1. Introducción
La crisis de 1898, para muchos historiadores, marca el inicio de la crisis del sistema de la Restauración. El llamado «Desastre del 98» resquebrajó las bases del sistema y planteó la necesidad de regenerar la vida política y social del país. Tras la Paz de Zanjón (1878), que puso fin a la Guerra de los Diez Años, España tuvo 17 años para implementar reformas en Cuba. Sin embargo, la falta de descentralización y la política proteccionista que estrangulaba la economía cubana propiciaron nuevas revueltas que llevaron a la independencia.
2. La Caída del Imperio Colonial
2.1 Causas del Levantamiento
- El incumplimiento del Convenio de Zanjón (1878) generó malestar entre los criollos por la situación política, financiera, económica y tributaria de la isla.
- La incapacidad de España para absorber la producción cubana y proveer manufacturas. Los criollos veían el atraso económico de España como un bloqueo a la expansión de la isla y se sentían atraídos por la influencia de Estados Unidos.
- La mala gestión del problema cubano en España. El rechazo a un proyecto de autonomía en 1893 y la tardía concesión de una ley autonómica en 1895, que ya no fue aceptada por los cubanos.
- El aumento del sentimiento patriótico en Cuba y Filipinas, apoyado por los intereses de Estados Unidos, que en 1894 adquiría el 88.1% de las exportaciones cubanas.
2.2 Desarrollo del Conflicto
En 1892, José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, que inició la revuelta independentista el 24 de febrero de 1895 (Grito de Baire). La insurrección se extendió por la isla bajo el liderazgo de Antonio Maceo y Máximo Gómez. España respondió enviando al general Martínez Campos, quien fue reemplazado por Valeriano Weyler, que implementó métodos más contundentes, incluyendo la «concentración» de campesinos. Tras el asesinato de Cánovas (1897), un nuevo gobierno liberal concedió autonomía a Cuba (noviembre de 1897), pero ya era demasiado tarde. Coincidiendo con la insurrección cubana, se produjo la de Filipinas (1896-97), liderada por José Rizal, que fue reprimida.
2.3 La Guerra contra Estados Unidos
El presidente McKinley protestó por la actitud de Weyler y gestionó la compra de Cuba, a lo que España se opuso. La explosión del Maine (1898) desencadenó la guerra. España no estaba preparada para la guerra contra Estados Unidos, que se desarrolló en dos frentes: el Pacífico y el Atlántico. La derrota de las escuadras españolas en Cavite y Santiago, junto con la intervención estadounidense en Filipinas, propició un nuevo alzamiento que expulsó a los españoles.
2.4 La Paz de París
En diciembre de 1898, el Tratado de París reconoció la independencia de Cuba y cedió Puerto Rico, Filipinas y Guam a Estados Unidos. El resto de las posesiones españolas fueron vendidas a Alemania en 1899.
3. La Crisis de 1898
La derrota de 1898 sumió a España en un estado de desencanto y frustración. Significó la destrucción del mito del imperio y la relegación de España a un papel secundario. La prensa extranjera presentó a España como una nación moribunda, con un ejército ineficaz, un sistema político corrupto y políticos incompetentes.
3.1 Repercusiones Económicas, Políticas e Ideológicas
A pesar de la magnitud del «desastre», sus repercusiones inmediatas fueron menores de lo esperado. El sistema de la Restauración sobrevivió, adaptándose a la retórica de la «regeneración». No hubo una gran crisis económica, sino una inflación baja, reducción de la deuda pública e inversión de capitales repatriados. La crisis del 98 fue, fundamentalmente, una crisis moral e ideológica. La derrota militar inclinó a los militares hacia posturas autoritarias, convencidos de que la culpa era de los políticos y del parlamentarismo.
3.2 El Regeneracionismo
La crisis colonial favoreció movimientos que criticaron el sistema de la Restauración y propugnaron la regeneración. Joaquín Costa abogó por la modernización, la alfabetización y la organización de los sectores productivos al margen del turno dinástico. El gobierno de Silvela (1899) mostró cierta voluntad de renovación, pero las reformas fracasaron. El espíritu de «regeneración» duró apenas un año. El turno de partidos se amoldó a cualquier intento de cambio.
3.3 La Generación del 98
El «desastre» dio cohesión a un grupo de intelectuales conocido como la Generación del 98, influidos por el Regeneracionismo. Preocupados por la identidad española, rechazaron la europeización y defendieron el «casticismo». Destacan Unamuno, Azorín, Baroja, Maeztu, Machado y Valle-Inclán. Denunciaron el alejamiento de la política de la realidad, buscaron la identidad nacional y tomaron conciencia del atraso respecto a Europa.
4. Conclusión
1898 supuso para España la pérdida de su imperio, relegándola a un segundo plano. El sistema de la Restauración, aunque sobrevivió, entró en una larga crisis. La consecuencia más positiva fue el surgimiento de una «Edad de Plata» de la cultura española, con la Generación del 98.