Desamortizaciones en España
Contexto Histórico
Para mejorar la rentabilidad del campo, se necesitaban inversiones en maquinaria y abonos. Sin embargo, la nobleza y el clero, quienes poseían la mayoría de las tierras, vivían de las rentas y no se dedicaban a actividades productivas. Sus tierras eran cultivadas por arrendatarios que entregaban una parte de la cosecha y pagaban impuestos al Estado y la Iglesia (diezmos). Los campesinos, por su parte, eran muy pobres y trabajaban en pequeñas explotaciones. Además, existían tierras comunales, propiedad de los municipios, que permanecían improductivas o mal cultivadas, pero servían como complemento para los habitantes de los pueblos. Tanto las tierras de la Iglesia como las comunales se consideraban propiedades de manos muertas.
La Necesidad de un Cambio
Los políticos liberales, conscientes del éxito de otros países que habían modificado la estructura de la propiedad de la tierra, vieron la necesidad de erradicar el sistema de manos muertas. Su objetivo era vender estas tierras para que los nuevos propietarios las modernizaran. A pesar de algunos intentos previos, los cambios más importantes se produjeron con las desamortizaciones de 1836 y 1855.
La Desamortización de Mendizábal (1836)
Durante la regencia de María Cristina, Mendizábal impulsó la primera desamortización. El gobierno nacionalizó los bienes de las órdenes religiosas y los vendió a precios bajos para reducir la deuda pública. La intención era crear una nueva clase de propietarios que invirtieran en la tierra y generaran riqueza.
La Desamortización de Madoz (1855)
Pascual Madoz impulsó la segunda desamortización, poniendo a la venta las tierras cultivadas que pertenecían a los municipios. El proceso consistía en tasar las propiedades, realizar una subasta pública y adjudicarlas al mejor postor.
Consecuencias de las Desamortizaciones
El proceso de catalogación, tasación y subasta se prolongó durante el siglo XIX y principios del XX. Las consecuencias fueron diversas:
- Cambio de propiedad: El 40% de las tierras cambió de manos, y tres quintas partes de las propiedades de la Iglesia fueron vendidas. Sin embargo, los principales compradores fueron quienes ya poseían grandes patrimonios, consolidando su poder económico.
- Deterioro económico para agricultores: Muchos agricultores perdieron el acceso a los bienes comunales, lo que empeoró su situación económica.
- Ampliación de la superficie cultivada: Se logró un aumento en la superficie dedicada a cereales, patata y trigo. Otras medidas que contribuyeron a la transformación agraria fueron la supresión de la Mesta, la abolición de los señoríos y los diezmos.
Transformaciones en la Agricultura Española
En el campo español coexistían una agricultura tradicional y otra moderna. En la costa mediterránea, se impuso una agricultura orientada al mercado interior y exterior. Los principales cultivos seguían siendo cereales, olivo y vid. Sin embargo, se produjo un aumento en la superficie dedicada a frutales y cultivos de regadío, favorecido por la expansión del ferrocarril.
El Auge y la Caída del Vino
La superficie dedicada al cultivo de la vid experimentó un crecimiento sin precedentes. Entre 1850 y 1875, España triplicó sus exportaciones de vino debido a la plaga de la filoxera que afectó a Francia. España se convirtió en la primera potencia mundial exportadora de vinos. Sin embargo, este auge fue circunstancial. La llegada de la filoxera a España provocó una dura crisis en el sector, reduciendo las exportaciones de vino en más de un 40% entre 1892 y 1896.
Otros Cultivos
El cultivo del olivar también experimentó un crecimiento. El aumento de la superficie dedicada a frutales y cultivos de regadío se reflejó en el incremento de las exportaciones. A pesar de estos cambios, el cultivo cerealista tradicional seguía predominando, aunque el sueño de convertir a España en el granero de Europa no se materializó.