Antecedentes de la Guerra Civil, evolución política y situación económica de los dos bandos, costes humanos y consecuencias económicas y sociales.
En 1936 se convocan nuevas elecciones, el Frente Popular (partidos de izquierdas) salió vencedor, y los partidos de derechas se agruparon en el “bloque nacionalista”. Este nuevo gobierno se enfrentó a problemas como la conflictividad social, atentados terroristas (los asesinatos de Calvo Sotelo y el teniente José Castillo). También tuvo que enfrentarse a la oposición que quiso acabar con la república mediante la fuerza. El militar Sanjurjo, apoyado por monárquicos, falangistas y carlistas, se alió con los cedistas en un intento frustrado de un golpe de estado. Tras la muerte de Sanjurjo, el general Mola pretende tomar las ciudades más importantes mediante un pronunciamiento simultáneo. En julio de ese año, Franco toma el mando del ejército africano y, aunque el golpe no es exitoso, la incapacidad del estado para frenar a los sublevados provoca una guerra civil que se prolongará durante 40 años.
Los Bandos en Conflicto
Poco a poco se van definiendo ambos bandos; por una parte, los sublevados o nacionales, apoyados por la iglesia, militares y clases altas. Por otra parte, los rojos o republicanos, apoyados por las clases populares, los anarcosindicalistas y comunistas.
La república concentraba su apoyo en la zona cantábrica, País Vasco (menos Álava), la cuenca mediterránea, Madrid, Extremadura y alguna zona de Andalucía. En su mayoría, todo el apoyo lo recibía de los núcleos urbanos e industriales, las minas del Norte y el Banco de España. Azaña intentó dialogar con Mola, tras su fracaso dimite y le sustituyó José Giral, incapaz de imponer orden.
Desarrollo del Conflicto
En 1936, el descontento de los republicanos provocó un cambio de Gobierno. El antiguo secretario de la UGT, Caballero, fue el nuevo presidente en Valencia, hasta un año después. Su intención de frenar la guerra mediante un ejército popular le causó la enemistad con los comunistas y los anarcosindicalistas. Con estos diferentes planteamientos se divide el frente republicano; incluso en mayo de 1937, los anarcosindicalistas y los comunistas se enfrentan en Barcelona. Los socialistas buscan apoyo en los comunistas (PCE – La Pasionaria). Ante este panorama, Caballero dimite y asciende Negrín. Este defiende la centralización y concentración del poder, nacionalizó la economía y crea el Ejército Popular. En mayo del 38 intenta negociar el fin de la Guerra, pero Franco sólo aceptará la rendición absoluta.
Dentro del bloque nacionalista existían diferentes intenciones por las que dar el golpe: los carlistas pedían el regreso de un monarca, los falangistas un régimen fascista y los de la CEDA una vuelta a la monarquía alfonsina. Por lo tanto, no tenían ningún proyecto político en común que ofreciera una coherencia política tan poderosa como la militar.
Se crea la Junta Nacional de Defensa, integrada entre otros por Mola y Franco. Prohíben la actividad política de los partidos y sindicatos, la constitución y paralizan la reforma agraria. Esta Junta desaparece cuando Franco, que ya contaba con miles de seguidores y el respeto de Mussolini y Hitler, fue proclamado Generalísimo.
Se crea un nuevo poder político inspirado en regímenes fascistas italiano y alemán. En 1937, Franco da a conocer “El Decreto de Unificación”, un único partido político “Falange Española Tradicionalista y de las JONS” en el que Franco era Jefe del Partido y del Estado.
Se aprueba la “Ley de Responsabilidades Políticas” donde podrían penalizar a todo aquel relacionado con la causa republicana y la acción sindical, excepto el sindicato vertical controlado por el gobierno.
Comienza así el nacionalcatolicismo; la Iglesia hace público el apoyo al régimen. El resultado de esta victoria fue la creación de un estado totalitario que se convirtió en una dictadura de casi 40 años.
Consecuencias de la Guerra
Las consecuencias de esta guerra fueron humanas, materiales y culturales. La cifra de muertos es aún una duda, sin contar con los heridos y mutilados. Cuando el bando nacionalista gana la guerra, el Estado Franquista se ocupa de seguir con la limpieza de los republicanos, donde se despide a todos aquellos funcionarios fieles a la república. Esto provocó una migración hacia zonas con control republicano. Algunos incluso huyeron por mar o cruzaron la montaña hasta Francia (Maquis).
El sector económico fue testigo de un retroceso y descenso de la producción. La escasez del sector agrario propició hambruna y racionamiento en la población de posguerra. Desde el punto de vista industrial, la recuperación fue lenta. Las élites intelectuales iniciaron un largo exilio del que muchos no volvieron.