De la Tragedia a la Revolución: España en la Primera Guerra Mundial

El Conflicto Colonial de Marruecos

La Conferencia de Algeciras, a la que acudieron diversos países europeos, y el posterior tratado hispano-francés establecieron un protectorado franco-español en la zona de Marruecos. El interés español por esta región venía estimulado por los posibles beneficios económicos, el deseo de restaurar el prestigio del ejército y conseguir que España se convirtiera de nuevo en una potencia colonial. En 1909, los rifeños infligieron una importante derrota a las tropas españolas en el Barranco del Lobo, ocasionando numerosas bajas. Se decidió entonces aumentar el número de soldados en el Rif con reservistas, muchos de ellos casados y con hijos.

La Semana Trágica de Barcelona

El 24 de julio se constituyó un comité de huelga, y esta derivó en una revuelta popular que desbordó el objetivo inicial de protesta contra la guerra de Marruecos y acabó siendo un estallido espontáneo de todas las tensiones sociales acumuladas. Explotó un fuerte sentimiento anticlerical que desembocó en el ataque e incendio de más de 80 centros religiosos. Las autoridades respondieron declarando el estado de guerra y enviando refuerzos para reprimir las manifestaciones, pero la falta de dirección y coordinación políticas derivó hacia la acción incontrolada de grupos que actuaban indiscriminadamente.

Consecuencias

La represión posterior fue muy dura por parte del gobierno de Maura. Se dictaron 17 condenas a muerte, de las cuales solo se ejecutaron 5. Entre estas figuraba la de Francesc Ferrer i Guàrdia. La represión de la Semana Trágica levantó una oleada de protestas por su virulencia y arbitrariedad. La oposición a Maura, apoyada por las campañas internacionales de denuncia de la represión, consiguió que Alfonso XIII disolviera las Cortes y traspasara el gobierno a los liberales. El catalanismo se dividió y aparece Esquerra Republicana de Barcelona. El movimiento obrero se radicalizó.

El Impacto de la Gran Guerra

En el verano de 1914, estando al frente del gobierno el conservador Eduardo Dato, se produjo el estallido de la Primera Guerra Mundial. Dato declaró de inmediato la neutralidad española. La guerra generalizada en Europa permitió exportar productos industriales y agrarios. Al dedicarse gran parte de la producción a la exportación, los precios interiores experimentaron alzas desorbitadas. El conflicto social, a causa del empeoramiento de las condiciones de vida de la mayor parte de la población, fue creciendo de manera imparable, y las organizaciones obreras encabezaron una protesta cada vez mayor.

La Crisis de 1917

En febrero había caído el zarismo en Rusia y en octubre se producía la Revolución bolchevique. En España, la coincidencia entre las graves dificultades del sistema político de la Restauración, el descontento militar y la conflictividad social provocaron una protesta generalizada antigubernamental.

La Protesta Militar

El ejército español presentaba un número excesivo de oficiales en relación al de soldados. La inflación había hecho disminuir el valor real de los ya bajos salarios militares. Las Juntas reclamaban un aumento salarial y se oponían a los ascensos por méritos de guerra, reivindicando la antigüedad como único criterio. El gobierno cedió a las demandas de las Juntas, cuya actividad fue tolerada. Las reivindicaciones de las Juntas tenían poco que ver con las de los otros sectores sociales, y estas eran básicamente un grupo de presión al servicio de sus intereses profesionales.

La Crisis Política

El conde de Romanones continuó con las viejas prácticas de corrupción política y, ante las quejas, decidió cerrar las Cortes en julio de 1916. Como reacción, y aprovechando la situación de crisis creada por la protesta militar, a iniciativa de la Lliga Regionalista se organizó en Barcelona una asamblea de parlamentarios catalanes. El gobierno prohibió la convocatoria, pero acabó celebrándose y fue disuelta finalmente por la Guardia Civil.

El Movimiento Huelguístico

El movimiento huelguístico que se desató en agosto inhibió a las fuerzas burguesas, ante el temor de un estallido revolucionario.

La Huelga General Revolucionaria

En 1916 ya se había producido un importante movimiento huelguístico, y en marzo del 17 las centrales sindicales UGT y CNT acordaron firmar un manifiesto conjunto en el que se instaba al gobierno a intervenir para contener los precios. Las fuerzas obreras convocantes reclamaban el fin de la monarquía, la formación de un gobierno provisional que convocara Cortes Constituyentes y el paso a un sistema republicano. La huelga tuvo una incidencia muy desigual, porque apenas contó con la participación de los sectores campesinos. La reacción del gobierno fue básicamente represiva: se declaró la ley marcial y se envió al ejército a aplacar el movimiento. La huelga general fracasó y no consiguió contar con el apoyo de amplios sectores, pero tuvo unas enormes consecuencias: debilitó aún más el régimen y radicalizó a la oposición.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *