Revolución Rusa: De Lenin a la Consolidación del Poder Soviético

La Época de Lenin y la Consolidación del Poder Soviético

La Guerra Civil Rusa (1918-1921)

Cuando los bolcheviques tomaron el poder en Moscú y San Petersburgo, se produjo un levantamiento militar antibolchevique al que se fueron uniendo distintas tendencias políticas. El grueso de las tropas de los llamados «rusos blancos» eran partidarios del Zar y del Antiguo Régimen. Otro grupo, con ayuda extranjera americana e inglesa, fue el de los partidos del gobierno provisional, liberales y socialistas que habían triunfado en la Revolución de Febrero. También se unieron los nacionalistas que querían separarse de Rusia, tanto en Europa como en Asia. Más adelante, hubo levantamientos anarquistas.

Para combatirlos, los bolcheviques crearon el llamado «Ejército Rojo», cuyo organizador fue Trotsky, compuesto por campesinos y obreros a los que se les habían entregado tierras y fábricas. Los triunfos bolcheviques se debieron tanto a su buena organización como a la desunión de sus enemigos. En 1921, tras el levantamiento anarquista, los bolcheviques controlaban la antigua Rusia, exceptuando los territorios entregados a Alemania en la paz de Brest-Litovsk.

La Política Exterior en la Época de Lenin

El nuevo régimen, nacido de la Revolución de Octubre de 1917, firmó con Alemania el Tratado de Brest-Litovsk, por el que se salía de la guerra entregando a Alemania una serie de territorios que luego los aliados, en la Paz de París, transformaron en países independientes como Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania y Polonia. Ucrania fue recuperada durante la Guerra Civil Rusa, al igual que Bielorrusia.

Acabada la Primera Guerra Mundial, el régimen ruso quedó aislado internacionalmente. La mayoría de los países occidentales lo consideraban un peligro de contagio revolucionario. Lenin intentó extender la revolución fuera de Rusia, sobre todo en países ricos como Alemania, pero entre 1918 y 1920 estos intentos fracasaron en Europa («trienio liberal»). En Alemania, la Liga Espartaquista de Rosa Luxemburgo fracasó en su intento de tomar el poder por la fuerza.

Fracasado el intento de extender la revolución, Lenin planteó una política exterior más a largo plazo con la creación de la Tercera Internacional, organización que agrupaba a los partidos comunistas de todo el mundo. Los partidos comunistas se formaron entre 1920 y 1922 por aquellos marxistas que eran partidarios de la Revolución Rusa y que se salieron de los partidos socialistas cuando estos decidieron no apoyar a Rusia. Este cambio también afectó a la política interior.

La Política Interior de Lenin

Lenin tuvo que diseñar un sistema político nuevo basado en los soviets, al que se llamó «sistema soviético». En enero de 1918 se cerró la Duma o parlamento ruso y se prohibieron los partidos opuestos a los bolcheviques (comunistas). Lenin eliminó todo el sistema liberal nacido con la Revolución de Febrero. En su lugar, se creó un sistema en el que los soviets o asambleas eran elementos representativos. En la práctica, el Partido Comunista controló el poder aplicando la llamada «Dictadura del Proletariado».

En los primeros años de guerra se aplicó una represión muy fuerte frente a todos los contrarrevolucionarios. Más tarde, en los años 20, hubo una política más abierta. Fruto de estos años se creó la URSS a partir de 15 repúblicas federadas que hoy son países independientes, siendo la mayor de ellas la Federación Rusa.

En un primer momento, los trabajadores se habían hecho dueños de las fábricas y los campesinos de las tierras, y Lenin mantuvo esta situación. Pero durante la guerra civil, eso produjo un caos total y Lenin creó el llamado «Comunismo de Guerra», donde el Estado dirigía toda la economía. Terminada la guerra, se aprobó la NEP (Nueva Política Económica), pensando que Rusia estaba aislada y era pobre, y que, según Marx, el socialismo iba a llegar en países de capitalismo muy avanzado. La NEP era una política que buscaba el desarrollo de Rusia mediante elementos capitalistas en el campo y las industrias. Se permitieron las pequeñas y medianas propiedades y el comercio libre. Las grandes empresas seguían siendo del Estado. Unos eran partidarios de la política de Trotsky y otros de convertir a la URSS en una gran potencia.

Las Revoluciones de 1917

Revolución de Febrero

La Primera Guerra Mundial volvió a poner de manifiesto, después de 1905, la escasa preparación de la economía rusa para afrontar un conflicto bélico. A las constantes derrotas militares frente a Alemania se unió el problema de los transportes. En este contexto, volvieron a producirse huelgas. La huelga de febrero de 1917, convocada en Petrogrado por las obreras del sector textil, produjo una huelga general y el amotinamiento de la guarnición militar, que se unió a los obreros. Se formó un soviet de obreros y soldados, y después surgieron otros soviets por Rusia, dirigidos por los socialistas y social-revolucionarios.

Por su parte, la Duma, controlada por liberales, estableció un Gobierno Provisional presidido por el príncipe Lvov, que obligó al zar a abdicar. El nuevo gobierno pactó con el soviet y un socialista moderado, Kerensky, se convirtió en presidente del gobierno. Entretanto, los soviets establecieron un doble poder. El mérito de Lenin y el Partido Bolchevique fue convertir a los distintos sectores descontentos en un poder real y alternativo al Gobierno Provisional.

La Revolución de Octubre de 1917

Lenin, que se había exiliado tras la Revolución de 1905, regresó a Rusia en abril de 1917. Una vez en Petrogrado, propuso a su partido un programa de actuación conocido como las «Tesis de Abril». Lenin se resumía en la consigna «Paz, Pan y Tierra». El gobierno de Kerensky se negó a aceptar las demandas de reparto de tierras y negociaciones de paz, como consecuencia, perdió apoyo en la izquierda, y la masa obrera y campesina no pudo establecer la disciplina en fábricas, campos y en las tropas. Kerensky frustró, con la ayuda de los bolcheviques, un intento de golpe de Estado. Por esta razón, también perdió apoyo en la derecha y las fuerzas armadas.

En octubre de 1917, Lenin convenció a su partido de que había llegado el momento de la rebelión. Los bolcheviques ocuparon Petrogrado. Kerensky, sin tropas, se vio obligado a huir. Triunfó así una revolución de carácter marxista y Lenin emprendió la tarea de construir un sistema socialista.

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