Construcción del Ferrocarril en España: Desarrollo Económico en el Siglo XIX

El Ferrocarril en España y su Impacto en el Desarrollo Económico del Siglo XIX

Introducción

Este texto historiográfico, de naturaleza narrativa y tema económico y político, es un documento público dirigido a la gente que quiera saber cómo fue la construcción del ferrocarril y el desarrollo económico del siglo XIX en España. Fue publicado en 1994 y reproducido por G. Tortella en el libro *Historia económica de los siglos XIX y XX*. G. Tortella fue…

Contexto Histórico

El contexto histórico en el que se escribió el documento fue el reinado de Isabel II, desde que los progresistas suben al poder y posteriormente los moderados, hasta 1866: año de un gran desarrollo económico en España.

El Retraso en la Llegada del Ferrocarril

El autor empieza preguntándose el porqué de que tardara tanto en llegar el ferrocarril a España y la respuesta es que el gobierno moderado que ejercía el poder en aquella época no quería cambios.

Al llegar los progresistas al poder, que estaban a favor del desarrollo económico, estaban dispuestos a hacer cambios en España, entre ellos la construcción del ferrocarril.

La Construcción del Ferrocarril (1856-1866)

El autor señala que, aunque tardó en construirse (1856-1866), su elaboración fue más rápida, con una estructura débil, financiaciones inadecuadas para ganar más. Pero una vez terminado, al haberlo hecho tan rápido, les faltaba dinero para cubrir gastos, ya que los gastos superaban los ingresos.

El Papel del Ferrocarril en el Desarrollo Económico

El ferrocarril desempeñó un papel fundamental en el desarrollo del crecimiento económico de los distintos países. En España su expansión se retrasó a la segunda mitad del siglo por varias causas: condiciones orográficas poco propicias, estancamiento económico, atraso técnico, ausencia de capitales dispuestos a invertir e inestabilidad política.

La Ley de 1848 y las Primeras Líneas Ferroviarias

La creación de una red ferroviaria que articulara el mercado interior de la península fue impulsada por la Administración del Estado a través de la Real Orden sobre Creación de Ferrocarriles de 1848.

Esta ley, que reservaba al Estado la concesión de las líneas pero dejaba su construcción a la iniciativa privada, permitió la construcción de las primeras líneas ferroviarias (Barcelona-Mataró y Madrid-Aranjuez). Es en esta época cuando se comete el error de realizar un ancho de vía mayor que la norma europea.

La Ley General de Ferrocarriles de 1855

El impulso definitivo se desencadenó a partir de la Ley General de Ferrocarriles de 1855 aprobada por los progresistas. La ley propiciaba la creación de compañías privadas que se encargarían de la construcción y explotación de los diferentes tramos de la red. Para ello el gobierno proporcionaba recursos y facilidades, desde conceder subvenciones, cuyos fondos los proporcionaría la aplicación de la Ley de Desamortización General de Madoz, hasta el permiso de importar materiales extranjeros. La Ley de Sociedades Bancarias y Crediticias de 1856 permitió la formación de un sistema bancario que contribuyera a la financiación del ferrocarril y el desarrollo de sociedades anónimas de crédito que orientaron el capital a su construcción. De 1855 a 1865 se produjo una expansión espectacular del número de kilómetros puestos en servicio y se consolidó la estructura radial con centro en Madrid como reflejo del deseo de consolidar un Estado centralizado. El capital invertido en su construcción fue aportado por el Estado, la iniciativa privada nacional y especialmente por las grandes sociedades de crédito extranjeras, principalmente francesas.

Impacto en la Industria Siderúrgica

A diferencia de lo ocurrido en otros países, la construcción de la red española no estimuló apenas la industria siderúrgica nacional ya que la Ley autorizaba a las compañías constructoras a importar libres de aranceles todos los materiales necesarios para la construcción del trazado.

En España, a diferencia de otros países europeos, la construcción del ferrocarril no llevó consigo un extenso desarrollo de la industria siderúrgica.

Etapas de la Industria Siderúrgica en España

Esta industria en España tuvo siempre el problema de un buen carbón y de poca demanda. El desarrollo de esta industria se distingue en tres etapas:

  • La etapa andaluza: Comprende desde 1832 hasta los años 60, estaba situada en torno a Málaga. Se basaba en la explotación del hierro de la zona, pero la falta de carbón mineral obligaba a recurrir en una gran proporción al vegetal, mucho más caro.
  • La etapa asturiana: Entre los años sesenta y ochenta, en torno a las cuencas carboníferas de Mieres y Langreo. Se basaba en la riqueza de carbón de la zona, aunque no era de gran calidad.
  • La siderurgia vasca: Se inició a partir de 1880 en torno a Bilbao (la familia Ybarra funda Altos Hornos y Fábricas, S.A.) y se convierte en el símbolo de la siderurgia española gracias a la abundancia de mineral de hierro, a la disponibilidad del coque inglés y al capital acumulado por los empresarios vascos. Desde 1880 hasta finales de siglo se modernizó mediante la instalación de convertidores Bessemer y de los hornos Siemens y se produjo la concentración de las grandes compañías de Altos Hornos.

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