España en Llamas: La Guerra Civil de 1936

Introducción

La Guerra Civil Española se considera el acontecimiento más relevante de la historia de España en el siglo XX. Desde una perspectiva más cercana, la guerra fue el resultado de la dinámica social y política interna, así como de las tensiones europeas de la década de 1930, tras el ascenso del fascismo en Italia y el nazismo en Alemania al final de la Primera Guerra Mundial. Ninguno de los bandos, ni las fuerzas sublevadas contra la República en julio de 1936 ni las autoridades y los partidos republicanos, previeron el desencadenamiento de una guerra. Un alzamiento militar fallido se convirtió en guerra civil debido al apoyo exterior que recibieron tanto los sublevados como el gobierno republicano. La Guerra Civil Española de julio de 1936 alcanzó una dimensión internacional, e incluso se temió que el conflicto se extendiera a otras partes de Europa y del mundo.

Antecedentes

El resultado de las elecciones del 12 de abril de 1931 dio la victoria a las fuerzas republicanas en la mayoría de las grandes ciudades. Ante esta situación, el rey Alfonso XIII renunció a la Corona y abandonó España. El 14 de abril se proclamó la República. El nuevo régimen fue recibido con gran entusiasmo popular y con la esperanza de un cambio radical en la vida política española. Sin embargo, la República nació en circunstancias difíciles. A nivel internacional, el mundo enfrentaba la grave crisis del capitalismo tras el crac bursátil de 1929, y en Europa el fascismo amenazaba los sistemas democráticos. La falta de tradición democrática en España y la oposición de los grupos conservadores llevaron a la República a tensiones sociales e inestabilidad política. La derecha fomentó un clima de enfrentamiento civil y recurrió a la violencia callejera, utilizando la “dialéctica de los puños y las pistolas”, en palabras de José Antonio Primo de Rivera. Este clima de violencia llevó a sectores conservadores a considerar el golpe de Estado militar como la única solución, lo que culminó en la sublevación del 17 de julio de 1936 y el inicio de una larga guerra civil con gran repercusión internacional.

Desarrollo de la Guerra Civil

La Sublevación Militar

El 17 de julio de 1936, la insurrección militar, liderada por Mola, Sanjurjo y posteriormente apoyada por Franco, comenzó en Melilla y se extendió rápidamente al protectorado de Marruecos. Los días 18 y 19 de julio, el golpe se extendió por la península y los archipiélagos. El alzamiento, bastante cruento en sus inicios, fracasó en las grandes ciudades pero triunfó en las zonas rurales. En general, la sublevación fue llevada a cabo por un conglomerado de militares conservadores, terratenientes, monárquicos, la Iglesia y falangistas.

División del Territorio

El fracaso parcial del golpe inicial dividió el territorio en dos zonas:

  • Zona Nacional: Contaba con un ejército mejor preparado, incluyendo divisiones completas en Castilla, Galicia y Andalucía, y sobre todo con el Ejército de África, la Legión y los Regulares.
  • Zona Republicana: Las unidades del ejército quedaron prácticamente desarticuladas. La mayoría de los oficiales se sublevaron, y el gobierno disolvió muchas unidades de fidelidad dudosa.

Desarrollo de la Guerra

Una semana después del alzamiento, con España dividida en dos zonas, el Ejército de África, dirigido por Yagüe, fue trasladado a la península con ayuda de la aviación alemana, iniciando la fase conocida como la Guerra de Columnas. Su objetivo era ocupar Madrid. Una columna partió del sur para enlazar con otra del norte, dirigida por Mola. La columna del sur se desvió hacia Badajoz, ciudad que cayó tras una brutal represión con numerosas víctimas. Franco desvió las tropas hacia el Alcázar de Toledo. La “liberación del Alcázar” fue un gran triunfo propagandístico para Franco. Simultáneamente, Mola tomó Irún y San Sebastián, aislando al País Vasco de la frontera francesa. Madrid sufrió bombardeos aéreos por aviones alemanes y duros combates. Miles de hombres y mujeres resistieron el avance nacional, surgiendo consignas como “No pasarán” y “Madrid será la tumba del fascismo”. Madrid resistió, poniendo fin a la Guerra de Columnas.

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