La Sublevación
El 17 de julio se sublevó la guarnición de Melilla y al día siguiente Franco volaba desde Canarias a Marruecos para ponerse al frente del Ejército de África. El 18 de julio la sublevación se extendió por casi toda la península con diversa suerte. Así, el general Mola se imponía en Navarra con ayuda de los Requetés; Queipo de Llano dominó Sevilla y Cabanillas tomó Zaragoza. Pero Madrid y Barcelona fueron controladas por los republicanos. Casares Quiroga restó importancia a la sublevación y fue sustituido por el general Giral, quien entregó las armas a las milicias sindicales y a los del Frente Popular. Tras las primeras acciones del levantamiento, los sublevados (nacionales) controlaban Galicia, las dos Castillas, Navarra, parte de Aragón, parte de Andalucía (la Baja) y las islas Baleares y Canarias. Unos 200.000 km², las zonas más pobres. Por otro lado, la República controlaba las regiones más ricas: Madrid, Barcelona, Cataluña, País Vasco, Asturias y parte de Santander, y las regiones agrícolas de Valencia y Murcia. En total, unos 300.000 km² aproximadamente.
La Revolución de Asturias
Los sucesos más sangrientos tuvieron lugar en Asturias, donde 50.000 mineros asaltaron la fábrica de armas de Trubia, y en la capital, Oviedo, elementos de la UGT, CNT y FAI quemaron la Diputación, la Universidad y la Cámara Santa de la Catedral. El ejército tuvo que enviar una gran guarnición de soldados para restablecer el orden, ya que los elementos separatistas y de la izquierda radical continuaron hasta que las tropas de la Legión y de Marruecos, capitaneadas por Franco, lo establecieron.
El Frente Popular
Los gobiernos radicales estaban cada vez más desprestigiados por la inoperancia y las irregularidades. Se sentían incapaces de seguir gobernando, al igual que la CEDA. No había más remedio que convocar elecciones. Las izquierdas, siguiendo instrucciones de Moscú, se unieron en el Frente Popular, con socialistas, anarquistas y comunistas. Algunos partidos de la extrema izquierda se unieron a la causa, con Manuel Azaña como jefe. El resultado de las elecciones fue: derecha: 145 escaños, centro: 65 e izquierda: 263 escaños. El comportamiento de los vencedores fue opuesto al de la CEDA. Tras la victoria, el Frente Popular forzó la entrega de poder antes de que se reunieran las Cortes. Grupos de la CNT, FAI y UGT impusieron un clima de terror en todo el país. Los elegidos en febrero fueron Azaña, Casares Quiroga, Martínez Barrio, Prieto y Largo Caballero. Los obreros se lanzaron a la calle; el paro afectaba a un millón y medio de trabajadores. En el extranjero se había superado la crisis del 29, pero no en España. Azaña no pudo controlar la situación. El terror se apoderó de España, con asaltos e incendios a conventos. En el campo, los obreros y jornaleros controlaban la situación. El asesinato del teniente José Castillo por pistoleros de la derecha, y al día siguiente el de Calvo Sotelo por la Guardia de Asalto, precipitó el levantamiento del 18 de julio y la Guerra Civil.
La Ayuda Internacional
La opinión democrática progresista mundial estuvo a favor de la República, como en Francia, con excepción de algunos grupos de derecha. En Inglaterra, muchos veían a Franco como un freno a la expansión del comunismo. El catolicismo estuvo en general con los nacionales, salvo ciertos grupos progresistas. El Papa tardó en pronunciarse, pero al final lo hizo a favor de Franco. Los partidos obreros y Rusia se manifestaron a favor de la República. Franco envió agentes a países totalitarios y obtuvo armas y aviones de Alemania e Italia. La República pidió ayuda a Francia (aviones, artillería y petróleo), pero luego estableció un comercio con Rusia, con armamento caro y en mal estado. Francia impulsó un comité de no intervención. La República tuvo que comprar armas a Rusia. Largo Caballero usó las reservas de oro del Banco de España, enviadas a Rusia para pagar las armas. Las Brigadas Internacionales fueron una gran ayuda para la República, organizadas por los comunistas internacionales, con voluntarios de América y Europa, en su mayoría izquierdistas y comunistas.
El Bienio Derechista: La Revolución de Asturias y las Crisis de la Derecha
Las masas católicas crearon la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), inspirada por el cardenal Ángel Herrera Oria y Gil Robles. A este grupo se unió Falange Española y de las JONS, creada por José Antonio Primo de Rivera, que propugnaba una España nueva y contraria a la República. También surgió un partido de Renovación Española. La izquierda estaba dividida. Los salarios eran bajos, había un millón y medio de parados, y la CNT proclamaba el absentismo. En las elecciones, la CEDA obtuvo 152 escaños, los radicales 79 y los socialistas 58. Los republicanos de Alcalá Zamora y Azaña fueron barridos. Las derechas obtuvieron 207 escaños, el centro 197 y la izquierda 93. Gil Robles, el vencedor, tuvo que formar coalición con los radicales de Lerroux. Los socialistas actuaron con violencia. Cataluña se independizó, con Lluís Companys como presidente.