Modelos de Repoblación y Organización Estamental en los Reinos Cristianos Medievales
A medida que avanzaban las conquistas cristianas, se llevaba a cabo la repoblación con pobladores del norte. Los principales modelos fueron:
- Presura o Aprisio (siglos VIII al XI): Ocupación de tierras despobladas al norte del Duero y en la zona pirenaica, con campesinos libres que trabajaban y defendían sus parcelas.
- Concejil (siglos XI y XII): Creación de concejos al sur del Duero y en los valles del Tajo y Ebro, formados por una villa, su territorio (alfoz) y fueros (libertades y privilegios).
- Órdenes Militares (inicios del siglo XIII): Latifundios en la submeseta sur, Extremadura, interior de Aragón y norte de Valencia, concedidos por la Corona por su participación en la conquista y defensa.
- Repartimientos (siglo XIII): Grandes latifundios en el valle del Guadalquivir, entregados a nobles que participaron en la fase final de la conquista.
La sociedad medieval se organizaba en tres estamentos:
- Nobleza (bellatores): Los que luchan, con privilegios como exenciones fiscales y leyes propias.
- Clero (oratores): Los que rezan, también con privilegios.
- Pueblo llano (laboratores): Campesinos y burgueses, sin privilegios.
Además, existían minorías religiosas (judíos y musulmanes) y esclavos. Nobleza y clero eran los grandes propietarios de feudos (tierras entregadas por el rey), trabajadas por campesinos que pagaban rentas.
La Baja Edad Media en las Coronas de Castilla, Aragón y el Reino de Navarra
Corona de Castilla
Se constituyó como una monarquía unitaria y autoritaria basada en el derecho romano (Siete Partidas y Ordenamiento de Alcalá). Fue un periodo inestable, con guerras contra Portugal y Aragón, conflictos sociales (revuelta irmandiña, ataques a juderías) y revueltas nobiliarias (guerra civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara, muerte del condestable Álvaro de Luna).
Corona de Aragón
Se basaba en la descentralización (Aragón, Valencia, Mallorca, Cataluña) y el pactismo (acuerdos entre el rey y las Cortes). Además de guerras con Francia y Castilla, se expandió por el Mediterráneo (Sicilia, Nápoles, Cerdeña, ducados griegos). Tras la llegada de los Trastámara (Fernando I, Compromiso de Caspe, 1412), hubo conflictos sociales (la Busca contra la Biga, Guerras remensas).
Reino de Navarra
De corte pactista, bajo la dinastía Évreux se vinculó con Francia. En el siglo XV, sus asuntos se mezclaron con Castilla y Aragón. Sufrió conflictos sociales (agramonteses contra beaumonteses) y dinásticos (Juan de Trastámara y su hijo Carlos, príncipe de Viana).
La Guerra de Sucesión Española, el Sistema de Utrecht y los Pactos de Familia
Tras la muerte de Carlos II sin descendencia y su designación de Felipe de Borbón como heredero, comenzó el pleito sucesorio con el Archiduque Carlos de Habsburgo. La Guerra de Sucesión Española (1700-1713) fue un conflicto europeo y una guerra civil. Castilla apoyó a Felipe, y los territorios aragoneses, al Archiduque. La guerra terminó con la Paz de Utrecht (1713-1715): Felipe V fue reconocido rey a cambio de cesiones territoriales (Países Bajos y dominios italianos a Austria y Saboya, Menorca y Gibraltar a Gran Bretaña) y comerciales (Gran Bretaña obtuvo el «Asiento de negros» y el «Navío de permiso»).
Felipe V (1700-1746) intentó recuperar los territorios perdidos mediante alianzas con Francia (Pactos de Familia):
- Primer Pacto de Familia (1733): Recuperación de Nápoles y Sicilia para su hijo Carlos.
- Segundo Pacto de Familia (1743): Conquista del ducado de Parma.
Tras la neutralidad y rearme naval de Fernando VI (1746-1759), Carlos III (1759-1788) firmó el Tercer Pacto de Familia (1761), involucrando a España en la Guerra de los Siete Años (pérdida de Florida) y en la de Independencia Americana, que terminó con el Tratado de París (1783), recuperando Menorca y Florida.
La Nueva Monarquía Borbónica: Decretos de Nueva Planta, Modelo de Estado y Reformas
Los Borbones reorganizaron el Estado para crear una monarquía absolutista y centralizada, siguiendo el modelo francés. Los Decretos de Nueva Planta (1707-1716) suprimieron los fueros de Aragón, Valencia, Mallorca y Cataluña, manteniendo solo los vascos y navarros.
