La Política Exterior de los Reyes Católicos
La política exterior de los Reyes Católicos se articuló en torno a varios ejes estratégicos:
- Aragón en el Mediterráneo: Fernando el Católico consolidó el dominio aragonés sobre el Rosellón y Nápoles. Además, fortaleció la presencia en el norte de África mediante la conquista de plazas como Melilla, Túnez y Argel, estableciendo una serie de presidios.
- Castilla en el Atlántico: Isabel la Católica impulsó la expansión castellana hacia América. Tras la definitiva conquista de las Islas Canarias en 1496, se produjo el trascendental descubrimiento de América en 1492.
- Diplomacia Matrimonial: Los Reyes Católicos concertaron matrimonios estratégicos para sus hijos con miembros de las casas reales de Portugal, Inglaterra y el Sacro Imperio Romano Germánico, tejiendo una red de alianzas que reforzó su posición en Europa.
- Francia: Tras una serie de exitosos conflictos, se recuperaron territorios aragoneses situados al norte de los Pirineos.
Política de Unidad Religiosa de los Reyes Católicos
Los Reyes Católicos implementaron una política de unidad religiosa que terminó con la coexistencia de cristianos, judíos y musulmanes. En 1492, se decretó la expulsión de los judíos que no se convirtieran al cristianismo. En 1502, se aplicó una medida similar a los mudéjares. Los judíos conversos y los moriscos (musulmanes convertidos) fueron objeto de marginación y vigilancia, ya que muchos continuaban practicando sus antiguas religiones en secreto. La Inquisición se encargó de perseguir y reprimir estas prácticas.
Características de la Política Exterior de Carlos I
La política exterior de Carlos I estuvo marcada por su ambición de crear una Universitas Christiana, un imperio cristiano universal, lo que le llevó a involucrarse en numerosos conflictos. Se enfrentó a Francia por el control de Italia, Flandes y Borgoña, obteniendo una victoria decisiva en la batalla de Pavía (1525). También combatió al Imperio Turco Otomano, logrando frenar su avance en Viena, aunque la amenaza otomana persistió. El mayor desafío para Carlos I fue el auge del protestantismo, iniciado con las tesis de Lutero, que encontró apoyo en Alemania, Flandes e Inglaterra. A pesar de sus victorias militares, no consiguió erradicarlo. La Paz de Augsburgo (1555) reconoció el derecho de cada príncipe a elegir la religión de su territorio, lo que supuso el fin de su proyecto de unidad cristiana.
Reformas Agrarias Durante el Reinado de Carlos III
Los monarcas ilustrados, y en particular Carlos III, promovieron reformas para modernizar la agricultura, inspirándose en los principios fisiocráticos. Entre las medidas más relevantes, destacan:
- Proyectos de Reforma Agraria: Se intentó limitar el precio de los cereales, mejorar la estructura de la propiedad favoreciendo a los medianos propietarios y modernizar el transporte y la comercialización de los productos agrícolas. Sin embargo, la oposición de la nobleza terrateniente frustró la implementación de estas reformas.
- Nuevas Poblaciones en Sierra Morena: A partir de 1767, siguiendo un proyecto de Campomanes y ejecutado por Pablo de Olavide, se llevó a cabo la colonización de zonas despobladas con comunidades modelo de colonos europeos católicos. Estos introdujeron técnicas agrícolas avanzadas.
Constitución de 1812: La Pepa
El 19 de marzo de 1812 se promulgó la Constitución de 1812, conocida popularmente como «La Pepa». Esta establecía que España se convertía en una monarquía parlamentaria con soberanía nacional. La soberanía abarcaba tanto a España como a sus colonias americanas, y la representación se ejercía a través de unas Cortes unicamerales elegidas por sufragio universal masculino indirecto. Se consagró la separación de poderes: el legislativo residía en las Cortes, el ejecutivo en el rey y el judicial en tribunales independientes. La Constitución promovió la igualdad ante la ley, eliminando los privilegios estamentales, y reconoció derechos individuales, como ciertas garantías penales y la creación de una milicia nacional. Sin embargo, no se reconoció la libertad religiosa para evitar conflictos con los sectores más conservadores.
Conclusión sobre la Constitución de 1812
La Constitución de 1812 no pudo aplicarse de forma efectiva debido a la guerra, la ocupación extranjera y la oposición de la nobleza y el clero. Tras el regreso de Fernando VII en 1814, la Constitución fue suprimida y se restauró el absolutismo. No obstante, la Constitución de 1812 se convirtió en la base de futuras constituciones españolas y en un modelo para otros países de Europa y América, especialmente a partir de 1820.
Crisis de la Monarquía Borbónica y Carlos IV
Carlos IV accedió al trono en 1788 y tuvo que afrontar la crisis provocada por la Revolución Francesa. Ante el temor a la expansión de las ideas revolucionarias, frenó las reformas iniciadas por su padre, Carlos III. En 1793, tras la ejecución de Luis XVI, España declaró la guerra a Francia, pero fue derrotada. Tras la Paz de Basilea y con la llegada de Napoleón al poder en 1799, el gobierno de Godoy osciló entre la alianza con Francia y la evitación de conflictos. Finalmente, España se alió con Francia, pero perdió su flota en la batalla de Trafalgar (1805). El Tratado de Fontainebleau (1807) permitió a las tropas francesas atravesar España para invadir Portugal, lo que dio inicio a la ocupación francesa. En 1808, el Motín de Aranjuez, instigado por la nobleza, el clero y el príncipe Fernando, forzó la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV. Napoleón, aprovechando la debilidad de la monarquía española, convocó a Carlos IV y a Fernando VII a Bayona, donde ambos abdicaron. Napoleón entregó el trono español a su hermano José Bonaparte, en lo que se conoce como las Abdicaciones de Bayona.
La Guerra de Independencia Española (1808-1814)
La Guerra de Independencia comenzó tras el levantamiento popular del 2 de mayo de 1808 en Madrid, provocado por la ocupación francesa y el secuestro de Fernando VII en Bayona. Aunque José I intentó modernizar España mediante reformas, la mayoría de la población rechazó su gobierno, mientras que una minoría, los afrancesados, lo apoyó. Se formaron Juntas de Defensa locales y provinciales, que posteriormente se coordinaron en la Junta Suprema Central, liderando la resistencia contra los franceses. La oposición armada se organizó principalmente en guerrillas que, junto con los sitios defensivos de ciudades, desgastaron a las tropas napoleónicas. La guerra se puede dividir en tres fases:
- 1808-1809: Los españoles lograron una importante victoria en Bailén, lo que motivó la intervención de Inglaterra bajo el mando de Wellington.
- 1809-1812: Francia dominó la península, aunque Cádiz resistió.
- Desde 1812: Con Napoleón ocupado en la campaña de Rusia, los aliados anglo-españoles intensificaron sus ataques.
Finalmente, el Tratado de Valençay en 1813 reconoció a Fernando VII como rey, y las tropas francesas abandonaron España.