873 y derrocada en enero de 1874, fue la salida ante la renuncia de Amadeo. Estanislao Figueras presidió el primer gobierno. La República nació con escaso apoyo y aislamiento internacional. Las clases populares la recibieron con entusiasmo, pero los dirigentes republicanos estaban lejos de sus aspiraciones. Se disolvieron las Juntas y se reprimieron revueltas. Las elecciones dieron la victoria a los republicanos. Las Cortes proclamaron la República Democrática Federal el 7 de junio de 1873. Figueras dimitió y Pi y Margall asumió el gobierno, proponiendo reformas como la constitución federal, la separación Iglesia-Estado, la independencia de las colonias, la disciplina en el ejército y leyes sociales. La Constitución de 1873 (nonnata) seguía la línea de 1869. La nación española estaría compuesta por 17 estados, incluyendo Cuba. El poder emanaría de municipios, estados regionales y estado federal. La Primera República enfrentó graves problemas:
- Insurrección carlista: la República animó el conflicto.
- Guerra de Cuba: la República no pudo mejorar la situación.
- Cantonalismo: proclamación de cantones independientes. Pi y Margall dimitió, siendo sustituido por Nicolás Salmerón, quien inició la acción militar contra el cantonalismo. Salmerón dimitió al negarse a firmar penas de muerte. Emilio Castelar asumió la presidencia, con un giro conservador. Obtuvo plenos poderes para reorganizar el ejército y gobernar con el Parlamento cerrado. Figueras, Pi y Salmerón plantearon una moción de censura. El 3 de enero de 1874, Castelar fue derrotado. Manuel Pavía exigió la disolución de las Cortes. El poder pasó a Serrano, que intentó estabilizar un régimen republicano conservador. Pero la opción mayoritaria fue la vuelta de Alfonso XII. Martínez Campos se pronunció el 29 de diciembre, proclamando a Alfonso XII rey de España.