El Imperio Español Bajo Felipe II: Política, Sociedad y Economía en el Siglo XVI

El Reinado de Felipe II y la Unidad Ibérica (1556-1598)

Felipe II (1556-1598) heredó de su padre, Carlos V, un vasto conglomerado de territorios, a excepción de la herencia austriaca, incluida la opción del Imperio Alemán, que fue cedida por el emperador a su hermano Fernando. Con Felipe II, el imperio se vuelve más netamente español, y concretamente castellano, ya que establece la capital en Madrid en 1561 y dirige desde allí sus territorios.

Conflictos Exteriores

  • La rivalidad con Francia se cerró momentáneamente tras la victoria en la batalla de San Quintín y la firma de la Paz de Cateau-Cambrésis (1559).
  • Con los turcos obtuvo la importante victoria de Lepanto (1571).
  • También tuvo que luchar contra el protestantismo tras el levantamiento de los Países Bajos (1566), conflicto que no terminaría hasta 1648.
  • Con Inglaterra fracasó en el envío de la Armada Invencible en 1588.

Anexión de Portugal

El mayor éxito en política exterior de Felipe II fue la anexión de Portugal y sus territorios en 1580. La muerte del rey luso Sebastián I en Alcazarquivir (Marruecos) hizo que Felipe II hiciera valer sus derechos al trono portugués. Las tropas castellanas lograron una rápida victoria y en 1581 las Cortes de Tomar reconocían a Felipe II como rey de Portugal.

Problemas Internos

A nivel interno, los principales problemas fueron la sublevación de los moriscos de las Alpujarras de Granada en 1568, y la cuestión foral aragonesa motivada por la marcha de Antonio Pérez, secretario del rey, que huyó de la justicia amparándose en los fueros de Aragón. El soberano respondió invadiendo con sus tropas Zaragoza y dando muerte al Justicia Mayor.

El Modelo Político de los Austrias: La Unión de Reinos

Para gobernar sus territorios, los Austrias continuaron con el sistema de Consejos diseñado por los Reyes Católicos, que poco a poco se fue haciendo más complejo conforme las necesidades de la monarquía y los territorios se fueron incrementando. Integrados por nobles, clérigos y letrados, los Consejos tenían un carácter consultivo y podían dividirse en dos grupos:

  • Temáticos: asesoraban sobre temas generales (Estado, Guerra, Cruzada, Inquisición, Órdenes Militares y Hacienda).
  • Territoriales: encargados de algunos de los dominios de la Corona (Castilla, Indias, Aragón, Italia, Flandes y Portugal).

Los reyes escuchaban a los Consejos, pero tomaban ellos las decisiones. Los secretarios reales servían de intermediarios entre los Consejos y el soberano. El aparato estatal se completaba con las Audiencias y Chancillerías, órganos supremos de la administración de justicia. Ante la imposibilidad de que el monarca estuviera presente en todos sus territorios, se utilizó la figura del virrey (Aragón, Cataluña, Valencia, Nápoles, Sicilia y América) y los gobernadores (Flandes y Milán). La corte se fijó en Madrid definitivamente en 1561. En la administración territorial, siguió vigente la figura del corregidor. En el campo de la política exterior, se mantuvieron representaciones diplomáticas en las principales capitales europeas (Roma, París, Londres y Viena) y un ejército permanente que permitió mantener la hegemonía en Europa durante casi siglo y medio.

Economía y Sociedad de la España del Siglo XVI

La monarquía española se convirtió en el siglo XVI en una gran potencia económica. La explotación de las minas de oro y, sobre todo, de las de plata de Potosí y Zacatecas, así como el monopolio comercial con las Indias ejercido a través de la Casa de Contratación de Sevilla, proporcionaban cuantiosos beneficios. La fase expansionista fue también motivada por el incremento de la población, y con ello de la demanda, y el aumento de la circulación monetaria, desencadenándose el fenómeno conocido como “revolución de los precios”. Sin embargo, la coyuntura alcista no fue aprovechada por la monarquía española. El estado permanente de guerra incrementó los gastos y se hizo necesario recurrir a prestamistas extranjeros que adelantaban dinero efectivo hasta que llegaban los metales preciosos de las Indias. La mentalidad conservadora española hizo que se rechazaran las actividades comerciales, de tal forma que el que tenía dinero invertía en tierras. Por último, hay que señalar que resultaba más cómodo comprar los productos de fuera que invertir en la industria nacional, con lo que los grandes beneficiarios serían Inglaterra, Francia y los Países Bajos, que producían más y a mejor precio.

Estructura Social

La estructura social del siglo XVI fue la típicamente estamental, a la que se pertenecía por nacimiento. Los estamentos privilegiados conservaron sus exenciones fiscales y sus ventajas legales, mientras que el tercer estado permaneció en la misma situación de desigualdad jurídica. La única novedad fue la aparición de los “Grandes de España”, una nobleza de élite creada por Carlos V. Su número fue en aumento. Otro de los aspectos a destacar fue la generalización de la limpieza de sangre. Se estableció una mentalidad en la que ser cristiano viejo se convirtió en una obsesión, con la consiguiente huida de actividades propias de judíos, como el comercio y las finanzas.

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