El Bienio Radical-Cedista y el Frente Popular: Auge y Caída de la Segunda República Española (1933-1936)

El Bienio Radical-Cedista (1933-1936): La Segunda República en Crisis

La Primera Etapa del Bienio Radical-Cedista (1933-1934)

Las elecciones de noviembre de 1933 otorgaron la mayoría a los partidos de centro-derecha: la CEDA de José María Gil Robles y el Partido Radical de Alejandro Lerroux. Niceto Alcalá Zamora encomendó el gobierno a Alejandro Lerroux, que contó con el apoyo parlamentario de la CEDA.

El gobierno de Lerroux desarrolló una política contraria a la del bienio republicano-socialista:

  • Se paralizó la reforma agraria, devolviendo las tierras a los antiguos propietarios y expulsando de ellas a los campesinos que se habían asentado.
  • Se volvió a incluir la asignación al clero en los presupuestos del Estado.
  • Se aprobó la Ley de Amnistía que favoreció a los militares encarcelados por el fallido golpe de Estado de 1932.
  • Se ralentizó la construcción de escuelas y se bloquearon los estatutos de autonomía.

Radicalización de Derechas e Izquierdas

Derechas:

  • El aumento de la conflictividad social en el campo y en las áreas obreras consolidó a la CEDA.
  • Falange Española se fortaleció fusionándose con las JONS (1934), que practicó la violencia para conseguir sus objetivos políticos.

Izquierdas:

  • Los republicanos se aglutinaron en un nuevo partido: Izquierda Republicana.
  • La UGT y el PSOE, por temor al fascismo, también se radicalizaron claramente, dando comienzo a un movimiento revolucionario que fue especialmente grave en Asturias y Cataluña.

La Revolución de 1934

El 4 de octubre de 1934, Alejandro Lerroux formó gobierno, dando cabida en él a tres ministros de la CEDA. Este hecho fue tomado por el PSOE y ERC como el triunfo de la derecha más radical, que prepararía la llegada del fascismo, y desencadenó la insurrección que venía preparándose desde que, en 1933, la derecha ganara las elecciones.

El 5 de octubre, la UGT convocó una huelga general. La prensa de izquierdas animaba a la opinión pública a sumarse a la insurrección, hecho que se produjo el 6 de octubre de 1934. No obstante, la huelga fracasó en la mayor parte de España por dos motivos: por un lado, no tuvo el seguimiento popular que esperaban las fuerzas revolucionarias y, por otro, el ejército y la Guardia Civil reprimieron a los huelguistas.

En Cataluña, la huelga tuvo un carácter político independentista. La noche del 6 de octubre, Lluís Companys proclamó el Estat Català dentro de la República Federal Española, e invitó a luchar contra el «gobierno fascista», pidiendo para Barcelona la sede del gobierno provisional de la Segunda República. Pero, tan solo un día más tarde, el ejército acabó con la insurrección. Se suspendió la autonomía catalana y todo su gobierno fue acusado de rebeldía.

La insurrección contra el gobierno solo triunfó en Asturias. Con el fin de socializar los medios de producción, socialistas, anarquistas y comunistas firmaron la Alianza Obrera. Miles de obreros armados consiguieron ocupar toda Asturias y proclamaron la revolución socialista de los consejos obreros. Para sofocar la insurrección, el gobierno envió unidades de la Legión y de los Regulares estacionadas en Marruecos bajo el mando del general Francisco Franco. El 18 de octubre, la insurrección estaba totalmente controlada. Hubo más de mil muertos, miles de encarcelados y fueron muchas las sentencias a la pena de muerte, aunque finalmente el gobierno indultó a muchos detenidos.

Segunda Etapa del Bienio Radical-Cedista (1934-1936)

La Revolución de octubre de 1934 motivó un endurecimiento de la política del gobierno. Se suspendió el Estatuto de Cataluña y se aprobó una nueva ley de reforma agraria. El gobierno era débil y estaba en crisis permanente por las luchas internas entre el Partido Radical y la CEDA. Los radicales tenían que gobernar con José María Gil Robles a pesar de que no estaban de acuerdo con su política.

La tarea de gobierno fue desgastando a la CEDA y surgió a su derecha otro partido político, el Bloque Nacional, dirigido por José Calvo Sotelo. En el campo militar, Gil Robles llevó a cabo una serie de cambios en los mandos militares, ocupados por militares poco o nada partidarios de la República, como el general Fanjul, nombrado subsecretario del ministerio, el general Franco, jefe del Estado Mayor y el general Mola.

En octubre de 1935, el escándalo del estraperlo (juegos de azar autorizados mediante soborno a algunos políticos radicales) supuso la crisis definitiva del gobierno, ya que el escándalo del estraperlo (dos extranjeros, Straus y Perlo, obtuvieron permiso, previa entrega de numerosos regalos a políticos radicales, para instalar en el Casino de San Sebastián un sistema de juego de ruleta que garantizaba ganancias seguras a los propietarios. En adelante, la palabra estraperlo en España sería sinónimo de ganancia ilícita).

Las Elecciones de 1936 y el Frente Popular

En las elecciones del 16 de febrero de 1936, los partidos de izquierda y nacionalistas se agruparon en el Frente Popular, que hizo una campaña electoral con un programa reformista. El Frente Popular estaba integrado por: Izquierda Republicana, Unión Republicana, PSOE, PCE, POUM, ERC, entre otros. Los anarquistas no se unieron al Frente Popular, pero apoyaron sus candidaturas. La derecha también se presentó unida en numerosas circunscripciones. La CEDA hizo campaña con el lema «Todo el poder para el jefe».

El primer gobierno del Frente Popular, presidido por Manuel Azaña, estaba formado por Izquierda Republicana y Unión Republicana. Sus primeras actuaciones se ajustaron a lo pactado entre las fuerzas que lo integraban:

  • Se decretó la amnistía para todos los represaliados de la Revolución de octubre de 1934, aunque en muchas ciudades hubo personas que fueron excarceladas antes de que se firmase el decreto.
  • Se restauró el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Tras su liberación, Lluís Companys volvió a ocupar la presidencia de la Generalitat.
  • Se aprobó en referéndum el Estatuto de Autonomía de Galicia.
  • El Congreso destituyó al presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, y el 10 de mayo, Manuel Azaña fue elegido presidente.

Azaña quiso contar en el nuevo gobierno con el apoyo de los socialistas moderados de Indalecio Prieto, pero el grupo parlamentario socialista se negó a ello. El nuevo gobierno, presidido por el republicano Santiago Casares Quiroga, se formó el 13 de mayo de 1936.

Durante la primavera de 1936, la vida política y social española se deterioró y aumentaron el terrorismo y los enfrentamientos violentos entre la izquierda y la derecha. El gobierno alejó de los centros de poder a los generales más sospechosos de golpismo: Franco fue destinado a Canarias, Goded a Baleares y Mola a Pamplona.

Los últimos días de la Segunda República fueron convulsos y constituyen el preludio de la Guerra Civil. El desencadenamiento último de la guerra civil fueron dos asesinatos: el del teniente de la Guardia de Asalto José del Castillo, el 12 de julio de 1936, por extremistas de derechas, y el asesinato del diputado de derechas José Calvo Sotelo, el 14 de julio de 1936, por las fuerzas de seguridad. La muerte del líder de la derecha aceleró la intervención militar, y el 17 de julio, las tropas de la comandancia de Melilla se sublevaron, dando comienzo a la Guerra Civil Española.

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