Se implementaron reformas para fortalecer el poder real y modernizar la administración, iniciadas por Felipe V y Fernando VI:
- Administración central: Supresión de los Consejos, sustituidos por Secretarías de Estado y del Despacho.
- Estructura territorial: Sistema provincial con funciones judicial (Audiencias provinciales), militar (Capitanías Generales) y civil-económica (Intendentes).
- Hacienda: Creación de una única contribución (Catastro de Ensenada, 1749).
- Ejército: Sustitución del sistema de tercios por regimientos. Refuerzo de la Armada (construcción naval con Fernando VI y el marqués de la Ensenada).
- Religión: Concordato con la Santa Sede (1753).
Carlos III llevó estas reformas al máximo con el «despotismo ilustrado», rodeándose de ilustrados (Jovellanos, Floridablanca) y realizando reformas como la creación del Banco Nacional de San Carlos, intentos de abordar la propiedad de la tierra, fomento de la colonización (Sierra Morena), creación de instituciones científicas (Real Gabinete de Historia Natural, Real Observatorio Astronómico) y obras públicas en Madrid (alcantarillado, alumbrado, fuentes de Cibeles y Neptuno, Paseo del Prado, Puerta de Alcalá).
Las Reformas Borbónicas en los Virreinatos Americanos
Los Borbones impulsaron importantes reformas en las colonias americanas para estimular la economía y oponer una mayor resistencia a la ofensiva militar y comercial inglesa sobre dichos territorios.
Se reorganizaron los territorios americanos, con la creación de dos nuevos Virreinatos (Nueva Granada y Río de la Plata), unidos a los anteriores de Nueva España y Perú. Se crearon también cuatro Capitanías Generales y se implantaron Intendencias a semejanza de las de España para mejorar la recaudación.
Las reformas económicas supusieron la liberalización del sistema comercial americano. Se aprueban los Decretos de Libre Mercado (1765), que permiten el libre comercio con América por cualquier español desde numerosos puertos españoles. Se cancela el sistema de flotas y se suprime la Casa de Contratación, situada entonces en Cádiz. En esa línea de estímulos económicos, se promueve la creación de compañías comerciales (Compañía Guipuzcoana de Caracas), que obtienen el monopolio del comercio de ciertos productos o de algunos territorios.
Las reformas militares consistieron en aumentar el número de soldados a través del servicio militar obligatorio y en reorganizar la Marina de guerra, mejorando su armamento con la creación de arsenales y nuevos astilleros.
Estas reformas provocaron un periodo de prosperidad en América, que conoció un aumento de población (de 11 a 16 millones), así como una mejora de la recaudación y de la defensa del territorio frente al expansionismo británico.
3.9. Sociedad, economía y cultura del siglo XVIII
La sociedad española del siglo XVIII seguía siendo estamental, con nobleza y clero como grupos privilegiados y gran influencia en la administración y el ejército. El pueblo llano, el más numeroso, consistía en una mayoría de pequeños campesinos dependientes de un señor y una burguesía muy escasa pero que mejora su situación gracias al comercio con América.
La economía española mejoró gracias a diversas medidas: en agricultura, aumentó la productividad introduciéndose nuevos cultivos de América (maíz y patata), construyendo canales de riego y navegación (Canal de Castilla), colonizando nuevas tierras (Sierra Morena), liberalizando el mercado del trigo y limitando los privilegios de la Mesta. Estas reformas fueron insuficientes, pues las tierras pertenecían a nobleza y clero, que no invirtieron en modernizarlas; en manufacturas, aumentó la producción al crearse las Reales Fábricas e introducir medidas proteccionistas frente a productos extranjeros (aumento de aranceles); el comercio colonial, reformado por los Borbones, impulsó asimismo la economía con sus medidas liberalizadoras. Gracias a estas reformas, comienza el despegue industrial de Cataluña, que se convertirá en el motor económico de España en el siglo siguiente.
La cultura española está ligada a la Ilustración, corriente intelectual que llega desde Francia, aunque con un peso menor por la escasa burguesía y el conservadurismo de los estamentos privilegiados. Su difusión se produce a través de las Sociedades Económicas de Amigos del País, las gacetas y las tertulias. Sus figuras principales fueron Jovellanos, Mutis y Moratín. En arquitectura destaca el nuevo estilo neoclasicista, liderado por la Academia de Villanueva, y en pintura sobresale la figura de Goya.
Los reyes abrazaron ciertas ideas ilustradas en el conocido como “despotismo ilustrado”, impulsando reformas culturales como la creación de academias (de la Historia, Lengua y Bellas Artes), expediciones científicas (Malaspina) o de fomento de la ciencia. Destaca Carlos III, mayor referente del despotismo ilustrado en España, que crea numerosas instituciones científicas y obras públicas para embellecer Madrid, la capital.