1. Economía Agraria y Desarrollo Comercial
En el siglo XVIII, Europa se regía por el Antiguo Régimen, caracterizado por una economía predominantemente agraria de tipo señorial. La agricultura era de subsistencia, con bajos rendimientos y orientada al autoconsumo, lo que provocaba frecuentes crisis de subsistencia, hambrunas y miseria. La tierra estaba en manos de la nobleza y el clero. Sin embargo, el siglo XVIII también experimentó un crecimiento demográfico, un aumento de la producción manufacturera y un auge del comercio.
2. Sociedad Estamental y Monarquía Absoluta
La sociedad del Antiguo Régimen se dividía en estamentos: los privilegiados (nobleza y clero) y los no privilegiados (Estado llano). La nobleza, poseedora de la mayor parte de las tierras, gozaba de exenciones fiscales. El clero vivía de las rentas de su patrimonio, con diferencias entre el alto y bajo clero. El Estado llano, que comprendía la burguesía, las clases populares urbanas y los campesinos (el grupo más numeroso), soportaba la mayor carga fiscal y carecía de privilegios.
3. El Pensamiento Ilustrado
La Ilustración, un movimiento intelectual del siglo XVIII, cuestionó los fundamentos del Antiguo Régimen. Sus principios incluían la razón como medio para entender el mundo, la fe en la educación y el progreso, la tolerancia religiosa y la defensa de la libertad e igualdad. En economía, promovió la fisiocracia y el liberalismo económico, defendiendo la propiedad privada y la libertad de comercio. En política, propuso la división de poderes (Montesquieu), la soberanía nacional (Rousseau) y la limitación del poder real (Voltaire).
4. La Quiebra del Absolutismo
En Inglaterra, el poder del rey estaba limitado por el Parlamento. Los intentos de los Estuardo de imponer una monarquía absoluta llevaron a dos revoluciones, culminando en la aceptación de los poderes del Parlamento por Guillermo de Orange en 1689, estableciendo la primera monarquía parlamentaria. En otros países europeos, el absolutismo se transformó en Despotismo Ilustrado, que intentaba reformas sin alterar el poder absoluto del monarca.
5. La Revolución Americana
Las trece colonias británicas en América del Norte se rebelaron contra la metrópoli, influenciadas por las ideas ilustradas y el descontento con el monopolio comercial británico. La Declaración de Independencia de 1776 y la Constitución de 1787, que establecía una república federal con separación de poderes y una declaración de derechos, fueron hitos clave. La Revolución Americana reforzó las ideas liberales y antimonárquicas en Europa.
6. El Siglo XVIII en España: La Monarquía Borbónica
Tras la muerte de Carlos II, Felipe V de Borbón fue proclamado rey, introduciendo el absolutismo francés en España. La Guerra de Sucesión (1701-1714) enfrentó a partidarios de Felipe V y del archiduque Carlos de Austria. La victoria de Felipe V llevó a la centralización del poder y la uniformización administrativa con los Decretos de Nueva Planta.
7. El Reformismo Ilustrado en España
Los ilustrados españoles, bajo el reinado de Carlos III, buscaron el crecimiento económico, la reforma social y la modernización cultural. A pesar de las dificultades, se implementaron reformas que mejoraron la economía y la demografía, aunque España seguía siendo una sociedad rural y estamental. La principal limitación fue la escasa demanda interna debido a la pobreza campesina.