Historia de la Segunda República Española: De la Proclamación al Frente Popular

1. La Proclamación de la República y las Primeras Reformas

1.1 La Caída de la Monarquía y el Gobierno Provisional

En las elecciones municipales del 12 de abril, los monárquicos obtuvieron mayoría de concejales debido al control que los caciques ejercían en las zonas rurales. Sin embargo, el triunfo en las grandes ciudades de la coalición republicano-socialista evidenció la falta de apoyo a la monarquía. La república llegó de forma pacífica y en un ambiente festivo. Para amplios sectores de la población, representaba el símbolo de las aspiraciones a profundas reformas políticas y sociales que resolvieran los graves problemas del país, como el establecimiento de la democracia, el problema de la tierra, la cuestión religiosa, la reforma educativa y las aspiraciones a la autonomía, especialmente de los nacionalistas catalán y vasco.

En la noche del 14 de abril de 1931, Niceto Alcalá Zamora proclamó en Madrid la II República española y exigió al rey que abandonara el país. El Comité Revolucionario, creado por el Pacto de San Sebastián, se convirtió en el gobierno provisional de la república.

El gobierno, presidido por Niceto Alcalá Zamora, estaba formado por todos los partidos políticos favorables a la república. Sus miembros eran: Alcalá Zamora y Miguel Maura (Derecha Liberal Republicana); Alejandro Lerroux y Diego Martínez Barrio (Partido Radical); Manuel Azaña y Marcelino Domingo (partidos republicanos de izquierda); Fernando de los Ríos, Indalecio Prieto y Francisco Largo Caballero (PSOE); Santiago Casares Quiroga (republicano gallego) y Nicolau d’Olwer (republicano catalán).

Estos partidos representaban a las clases medias profesionales, la pequeña burguesía y los líderes obreros socialistas.

1.2 Las Reformas Inmediatas

El objetivo principal del gobierno provisional era convocar Cortes Constituyentes. Sin embargo, su actuación política en los primeros meses también se dirigió a abordar una serie de reformas inmediatas:

  • El debate territorial: Las aspiraciones de los nacionalismos a una nueva organización territorial plantearon la cuestión autonómica. El 14 de abril, Francesc Macià, líder de Esquerra Republicana, proclamó la república catalana como Estado independiente que se integraría en una federación. Varios ministros alcanzaron un compromiso: se restauraba la Generalitat como gobierno autónomo de Cataluña hasta la aprobación del estatuto de autonomía por las Cortes.
  • La miseria agraria: El reformismo social se plasmó en leyes para paliar la precaria situación de los campesinos. Impulsadas por Largo Caballero, ministro de Trabajo, se concretaron en decretos que despertaron el recelo de los propietarios. El decreto de laboreo forzoso obligaba a cultivar las tierras. El decreto de términos municipales combatía el paro agrícola, obligando a contratar braceros locales. Se aprobaron el seguro de accidentes, la jornada de 8 horas y se prohibió expulsar a pequeños arrendatarios.
  • La reforma educativa: Los objetivos eran erradicar el analfabetismo y promover la enseñanza laica. Marcelino Domingo, ministro de Instrucción Pública, presentó decretos para crear escuelas y plazas de maestros. Se estableció la coeducación y la no obligatoriedad de la religión, lo que la Iglesia y sectores católicos interpretaron como un atentado.
  • La reforma del ejército: Azaña, ministro de Guerra, buscaba un ejército moderno, reduciendo el número de oficiales y estableciendo la primacía del poder civil. Un decreto obligó a jurar fidelidad a la república. El decreto de retiros voluntarios con sueldo íntegro fue aceptado por miles de militares. Se cerró la Academia Militar de Zaragoza y se abolió la Ley de Jurisdicciones de 1906. Parte de la oficialidad y sectores conservadores acusaron a Azaña de «desmantelar» el ejército.
  • La cuestión del orden público: La seguridad ciudadana, que minó el prestigio de la república, nunca se abordó con decisión, a pesar de la creación de la Guardia de Asalto. A menudo, se usaron los mismos mecanismos represivos que la monarquía, entregando el orden público al poder militar.

