SEGUNDA REPÚBLICA. SIGLO XX
La Segunda República se considera, en ciertos aspectos, una etapa de progreso en España. Los republicanos entendían que la educación era fundamental para erradicar el analfabetismo y transmitir nuevos conceptos e ideologías. Este período se ha visto como un momento clave para la educación, aunque no se llegó a elaborar una reforma educativa integral.
Uno de los grandes retos de la República fue la educación: se aumentó el salario de los profesores, se incrementó su número y se abordaron temas como el bilingüismo. Sin embargo, la crisis mundial de 1929, desencadenada por el crack de Nueva York, impactó negativamente en la economía española. Mientras otros países reducían la inversión en educación, España intentó mantenerla, pero la situación económica dificultó el logro de los objetivos.
Periodos Políticos y Reformas Educativas
El período republicano (14 de abril de 1931 – julio de 1936) se divide en tres bienios:
- Primer bienio (abril 1931 – diciembre 1933): Bienio progresista. Se llevaron a cabo numerosas reformas en el país.
- Segundo bienio (diciembre 1933 – febrero 1936): Victoria del frente cedista, paralización de las reformas y regresión.
- Tercer bienio (febrero – julio 1936): Frente Popular, se retoma la agenda reformista, incluyendo la educativa.
Corrientes Ideológicas y Educativas
La visión educativa de la República se nutrió de dos corrientes principales:
- Socialismo (PSOE): Defendía una escuela igualitaria, unificada y un medio para la transformación social.
- Institución Libre de Enseñanza (ILE): Fundada en 1876, promovía una educación laica, libre, tolerante e igualitaria.
Figuras como Pablo Iglesias y Giner de los Ríos representaron la convergencia de estas ideas. La Constitución republicana reflejó estos principios, que guiaron las políticas del primer bienio. La educación se consideraba crucial para la reforma política, cultural, social y económica de España, buscando crear una sociedad democrática y progresista, independiente del control de la Iglesia y el ejército.
El Problema del Analfabetismo y el Informe Llopis
España era un país agrario, poco industrializado, con predominio del latifundio, caciquismo y altas tasas de analfabetismo. En 1930, el 40% de las mujeres y el 30% de los hombres eran analfabetos. De una población de 22,5 millones, 6 millones no sabían leer ni escribir.
Al llegar al poder, los republicanos encargaron a Rodolfo Llopis un informe sobre la situación educativa. El Informe Llopis reveló un panorama desolador:
«Media España es analfabeta, el país sin escuelas, los maestros faltos de todo estímulo y víctimas de los caciques y los curas. Las escuelas normales […] viven una vida sin entusiasmo. El pueblo divorciado de la escuela ya que no siente la escuela como parte de ellos.»
El informe indicaba que existían 32.680 escuelas, pero se necesitaban más de 27.000 para cubrir las necesidades. Más de millón y medio de niños no estaban escolarizados. Las escuelas existentes eran insalubres y carecían de medios. Además, no existía educación para adultos, la formación del profesorado era deficiente y la situación de la mujer era crítica.
Medidas Republicanas: Construcción de Escuelas y Contratación de Maestros
Con base en el informe, la República implementó un programa de construcción de escuelas mediante el decreto del 9 de junio de 1931. Se planificó la creación de 5.000 escuelas anuales durante cinco años. En el primer año, se construyeron 7.000 escuelas con un préstamo de 400 millones de pesetas. Esta medida, junto con la contratación de profesores, buscaba la plena escolarización.
Entre 1931 y 1933, se contrataron 13.580 profesores. Durante el período de la CEDA, solo se contrataron 2.535, mientras que en cinco meses el Frente Popular contrató a 5.300. Además de la contratación, se aumentaron los salarios de los docentes.