Presidencia de Arturo Illia en Argentina: Reformas, Desafíos y Política Exterior

Contexto Político y Desafíos Iniciales

Arturo Illia asumió la presidencia de Argentina con un gobierno caracterizado por el respeto a la legalidad republicana. Sin embargo, no buscó consolidar una coalición con grupos organizados como los militares, los intereses liberales financieros y el sindicalismo peronista. Su estilo moderado y tolerante fue interpretado por sus opositores como lento e inoperante.

Durante su mandato, se promovió la libertad política y cultural. El país experimentó la plena vigencia de la Constitución, sin estado de sitio y con absoluta libertad de expresión. Al principio, la situación política de Illia era débil debido al escaso apoyo. Posteriormente, el gobierno enfrentó la oposición de los militares (la U.C.R.P. estaba vinculada con el sector colorado del Ejército, mientras que el control estaba en manos de los azules), la sindical, la de los medios de comunicación y la de sectores empresariales.

Oposición y Plan de Lucha de la CGT

Los logros económicos no generaron nuevos aliados, ya que la política económica no beneficiaba específicamente a ningún grupo de interés. Los desarrollistas exigían la anulación de los contratos petroleros y una política más favorable hacia la inversión extranjera. Los liberales criticaban el excesivo dirigismo del gobierno y su supuesta indiferencia frente a la movilización sindical de la CGT.

En 1964, la CGT presentó un Plan de Lucha para limitar el poder sindical mediante leyes y un control más estricto de su política interna. Más de 10,000 establecimientos industriales fueron ocupados por sus obreros. Aunque la medida se llevó a cabo sin mayores inconvenientes, la imagen del gobierno se deterioró.

Este plan, liderado por el sindicalista metalúrgico Augusto Vandor, buscaba mostrar el poder sindical a otros sectores como las Fuerzas Armadas, el empresariado y el propio Juan Domingo Perón.

El Peronismo y la Estrategia de Illia

Illia buscaba derrotar al peronismo en elecciones sin proscripciones. Perón, enfrentando dificultades para ejercer su liderazgo a distancia, envió a su esposa María Estela Martínez para restablecer la «verticalidad» del movimiento peronista.

Dentro del peronismo, Vandor, fortalecido por el Plan de Lucha y una alianza con caudillos provinciales neoperonistas, intentó ampliar sus bases independientemente de Perón. El liderazgo de Perón se vio afectado tras el fallido intento de la CGT de traerlo de regreso, impedido por el gobierno.

La derrota del proyecto vandorista en las elecciones de gobernador de Mendoza eliminó las posibilidades de una continuidad civil del gobierno de Illia, ya que «el peronismo sin Perón» era una ilusión para los militares.

El Golpe de Estado de 1966

El gobierno radical fue blanco de una campaña de acción psicológica que denunciaba su supuesta inmovilidad y el rechazo de los partidos políticos. Se buscaba legitimar una nueva fórmula política y militar liderada por el General Juan Carlos Onganía.

El golpe de Estado se concretó el 28 de junio de 1966. Illia fue expulsado de la Casa de Gobierno, los miembros de la Corte Suprema, gobernadores e intendentes electos fueron destituidos, el Congreso y las Legislaturas provinciales disueltas, y la actividad de los partidos políticos suspendida. La Junta de Comandantes que ejecutó el golpe entregó el poder al General Onganía.

Desarrollo Económico Durante el Gobierno de Illia

La U.C.R. implementó una política económica basada en el intervencionismo estatal y la protección a los consumidores, principios prometidos durante la campaña electoral. Como resultado, se promulgó la Ley de Abastecimiento.

El gobierno promovió una economía en crecimiento con un reformismo gradualista. El equipo económico logró resultados positivos:

  • Crecimiento significativo del PBI (Producto Bruto Interno).
  • Reducción del desempleo a la mitad de los índices de 1963.
  • Aumento de los salarios.
  • Anulación de los contratos petroleros firmados con empresas extranjeras durante la presidencia de Frondizi.
  • Replanteamiento de las relaciones con el FMI (Fondo Monetario Internacional).
  • Redireccionamiento del crédito hacia las pequeñas empresas en detrimento de las grandes.
  • Modificación del acuerdo con SEGBA, asegurando la mayoría estatal en la conducción de la empresa.

Política Exterior y la Cuestión de las Islas Malvinas

La política exterior radical se mantuvo independiente de la bipolaridad existente. El presidente Illia se negó a participar en expediciones militares intervencionistas en otros países, como la propuesta en República Dominicana en 1965.

Se destaca la actuación del canciller argentino Miguel A. Zabala Ortiz en la cuestión de las Islas Malvinas. Ante la Asamblea de las Naciones Unidas, Zabala Ortiz rechazó la aplicación del principio de autodeterminación de los pueblos al caso de las islas. Argumentó que las Malvinas no eran una colonia inglesa, ya que Inglaterra no colonizó, sino que se estableció por la fuerza en tiempos de paz, desalojando a la población que ejercía su soberanía legítimamente.

Argentina solicitó el respeto a la integridad territorial de todos los países, impidiendo cualquier intento de quebrantar la unidad nacional, lo cual ocurría mientras una parte del territorio argentino continuara siendo colonia británica.

La XX Asamblea General de las Naciones Unidas votó a favor de la resolución que establecía que el problema de la descolonización debía resolverse sin demora entre Argentina y el Reino Unido «a fin de encontrar una solución pacífica». Esta resolución sirvió de base para posteriores negociaciones entre ambos países.

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