1.3 Primeras Reacciones y Conflictos

Los agentes económicos reaccionaron con temor. La Bolsa se desplomó, se redujeron los préstamos y se retiraron fondos de los bancos. El primer conflicto serio fue con la Iglesia. Mientras algunos obispos acataron al nuevo régimen, el cardenal Segura, arzobispo de Toledo, mostró una actitud beligerante, apoyado por la prensa católica y monárquica. La publicación de una pastoral del cardenal Segura elogiando a Alfonso XIII provocó un conflicto abierto y el gobierno ordenó su expulsión. En mayo, incidentes con grupos de extrema izquierda provocaron incendios en iglesias y conventos en varias ciudades. Las consecuencias fueron desastrosas para la república, deteriorando las relaciones con la Iglesia y desacreditando al gobierno ante la opinión católica.

5. El Frente Popular

En febrero de 1936, las últimas elecciones de la Segunda República mostraron un equilibrio entre dos bloques antagónicos. El triunfo del Frente Popular generó movimientos revolucionarios, ocupaciones de tierras, huelgas y desórdenes. Frente a la violencia política, el gobierno, formado solo por republicanos, era débil y no pudo ofrecer reformas profundas. La extrema derecha incitaba a la violencia, la conspiración y la insurrección militar.

5.1 La Victoria Electoral de la Izquierda

La campaña electoral fue tensa. La izquierda formó el Frente Popular (republicanos de izquierda, socialistas y comunistas). Las derechas se presentaron desunidas. La CEDA concurrió con republicanos conservadores y radicales. Monárquicos y carlistas formaron el Bloque Nacional, liderado por José Calvo Sotelo, para derribar la república. El Frente Popular obtuvo una victoria ajustada en votos, pero la ley electoral le otorgó una amplia mayoría en las Cortes.

5.2 La Vuelta de Azaña al Gobierno

Alcalá Zamora encargó a Azaña formar gobierno, compuesto solo por republicanos de izquierda. Se decretó una amnistía general y se legalizaron ocupaciones de latifundios. La derecha percibió estos hechos como una amenaza. Volvió la confrontación entre la Iglesia y la república.

5.3 La Crisis de la República

Las Cortes destituyeron a Alcalá Zamora, sustituido por Azaña. El nuevo presidente formó un gobierno presidido por Santiago Casares Quiroga. El problema más serio fue la crisis económica. Los empresarios reaccionaron con hostilidad. Se desató una oleada de huelgas. El gobierno se vio desbordado por los conflictos y la violencia política. El PSOE y la CEDA contribuyeron a la inestabilidad. En la izquierda, triunfaban las posiciones revolucionarias. La CEDA entró en crisis, lo que favoreció el paso de jóvenes de Acción Popular a Falange. Calvo Sotelo, en la derecha autoritaria, impulsó el discurso de la subversión. Ante la violencia callejera, el gobierno detuvo a José Antonio Primo de Rivera y cerró las sedes de Falange, pero la violencia y los crímenes políticos continuaron.

5.4 La Conspiración Militar

La conspiración militar, organizada por militares de extrema derecha y la Unión Militar Española, se planificó tras el triunfo del Frente Popular. El gobierno intentó desarticularla con traslados de altos mandos. Franco fue destituido como jefe del Estado Mayor. En marzo, generales como Mola acordaron un alzamiento para restablecer el orden, liderado por Sanjurjo. La sublevación contó con el apoyo de monárquicos, carlistas, falangistas y sus milicias. Mola organizó la rebelión, planeando una sublevación simultánea con violenta represión. El asesinato de Calvo Sotelo aceleró el proceso. El 17 de julio comenzó la sublevación en Marruecos. El fracaso de la rebelión en las grandes ciudades derivó en la Guerra Civil.

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