Crisis de 1929, Sistemas Bismarckianos y Transformaciones Globales del Siglo XIX

La Superproducción

Estados Unidos había experimentado un crecimiento económico, pero su economía presentaba desequilibrios: los bienes de consumo y la agricultura crecieron, mientras que la productividad descendió en sectores como el del carbón y la industria textil. Hubo un desfase entre precios agrícolas e industriales. Los agrícolas bajaron y los industriales subieron. El consumo se debilitó por los altos precios industriales y los bajos salarios. Los efectos fueron la acumulación de stocks de productos.

La Especulación

En la bolsa, la demanda de valores aumentaba día a día muy por encima de su valor real. Esto alimentó la especulación: se compraban acciones para obtener una ganancia rápida. Ligado a ella estuvo el crecimiento del crédito: las empresas carecían de dinero en efectivo y necesitaron créditos. La Reserva Federal, banco rector de la política, prestó dinero al 5% a la banca privada, mientras que esta lo prestaba a sus clientes al 12%.

El Crack de 1929

A finales de los años veinte, los resultados negativos de las empresas evidenciaron la debilidad de su economía productiva. En octubre de 1929, muchos inversores pusieron a la venta gran cantidad de acciones. La Banca Morgan compró la mayoría. Tres días más tarde, sobrevino el Jueves Negro. El pánico se desató al salir a la venta 13 millones de acciones que nadie compró y, en pocas horas, el mercado neoyorquino de valores se hundió. El martes 29 de octubre se ofertaron inútilmente 16 millones de acciones y, en una sola jornada, se perdieron los beneficios de un año. Pero la caída no se detuvo. En pocos meses, la bolsa quedó bajo mínimos y más de un millón de familias estadounidenses se arruinaron.

La Gran Depresión

Estados Unidos

  • Millones de pequeños y medianos inversores perdieron sus ahorros en pocos días.
  • Se hundieron centenares de bancos, que habían invertido su capital en la bolsa para la compra de acciones.
  • La producción industrial disminuyó un 38% desde 1929 a 1932.
  • Los precios agrícolas se desplomaron.
  • El paro alcanzó los 13 millones de desempleados y quienes mantuvieron su empleo perdieron capacidad adquisitiva.

Los efectos del New Deal

La recuperación económica se logró gracias al aumento de la demanda de productos, la recuperación de los precios y la reducción del paro. El poder adquisitivo mejoró y se redistribuyó la riqueza.

En el ámbito político y social, se recobró la confianza en la democracia y en la participación política, y se experimentó el orgullo de pertenecer a una gran nación.

El comunismo de guerra

El objetivo era el control absoluto de la economía por el Estado para acelerar al máximo la productividad en todos los sectores. Hubo una serie de medidas como la incautación de lo producido por los campesinos, el trabajo obligatorio, la militarización de la industria y el racionamiento de los alimentos. Los soldados del ejército rojo pudieron ser abastecidos, pero provocó que la mayoría de la población sufriera grandes carencias.

El Komintern, nombre de la Tercera Internacional, se estructuró en una serie de condiciones para formar parte de ella. Las principales fueron la imposición del comunismo y el rechazo del socialismo reformista.

Consecuencias económicas de las revoluciones industriales

Las revoluciones industriales supusieron una radical transformación de las estructuras económicas por la aparición de las máquinas, la concentración empresarial y los nuevos sistemas de financiación. La industria pasó a protagonizar la actividad productiva y la producción industrial creció progresivamente. La división internacional del trabajo hizo que cada lugar se especializara en la producción de ciertos artículos.

Consecuencias demográficas y sociales

Hubo un gran aumento de la población debido a las mejoras en las condiciones de vida. El éxodo rural aumentó la población urbana y así surgió la ciudad industrial, que estaba habitada por burgueses en contraste con los barrios obreros de la periferia. Las revoluciones industriales dieron lugar a la sociedad de clases, una organización social basada en la igualdad ante la ley y la desigualdad en el reparto de riqueza. La burguesía se convirtió en la clase social dominante, junto a ella apareció el proletariado.

Consecuencias políticas

Consolidaron el liberalismo político por la burguesía en el poder. El crecimiento de la población enfrentó a los países ricos por el dominio de territorios, lo que favoreció el desarrollo de los nacionalismos. Propició la competencia y los recelos, por lo que algunos países recurrieron a tasas proteccionistas o a medidas intervencionistas.

Estados Unidos en el siglo XIX

A lo largo del siglo XIX conoció:

  • La expansión de sus territorios hasta la costa del Pacífico.
  • La masiva llegada de inmigrantes en busca de mejores condiciones de vida.
  • Un gran desarrollo económico propiciado por sus recursos naturales y sus emprendedores habitantes.
  • La consolidación del sistema democrático con la adopción en 1830 del sufragio universal masculino.

Japón en el siglo XIX

El imperio del sol naciente era, a principios del siglo XIX, una monarquía feudal, con un emperador simbólico que vivía aislado en su palacio. El poder efectivo lo ejercía el mayordomo imperial, cargo desempeñado por miembros de la familia desde dos siglos antes. Se emprendió una serie de reformas conocidas como la revolución Meiji: igualdad ante la ley, constitución de 1889 y final de la servidumbre. Se produjo un enorme desarrollo económico, sobre todo industrial, que obligó al Imperio japonés a una política expansionista.

La Europa de Bismarck

Otto von Bismarck, canciller del Segundo Reich alemán, se convirtió entre 1872 y 1838 en árbitro de la política internacional. Su objetivo fue preservar el orden vigente en Europa, que consagraba la hegemonía alemana. Para ello, Bismarck decidió no interferir en la expansión colonial del Reino Unido y procuró mantenerse alejado de Francia.

Los sistemas bismarckianos

Primer sistema (1872)

Para preservar el principio monárquico, Guillermo I de Alemania, Francisco José I de Austria y Alejandro II de Rusia firmaron una alianza que se convirtió en la Entente o Liga de los Tres Emperadores (1873). Francia quedó sin apoyos ante un eventual enfrentamiento con Alemania. Rusia abandonó la liga por el apoyo alemán al Imperio austrohúngaro en el Congreso de Berlín (1878).

Segundo sistema (1879)

A fin de mantener aislada a Francia, Bismarck llegó a un acuerdo bilateral con Austria-Hungría. A su vez, convenció al emperador Francisco José I para que retomara la amistad con el nuevo zar, Alejandro II, y renovó la alianza de los tres emperadores. Italia se unió a Alemania y Austria en la Triple Alianza a cambio de recibir apoyos en el norte de África frente a Francia.

Tercer sistema (1887)

Se reforzó la Triple Alianza con un nuevo pacto entre sus integrantes. Poco después, se firmaron los llamados Acuerdos Mediterráneos entre Alemania, Austria-Hungría, Reino Unido, Italia y España contra la expansión francesa en el norte de África. Finalmente, Bismarck consiguió del zar la firma del Tratado de Reaseguro en 1887 entre Alemania y Rusia.

Liquidación de la política de Bismarck

La subida al trono alemán del emperador Guillermo II significó la puesta en marcha de la Weltpolitik, que supuso que Bismarck fuera sustituido y se iniciara la Paz Armada.

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