Dictadura de Primo de Rivera en España (1923-1930)
Introducción
El régimen de la Restauración, regido por la Constitución de 1876, presentaba un sistema parlamentario aparente, pero en realidad era bipartidista, corrupto y al servicio de la oligarquía. La mayoría de los españoles veían limitados sus derechos y libertades. La muerte de Cánovas y Sagasta, la falta de líderes carismáticos y la intervención del rey Alfonso XIII generaron una creciente inestabilidad política y conflictividad social.
La derrota española en Cuba (1898) -el Desastre- y la posterior en Annual (1921), junto con la incapacidad para solucionar el conflicto marroquí, provocaron un profundo malestar. El regeneracionismo, aunque con escaso impacto práctico, reflejaba la necesidad de cambio. El creciente protagonismo del ejército, plasmado en la Ley de Jurisdicciones (1906) y las Juntas de Defensa (1917), acentuaba el desencuentro con el poder civil.
1. El Golpe de Estado y el Establecimiento de la Dictadura
El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, dio un golpe de Estado, suspendiendo las garantías constitucionales. El golpe, aprobado por el rey Alfonso XIII y apoyado por sectores conservadores y el ejército, instauró una dictadura militar. Aunque algunos ideólogos exaltaron el fascismo italiano, la dictadura de Primo de Rivera no fue un régimen fascista en el sentido estricto, al carecer de un partido de masas con una ideología y programa definidos.
a) El Directorio Militar (1923-1925)
En esta etapa inicial, Primo de Rivera asumió todos los poderes al frente de un directorio militar. Se suspendió la Constitución, se disolvieron las Cortes, se prohibió la actividad de los partidos políticos y se censuró la prensa. Se disolvieron las diputaciones, y los gobiernos civiles provinciales fueron controlados por militares, con alcaldes nombrados por el gobierno. Se intensificó la represión contra el movimiento obrero y los nacionalismos periféricos, especialmente el catalanismo, suprimiendo la Mancomunidad y prohibiendo el uso público del catalán.
El éxito del desembarco en Alhucemas (1925) y la rendición de Abd-el-Krim resolvieron favorablemente el problema marroquí.
b) El Directorio Civil (1925-1930)
La victoria en Marruecos consolidó el poder de Primo de Rivera, quien intentó institucionalizar la dictadura, sustituyendo el directorio militar por uno civil. El directorio civil (1925), integrado por militares y miembros de la Unión Patriótica, inició una política económica y social intervencionista.
i) Política Económica
Se impulsaron las obras públicas y se crearon grandes monopolios (Compañía Telefónica Nacional de España, CAMPSA). Se aplicó el proteccionismo arancelario. Si bien hubo mejoras a corto plazo, el elevado gasto público desequilibró las finanzas del Estado. La agricultura permaneció atrasada, sin modernización de técnicas.
ii) Política Social
Se caracterizó por la represión sindical (CNT ilegalizada, UGT con actitud pasiva) y un reformismo social paternalista (seguro de enfermedad, descanso dominical, viviendas protegidas, enseñanza profesional). Se creó la Organización Corporativa Nacional para regular las condiciones laborales y controlar el movimiento sindical.
c) Oposición al Régimen y el Fin de la Dictadura
La oposición, inicialmente desde los intelectuales y la universidad, fue creciendo progresivamente. Desde 1925, abarcaba todos los sectores políticos:
- Socialismo: Dividido entre quienes buscaban influir en la política social y quienes se oponían radicalmente. La UGT participó en los comités paritarios.
- Anarquismo: La CNT, desarticulada, sufrió una escisión con la creación de la FAI.
- Catalanismo: Se radicalizó y se decantó hacia la izquierda.
- Republicanismo: La Alianza Republicana (1926) se perfiló como una alternativa renovadora.
A partir de 1928, las críticas a la dictadura se intensificaron debido a la crisis económica (paro, endeudamiento, devaluación de la peseta), la agitación social y la pérdida de confianza de sectores del ejército. El rey Alfonso XIII retiró su apoyo a Primo de Rivera, quien dimitió el 28 de enero de 1930. Le sucedió el gobierno de Dámaso Berenguer (“dicta blanda”), con el objetivo de restaurar el sistema de la Restauración.
Conclusión
Aunque la dictadura resolvió el problema de Marruecos y tuvo efectos económicos positivos iniciales, la falta de libertades y la ambición de poder de Primo de Rivera generaron una creciente oposición. La caída del dictador arrastró a Alfonso XIII. Tras las elecciones municipales de 1931, España se proclamó república.