La Pérdida de las Colonias Españolas en 1898

La pérdida de las últimas colonias de ultramar en 1898 se vivió como el fin de una época, un desastre acompañado de un pesimismo radical y también de un impulso regenerador.

1. Antecedentes: La Guerra Larga Cubana (1868-1878)

Cuba fue para España, la Perla de las Antillas. Desde comienzos del siglo XIX se convirtió en el primer productor mundial de azúcar. En 1868, aprovechando la caída de Isabel II, se inicia la guerra contra España por la independencia y la abolición de la esclavitud, dirigida por Manuel de Céspedes (Grito de Yara). La larga duración del conflicto se explica porque España atravesó un período de fuerte inestabilidad y tuvo que hacer frente además a la Tercera Guerra Carlista. Terminada ésta, el gobierno envía a Martínez Campos, que logra acabar con la insurrección. En 1878 se firma la Paz de Zanjón, que recogía una amplia amnistía, la libertad de los esclavos de origen asiático y la promesa de reformas legales.

2. El Fracaso de la Política Colonial

Puerto Rico no planteaba problemas, pues en 1873 se había abolido la esclavitud y había conseguido la autonomía. En Cuba, el rechazo de la oligarquía españolista a cualquier tipo de reforma daría lugar a que las Cortes no aprobaran el proyecto de autonomía propuesto por Antonio Maura, ministro de Ultramar en 1893. La defensa de un mercado libre por los cubanos chocó también con la Ley de Aranceles de 1891. España era incapaz de absorber plenamente la producción de azúcar y de proveer a la isla de manufacturas, por lo que los criollos consideraban que el atraso económico de España bloqueaba la expansión de Cuba. Las islas Filipinas se diferenciaban de las Antillas por la escasa presencia española y la baja ocupación efectiva del territorio. El movimiento emancipador lo encabezaría José Rizal.

3. La Guerra Corta (1895-1898)

En 1895 se produjo la insurrección nacionalista que dio lugar a la última guerra cubana, en la que intervendría Estados Unidos.

Causas:

  • Las promesas de autonomía para la isla no se cumplieron, y el malestar aumentó: el proyecto de autonomía propuesto en 1893 por el ministro de Ultramar, Antonio Maura, fue rechazado en las Cortes.
  • La Ley de Aranceles de 1891, con la esperanza de un mercado libre para Cuba.
  • El interés de Estados Unidos por la isla obedecía a distintas razones, sobre todo económicas y geoestratégicas.

En febrero de 1895, comienza la revuelta liderada por José Martí, líder del Partido Revolucionario Cubano, junto a Antonio Maceo y Máximo Gómez (Grito de Baire).

Desarrollo:

En enero de 1896, Martínez Campos es sustituido por el general Valeriano Weyler, cuya estrategia causa muchas víctimas entre la población civil, lo que sería denunciado por Estados Unidos. El asesinato de Cánovas en agosto de 1897 y la subida al gobierno de los liberales lleva al gobierno español a proponer un acuerdo de paz (noviembre de 1897) que incluía el reconocimiento de la autonomía, el sufragio universal, la igualdad de derechos para insulares y peninsulares, y la autonomía arancelaria. La respuesta negativa de los cubanos recibió el apoyo de Estados Unidos. Coincidiendo con la insurrección cubana, estalla en Filipinas un movimiento independentista respaldado también por Estados Unidos.

La Guerra Hispano-Norteamericana:

En febrero de 1898, la explosión del acorazado Maine en La Habana fue el pretexto para la declaración de guerra. Estados Unidos presentó una oferta de compra de la isla por 300 millones de dólares, que el gobierno de Sagasta rechazó. La presión de la prensa y la diplomacia estadounidense, que acusaban a los españoles de haber provocado el hundimiento, llevaron a Estados Unidos a declarar la guerra a España el 25 de abril de 1898. La superioridad militar norteamericana se puso de manifiesto en la rápida victoria sobre la flota española. España demostró su incapacidad de atender dos frentes tan distantes: el Caribe y el sureste asiático. La armada española fue derrotada en Cavite (Filipinas) y en Santiago de Cuba. España aceptó la mediación de Francia y tuvo que aceptar la paz.

Tratado de París (diciembre de 1898):

España reconocía la independencia de Cuba y cedía a Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam a Estados Unidos, a cambio de una compensación de 20 millones de dólares. Más tarde, España entregó al Imperio Alemán las islas Carolinas, las Marianas y las Palaos, a cambio de 25 millones de dólares.

4. El Desastre del 98

Las pérdidas humanas ascendieron a más de 60.000, afectando especialmente a los más humildes. No hubo crisis económica, ya que la inflación bajó, la deuda pública se redujo y las inversiones aumentaron debido a la repatriación de capitales. El sistema de la Restauración logró sobrevivir al desastre. Fue una crisis moral e ideológica con un fuerte impacto sobre la población. Se puso de manifiesto el problema de España: su atraso y aislamiento. Ello provocó la aparición de un importante movimiento intelectual y crítico: el Regeneracionismo.

Regeneracionismo:

Desde dentro del sistema, hubo algunos políticos como Silvela o Maura que defendieron la dignificación de la política y el fin del caciquismo. El pensamiento de Joaquín Costa (Oligarquía y Caciquismo) ejemplifica el movimiento regeneracionista entre los intelectuales. Acabar con el caciquismo y conseguir la transparencia electoral eran otros objetivos imprescindibles.

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