Descubrimientos Geográficos

Factores Económicos

Debido al gran florecimiento comercial y al contacto con Oriente, se tuvo acceso a las llamadas especias, seda, piedras preciosas, tejidos y perfumes. La búsqueda de oro y plata se transformaría en el mayor incentivo y también como medio de transacción. La marginalidad geográfica de España o Portugal ayudó a estos países a buscar nuevas rutas y así establecer un comercio con otras regiones de Occidente.

Factores Políticos y Religiosos

Todavía existía la aspiración de reinos parisinos europeos de reconquistar los lugares tomados por los turcos. Los españoles y portugueses querían recuperar su soberanía en la península ibérica. Por lo tanto, el objetivo de esta y otras naciones era evangelizar a los infieles y extender la doctrina cristiana.

Factores Socioculturales

El espíritu aventurero y el ansia de gloria y riquezas fueron motores de la sociedad de aquella época. Marco Polo, ya en el siglo XIII, relataba en su Libro de las Maravillas todas las riquezas de China y Japón. Es importante también la iniciativa y capacidad emprendedora de la burguesía, quienes financiaron los viajes de descubrimiento, siendo apoyados por la autorización de los reyes.

Situación Política en la Época de los Descubrimientos

España

Poseía dos aspectos: sus reinos separados, sin unidad territorial, y también su tendencia religiosa árabe en el siglo XV. Todo cambió con la unión matrimonial entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, lo que generó una unión en todo el país y así lograron expulsar a los moros de España.

Portugal

Sin mayores problemas políticos, inició tempranamente los descubrimientos, bordeando costas de África.

Absolutismo (Siglos XV-XVIII)

El absolutismo es un sistema político que se puede analizar desde tres perspectivas:

• Estado: Se preocupa del control y es la autoridad, emanando de un representante, que es el Rey.
• Nación: Sentirse propio de un lugar, lo que trae consigo tradiciones y costumbres.
• Territorio: Ser parte y vivir en un lugar determinado.

Este sistema político también concede al rey, por una parte, un poder absoluto, el cual proviene de Dios y no puede ser criticado, y por otra, le concede los tres poderes del Estado: ejecutivo, legislativo y judicial.

Todo esto proviene de la teoría divina, que dice que todos los actos del rey tienen justificación divina.

Absolutismo es la denominación de un régimen político, un periodo histórico, una ideología y una forma de gobierno o de Estado (el Estado absoluto), propios del Antiguo Régimen; caracterizados por la pretensión teórica (con distintos grados de realización en la realidad) de que el poder político del gobernante no estuviera sujeto a ninguna limitación institucional, fuera de la ley divina.¹ Es un poder único desde el punto de vista formal, indivisible, inalienable, intranscriptible y libre. Los actos positivos del ejercicio del poder (legislación, administración y jurisdicción) se apoyaron en la última instancia de decisión: la suprema monarquía, emanando de ella, no estando por encima, sino por debajo;² lo que implica la identificación de la persona del rey absoluto con el propio Estado.

Pensadores del Absolutismo

Thomas Hobbes (1588-1679)

Propuso: «Las naciones prosperan bajo una Monarquía, no porque tienen un príncipe, sino porque le obedecen» (Leviatán).

Nicolás Maquiavelo

En su obra El Príncipe, expresó su descontento hacia cualquier ley que limitara el poder del gobernante. Este debe mantener el poder y la seguridad del país que gobierna y no debe dudar en usar cualquier medio para poder cumplir con sus obligaciones: «el fin justifica los medios».

Hugo Grocio

Tiene ideas similares a Hobbes, considerando que solo la autoridad ilimitada del monarca posibilitaría la mantención del orden interno del Estado. El monarca, a su vez, no estaría sujeto ni a juicio ni a fiscalizaciones.