1. Los Conflictos Internos: Comunidades y Germanías
El inicio del reinado de Carlos I coincide con el estallido de grandes revueltas en dos de sus reinos: Castilla y Valencia.
a) La Revuelta de las Comunidades de Castilla
Fue una revuelta iniciada por las ciudades castellanas en 1520 contra el gobierno del rey. Surge debido a la mayor preocupación por los asuntos europeos frente a los intereses de Castilla (nombramiento de altos cargos flamencos, la imposición de impuestos extraordinarios para pagar la deuda contraída por la compra de la elección imperial, etc.). Tras haber aprobado los impuestos extraordinarios, los procuradores de las cortes vuelven a las ciudades y estalla la revuelta. Los gobiernos municipales son destituidos y se forman comunidades o gobiernos formados por representantes directos del pueblo y en el que participan artesanos, pequeña nobleza y bajo clero.
Los comuneros reivindican que el rey regrese a Castilla, que no se saquen metales preciosos, se excluya a los extranjeros de la administración y se pide un mayor protagonismo de las Cortes en el gobierno del reino.
El conflicto se complica cuando se extendió al campo y los campesinos iniciaron su revuelta contra los abusos de la alta nobleza. Esto hizo que la alta nobleza, hasta ahora al margen del conflicto, se uniera al rey en el aplastamiento de la revuelta. En 1521, en la batalla de Villalar, el ejército comunero fue finalmente vencido.
b) Las Germanías de Valencia
La revuelta estalla también en 1520 cuando los artesanos de la ciudad de Valencia piden permiso para armarse y formar una germanía o hermandad con la que hacer frente a los ataques de los piratas berberiscos. Pero los agermanados pronto utilizan la fuerza para oponerse al gobierno de la nobleza y crear un nuevo gobierno municipal controlado por las clases populares. La revuelta se extiende a otras ciudades y a los señoríos de la nobleza. La nobleza unió sus fuerzas a los ejércitos del rey para derrotar a los agermanados en 1521.
2. La Monarquía Hispánica de Felipe II
Con Felipe II, los reinos hispánicos comienzan a tener mayor peso que se manifiesta en el establecimiento de una corte fija en Madrid. Felipe II tuvo que hacer frente a tres problemas relacionados con los intereses de sus reinos españoles:
a) La Sublevación de los Países Bajos
Tiene su origen en la difusión del protestantismo y el rechazo de las élites flamencas a la presión fiscal y el autoritarismo del rey. La persecución que desata Felipe II contra los protestantes desató la rebelión general en 1566. Finalmente, y tras una dura represión, los Países Bajos quedan divididos en dos zonas:
- Las provincias del norte, donde el protestantismo era mayoritario, mantendrían una larga guerra de 80 años por su independencia.
- Las provincias católicas del sur, llegaron finalmente a un acuerdo y volvieron a la obediencia de Felipe II.
b) La Guerra contra los Turcos
A los que, en una alianza con Venecia y el Papa, se derrotó en 1571 en la batalla de Lepanto. Lepanto supuso un freno a la expansión turca.
c) La Guerra contra Inglaterra
Los motivos de discordia arrancaban de la adopción del protestantismo por la reina Isabel I, a lo que se sumó el apoyo que Inglaterra prestaba a los rebeldes de los Países Bajos así como los actos de piratería inglesa contra los barcos que venían de América. En 1588 Felipe II decidió preparar la invasión de Inglaterra con una Gran Armada (Armada Invencible) pero, finalmente, ésta fracasó estrepitosamente y acabó destrozada por las tormentas.
3. La Unidad Ibérica
Durante el reinado de Felipe II se completa la unidad peninsular con la incorporación de Portugal a la Monarquía hispánica. Tras la muerte del rey Sebastián de Portugal, Felipe II hace valer sus derechos al trono como nieto de reyes portugueses. Aunque su candidatura tiene importantes apoyos, algunas ciudades y familias nobles no aceptan a Felipe II y este decide intervenir militarmente invadiendo Portugal. En 1580 es proclamado rey de Portugal y reconocido por las Cortes de este país. La incorporación de Portugal suponía también la de su vasto imperio en América, África y Asia, aunque no es una anexión sino una unión dinástica, ya que Portugal conserva sus leyes e instituciones. Lo cierto es que con la unidad ibérica y el vasto imperio colonial de Castilla y Portugal, Felipe II es el monarca más poderoso de su época, al mismo tiempo que se acentúa la base hispánica de su Imperio.
4. El Modelo Político de los Austrias
El sistema político y administrativo presenta dos características básicas:
- El carácter federal de la Monarquía, según el cual cada reino conserva sus instituciones, leyes y fueros sin que exista una verdadera unidad política.
- El sistema polisinodial de gobierno, basado en los diferentes consejos que entienden en asuntos concretos del gobierno.
En la cúspide del sistema político se encuentra el rey, cuyo poder, excepto en Castilla, se encuentra limitado por la doctrina pactista. En 1561 se establece una Corte fija en Madrid y el rey delega sus poderes en los demás reinos a través de virreyes.
En el gobierno el rey está asistido por los Consejos, órganos integrados por juristas y letrados y que aconsejan al rey, y actúan como máximos tribunales de justicia. Al frente de cada Consejo figura el secretario, que actúa como intermediario entre el rey y el Consejo y puede asumir grandes poderes. Los Consejos se pueden clasificar de la siguiente manera:
- Consejo de Estado: trata asuntos generales de la mayor importancia.
- Consejos territoriales: atienden asuntos de ámbitos geográficos: Consejo de Castilla, Consejo de Aragón, Consejo de Portugal, etc.
- Consejos técnicos: entienden en materias concretas de gobierno, como el Consejo de Hacienda y de la Inquisición.
La otra institución clave es la de las Cortes, convocadas de forma cada vez más esporádica y, salvo en la Corona de Aragón, acabaron totalmente doblegadas ante el poder del monarca.
5. El Renacimiento en España
A lo largo del siglo XVI las nuevas corrientes intelectuales del humanismo y el Renacimiento penetran en los reinos hispánicos desde dos focos originarios:
- Italia, que ejerce una notable influencia en el terreno artístico, sobre todo en los reinos de la Corona de Aragón.
- Flandes, cuya influencia se aprecia sobre todo en Castilla, especialmente en los erasmistas o seguidores de Erasmo de Rótterdam.
Los nuevos movimientos culturales no tuvieron una gran difusión y sólo permanecieron entre un reducido grupo de intelectuales. La mayoría de las personalidades que se dejaron llevar por estas corrientes pertenecían al alto clero y a la nobleza. Esto explica el carácter conservador del Renacimiento español. Destacan importantes personalidades como Antonio Nebrija, autor de la primera gramática castellana, o el Cardenal Cisneros, fundador de la Universidad de Alcalá de Henares, donde se publica la Biblia Políglota.
Durante el reinado de Felipe II el reforzamiento de la Inquisición y la defensa del catolicismo provocaron un declinar del espíritu humanista aunque eso no impidió que el Monasterio de El Escorial se convirtiera en un centro artístico y bibliográfico.