Crisis del Reinado de Carlos IV y Fernando VII: Guerra, Constitución y Conflicto Dinástico

II. Crisis del Reinado de Carlos IV (1788 – 1808)

2.1 La Monarquía de Carlos IV

El ascenso de Carlos IV al poder marcó el declive de los ministros ilustrados y el ascenso de un militar, Manuel Godoy. Tras la ejecución de Luis XVI de Francia, España entró en guerra, que culminó con la Paz de Basilea (1795), subordinando al país a los intereses franceses.

Después de Trafalgar (1805) y la destrucción de la armada española, la nación se sumió en una grave crisis económica. Para recuperar la Hacienda Real, Godoy incrementó las contribuciones y planteó reformas como la desamortización eclesiástica, lo que aumentó el temor de Fernando de ser apartado del trono. El aumento de impuestos al campesinado agravó el hambre y las epidemias.

2.2 El Motín de Aranjuez

En 1807, Godoy y Napoleón firmaron el Tratado de Fontainebleau, permitiendo el paso de tropas francesas por España para conquistar Portugal. Estas tropas se posicionaron estratégicamente en Barcelona, Vitoria y Madrid. El 18 de marzo de 1808, Godoy aconsejó a los reyes trasladarse al sur. Este movimiento provocó el Motín de Aranjuez, forzando la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando.

2.3 La Monarquía de José Bonaparte

Napoleón convocó a Carlos IV y Fernando VII a Bayona, donde ambos abdicaron. Napoleón nombró a su hermano José rey y convocó Cortes para ratificarlo mediante el Código de Bayona, que reconocía la igualdad ante la ley, impuestos y cargos públicos. Sin embargo, el pueblo percibió el gobierno como ilegítimo.

III. La Guerra de la Independencia (1808 – 1814)

3.1 La Revuelta Popular y la Formación de Juntas

El 2 de mayo de 1808, el pueblo de Madrid se amotinó contra la ocupación francesa. Aunque el general Murat reprimió el levantamiento, se crearon Juntas de Armamento y Defensa, de carácter local y partidarias de Fernando VII. A finales de 1808, se formó la Junta Suprema Central en Aranjuez, liderada por Floridablanca y Jovellanos, trasladándose luego a Cádiz.

3.2 La Resistencia: Sitios y Guerrillas

La resistencia en ciudades como Zaragoza y Tarragona inmovilizó al ejército francés. Las derrotas en Bruc y Bailén impidieron la conquista de Andalucía. En 1809, José Bonaparte regresó a Madrid con apoyo francés. La resistencia se organizó en guerrillas, compuestas por artesanos, labradores, estudiantes, militares y clérigos. En 1812, Napoleón retiró tropas para la campaña rusa, permitiendo a Wellington derrotarlo en Arapiles. Napoleón firmó el Tratado de Valençay, permitiendo el retorno de Fernando VII.

3.3 Actitudes Sociales, Políticas e Ideológicas

  • Afrancesados: Intelectuales, altos funcionarios y parte de la nobleza que colaboraron con José I.
  • Frente Patriótico: Mayoría de la población, dividida en:
    • Absolutistas: Clero y nobleza.
    • Ilustrados: Partidarios del regreso de Fernando VII con reformas.
    • Liberales: Buscaban un nuevo sistema político liberal.

IV. Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

4.1 La Convocatoria de Cortes

La Junta Suprema Central se disolvió en 1810, nombrando una regencia para convocar Cortes. El ambiente liberal de Cádiz influyó en la composición de las Cortes, que abrieron en septiembre de 1810 como cámara única y proclamaron la Soberanía Nacional.

4.2 La Constitución de 1812

Promulgada el 19 de marzo de 1812, con 384 artículos, establecía derechos como la libertad de pensamiento, igualdad ante la ley y derecho a la propiedad. Definía la nación como todos los ciudadanos de ambos hemisferios. La estructura del Estado incluía:

  • Poder Legislativo: Cortes Unicamerales, con poder para elaborar leyes y aprobar presupuestos.
  • Sufragio Universal masculino indirecto.
  • Poder Ejecutivo: Monarca con derecho a veto por dos años.
  • Poder Judicial: Tribunales.

Se planteó la reforma de impuestos, la creación de un ejército nacional, el servicio militar obligatorio y la educación primaria obligatoria. El territorio se dividió en provincias, con diputaciones y ayuntamientos. El Estado se declaró católico.

4.3 La Acción Legislativa de las Cortes

Las Cortes aprobaron leyes para eliminar el Antiguo Régimen:

  • Eliminación de los señoríos jurisdiccionales, transformando a los señores en propietarios.
  • Abolición de la Inquisición.
  • Libertad de trabajo e imprenta.

La implementación de estas medidas fue limitada por la guerra y la vuelta de Fernando VII.

V. El Reinado de Fernando VII (1814 – 1833)

5.1 La Restauración del Absolutismo (1814 – 1820)

Fernando VII anuló la Constitución y las leyes de Cádiz mediante el Decreto del 4 de mayo de 1814, restaurando el absolutismo en el contexto del Congreso de Viena y la Santa Alianza. La Hacienda Real entró en crisis, y el campesinado resistió el retorno a las rentas señoriales. Los pronunciamientos militares liberales fueron reprimidos.

5.2 El Trienio Liberal (1820 – 1823)

El levantamiento de Rafael de Riego forzó a Fernando VII a aceptar la Constitución. Los liberales, tras ganar las elecciones, reformaron la Constitución e impulsaron la liberalización económica. La oposición monárquica y del campesinado, junto a las Partidas Absolutistas, debilitaron el gobierno. Los liberales se dividieron en moderados y exaltados.

5.3 La Década Ominosa (1823 – 1833)

Con la ayuda de los Cien Mil Hijos de San Luis, Fernando VII restauró el absolutismo. La represión continuó, como con la ejecución de Mariana Pineda. La crisis de la Hacienda se agravó con la pérdida de las colonias. Se implementó un arancel proteccionista y se nombró a Ballesteros ministro de Hacienda, generando descontento entre los realistas (Malcontents) y el apoyo a Carlos María Isidro.

5.4 El Conflicto Dinástico

El nacimiento de Isabel en 1830 y la Pragmática Sanción, que abolía la Ley Sálica, provocaron el conflicto sucesorio. Los absolutistas se agruparon en torno a Carlos María Isidro. María Cristina, regente durante la enfermedad del rey, se alió con los liberales. A la muerte de Fernando VII en 1833, Isabel II fue proclamada reina, y Carlos se autoproclamó rey, iniciando la Primera Guerra Carlista.

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