Historia de la Segunda República Española: Reformas y Conflictos

La Segunda República Española (1931-1936)

El período de la Segunda República coincide con la Gran Depresión, iniciada con el Crack de Wall Street en 1929. Aunque sus efectos se retrasaron en España, la crisis económica comenzó a sentirse hacia 1932. El 12 de abril de 1931, se celebraron elecciones municipales. La candidatura republicano-socialista triunfó en las ciudades, lo que llevó a la abdicación y salida del país del rey Alfonso XIII el 14 de abril. Los representantes de los partidos firmantes del Pacto de San Sebastián formaron un gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora, líder de los republicanos conservadores, y proclamaron la Segunda República Española.

El Gobierno Provisional y la Constitución de 1931

El gobierno provisional convocó elecciones a Cortes Constituyentes, donde la conjunción republicano-socialista obtuvo la mayoría. Se formó una comisión para elaborar una nueva Constitución, que fue aprobada el 9 de diciembre de 1931. Esta Constitución destaca por el sufragio universal y la división de poderes:

  • Poder Legislativo: Cortes unicamerales con amplios poderes.
  • Poder Ejecutivo: Gobierno encabezado por el presidente de la República.
  • Poder Judicial: Independencia de los jueces.

Además, la Constitución reconocía el derecho de las regiones a la autonomía, la separación Iglesia-Estado, la libertad de expresión, el derecho a la educación y el derecho a la propiedad privada. Se trataba de una carta magna democrática, laica y progresista, inspirada en la Constitución alemana de Weimar. Tras la proclamación de la Constitución, Manuel Azaña sustituyó a Alcalá Zamora en la presidencia del gobierno, y este último fue nombrado presidente de la República.

El Bienio Reformista (1931-1933)

Entre diciembre de 1931 y septiembre de 1933, el gobierno de Manuel Azaña impulsó un programa de reformas para modernizar y democratizar la sociedad española:

Reforma Religiosa

Buscó limitar la influencia de la Iglesia y secularizar la sociedad, proceso que se completó con la Ley de Congregaciones.

Reforma Militar

Azaña impulsó una reforma para modernizar el ejército y asegurar su lealtad a la República. Se suprimió la Academia Militar de Artillería de Zaragoza, dirigida por el general Franco, se creó una Comisión de Responsabilidades y se formó la Guardia de Asalto.

Reforma de la Estructura del Estado (Estatutos de Autonomía)

Se buscó una configuración estatal que permitiera la autonomía de las regiones con sentimientos nacionalistas. Cataluña obtuvo un gobierno autónomo, la Generalitat, presidida por Macià. Los vascos también buscaron un estatuto similar, pero no lo lograron hasta 1936.

Reforma Agraria

La Ley de Reforma Agraria (septiembre de 1932) tenía como objetivo modernizar la agricultura.

Reforma Educativa

Se promovió una educación liberal y laica, extendiendo el derecho a la educación.

Reformas Laborales

El ministro de Trabajo, Largo Caballero, implementó reformas para mejorar las condiciones laborales.

Oposición y Conflictos

El gobierno enfrentó una oposición abierta desde el principio. En la derecha, la oposición parlamentaria fue liderada por el Partido Radical de Lerroux. En la izquierda, la CNT y el PCE optaron por una línea revolucionaria, mientras que la UGT mantuvo su apoyo al gobierno. Los conflictos sociales fueron continuos. La tensión política culminó en el intento de golpe de Estado del general Sanjurjo (la Sanjurjada) en Sevilla el 10 de agosto de 1932, que fracasó. En enero de 1933, la masacre de Casas Viejas, donde la Guardia de Asalto mató a campesinos anarquistas, llevó al gobierno a convocar nuevas elecciones en noviembre de 1933.

Para estas elecciones, la derecha se reorganizó con la aparición de tres nuevos grupos: la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), dirigida por Gil Robles; Renovación Española, liderada por Calvo Sotelo; y Falange Española, el partido fascista español, dirigido por José Antonio Primo de Rivera. El triunfo de la CEDA y del Partido Republicano Radical se debió a diversas causas. Este triunfo conservador fue contestado con una insurrección anarquista que resultó en más de cien muertos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *