El Estado en el Siglo XVI
Los monarcas medievales habían visto limitado su poder por el de la nobleza y las ciudades. En el siglo XV se inició un largo proceso de integración territorial de los antiguos reinos y señoríos, en el que los poderes de la nobleza, los gremios, los municipios y las Cortes fueron debilitándose lentamente en beneficio de la autoridad real. De esta manera, apareció el Estado moderno, cuyas instituciones se orientaron fundamentalmente a que el rey concentrara todos los poderes (monarquía autoritaria). Los monarcas se valieron de diversos instrumentos:
- La unificación territorial mediante una política de uniones matrimoniales o por medio de la guerra.
- Una burocracia independiente y cada vez más profesionalizada.
- La diplomacia, que se convirtió en el instrumento de las relaciones internacionales. Así, los monarcas comenzaron a enviar embajadores permanentes a otros estados (lo inventó Fernando el Católico).
- Un ejército poderoso, constituido básicamente por mercenarios.
- Unos impuestos ordinarios.
La corte abandonó su anterior carácter itinerante y se fijó en una ciudad determinada. El palacio real se convirtió en el centro de la vida política.
Herencia Territorial de Carlos V y Constitución del Imperio
Carlos V heredó de sus abuelos una inmensa proporción de Europa: Castilla, Aragón, diversas posesiones en Italia, los Países Bajos y el Sacro Imperio. Durante su reinado añadió el Milanesado y todos los territorios que se fueron conquistando en América, el Pacífico y el Mediterráneo.
El Imperio estaba constituido por varios territorios con sus propias leyes, gobierno y costumbres. Su principal punto en común era el rey, que gobernaba todos los territorios y se ocupaba de la política exterior, el ejército, la justicia, la recaudación de impuestos y la administración de los recursos.
Para cobrar nuevos impuestos y, en algunos casos, para aprobar leyes, el rey necesitaba el acuerdo de los parlamentos de cada territorio de la monarquía.
En algunos territorios existían tribunales encargados de controlar que el monarca no vulnerase las leyes propias. Es el caso del Justicia de Aragón.
Política Interior
Carlos V tuvo una corte itinerante, ya que fue un monarca viajero que acudía personalmente a las zonas conflictivas.
Al principio, muchos de los consejeros de Carlos V eran flamencos. Este hecho provocó en 1520 la revuelta de las Comunidades en Castilla. La sublevación fue derrotada, pero posteriormente el rey sustituyó los consejeros flamencos por castellanos.
En cada territorio había un virrey o gobernador que gobernaba en nombre del rey.
El rey era auxiliado en su gobierno por una serie de consejos. Algunos de ellos se ocupaban de cuestiones concretas, como el Consejo de Hacienda, mientras que otros trataban temas relacionados con un territorio, como el Consejo de Indias.
Los Instrumentos de la Conquista
Las expediciones estaban organizadas por particulares, que recibían del rey una capitulación de conquista, es decir, la autorización para reclutar un ejército y conquistar un territorio determinado.
Los gastos de la expedición corrían a cargo del conquistador. Una vez conquistado el territorio, este pasaba al monarca. El rey concedía a los conquistadores el título de gobernador o capitán y una extensa parte de las tierras y del botín.
Los españoles eran muy inferiores en número a los pueblos conquistados, pero los indígenas se vieron sorprendidos por los caballos, desconocidos para ellos, que montaban los conquistadores, y por el humo y el ruido de las armas de fuego que portaban.
En la rapidez de la conquista intervinieron también las antiguas creencias y tradiciones, que hablaban de la llegada de los dioses desde el océano. Los pueblos indígenas creyeron verlos en los españoles que desembarcaban en sus costas.
La Ruta de la Conquista
La Conquista de México
Hernán Cortés, un hidalgo extremeño establecido en Cuba, zarpó hacia México en 1519 con unos 600 hombres. Aprovechó la confusión que produjo su llegada y el descontento de los pueblos sometidos por los aztecas, que se convirtieron en sus aliados.
Cortés marchó contra la capital, Tenochtitlán, que tomó en 1521, y capturó al emperador Moctezuma.
En los años siguientes se completó la conquista del territorio azteca. Desde la meseta mexicana, los conquistadores llegaron por el norte a la zona minera y por el sur a Yucatán y Guatemala, donde pervivían los restos de la cultura maya.
La Conquista de Perú
Francisco Pizarro, también extremeño, organizó la expedición de conquista del Imperio Inca. Supo aprovechar los problemas internos del imperio, gobernado en aquel momento por Atahualpa. Pizarro y sus hombres, que no pasaban de 200, llegaron a Cajamarca. Apresaron a Atahualpa, que tuvo que pagar un fabuloso rescate de oro, y que, finalmente, fue ejecutado.
La Organización de las Colonias
Los territorios españoles en América se regían por las mismas leyes que Castilla.
Para administrar los nuevos dominios se crearon:
- El Consejo de Indias se encargaba del gobierno de las colonias americanas.
- La Casa de Contratación regulaba y administraba el tráfico comercial. Se creó en Sevilla y en el siglo XVII se trasladó a Cádiz.
El territorio conquistado se dividió en dos virreinatos: el Virreinato de Nueva España al norte y el Virreinato de Perú al sur. Los virreyes se elegían entre la aristocracia castellana y disfrutaban de extensos poderes. En las principales ciudades americanas se instalaron las audiencias, que se ocupaban de aplicar las leyes y de impartir la justicia.
La Explotación de las Indias
Los españoles encontraron tanto en México como en Perú los metales preciosos que buscaban: oro y, sobre todo, plata. En la segunda mitad del siglo XVI se halló la fabulosa mina de Potosí. En las islas se establecieron explotaciones ganaderas y plantaciones azucareras, que eran trabajadas por esclavos negros traídos de África. En el continente se explotaron grandes haciendas agrícolas y estancias ganaderas trabajadas por mano de obra indígena.
El comercio con América era un monopolio real. América importaba manufacturas y productos agrarios que todavía no se habían desarrollado en el Nuevo Mundo, como el trigo o el vino. A cambio, exportaba a España metales preciosos, cueros y azúcar.
Para proteger la navegación de los ataques piratas y de potencias enemigas, se organizaron las flotas de Indias, que zarpaban anualmente.