El Régimen de Franco: Una Dictadura Personal
El Régimen de Franco fue una dictadura personal en la que Franco actuaba «libremente» en el ejercicio cotidiano del poder y en la elección de sus colaboradores. Con una forma de actuar típicamente castrense, una mentalidad pequeño burguesa católica, cautela y ambigüedad durante la guerra mundial, su obsesión antimasónica, y la lentitud para liquidar la política económica «autárquica» y crear una economía contemporánea, Franco se consideraba la persona que había salvado a España de su destrucción, por lo que creía tener derecho a regir con plenos poderes sus destinos durante el resto de su vida.
La dictadura se apoyó en tres pilares: el ejército, la iglesia y el partido único Falange Española Tradicionalista y de las JONS.
Franco fue promulgando las llamadas Leyes Fundamentales de su régimen cuando lo creyó necesario para afianzarlo. En 1943 se constituyeron unas Cortes totalmente controladas, basadas en el corporativismo; en 1945 se promulgó un conjunto muy limitado de derechos llamado Fuero de los Españoles, y finalmente, en 1947, se instituyó una monarquía de carácter meramente nominal.
El órgano institucional más importante fue el gobierno, pues este se constituyó en el lugar de representación de las «familias» que integraban la coalición franquista, sin olvidar la presencia de los mandos militares, como corresponde al origen del régimen.
Ideología Franquista
La ideología franquista se basaba en cuatro sencillas y genéricas ideas motrices:
- Antiliberalismo: Rechazo a todos los principios e ideas propias de los regímenes liberales y democráticos.
- Anticomunismo: El franquismo incluía no solo al comunismo propiamente dicho, sino a todas las ideas y organizaciones obreristas, incluidas las socialistas y anarquistas.
- Radical nacionalismo españolista uniformista y centralista.
- Catolicismo integrista: Dio nacimiento al nacionalcatolicismo.
- Conservadurismo social tradicional: Puso fin a leyes como la ley de divorcio, los cementerios civiles y la coeducación.
Características del Régimen Franquista
- Carencia de constitución: Al rechazar el liberalismo, se negó el sufragio universal. Los cargos políticos no eran ocupados mediante elección, sino mediante designación.
- Inexistencia de partidos: Siempre estuvieron prohibidos, catalogados por el régimen como “sembradores de divisiones”.
- Concentración del poder: Franco podía legislar por decreto o por decreto-ley. Las Cortes se convirtieron en un órgano que se limitaba a respaldar las indicaciones del jefe del Estado, en el que apenas existía debate y los acuerdos se tomaron, durante muchos años, por unanimidad.
- Restricciones a las libertades de asociación y reunión: Para que un grupo de más de 20 personas pudiera reunirse legalmente, se necesitaba un permiso del gobernador civil.
- Absoluto control de la información: La prensa hubo de someterse a censura previa hasta la ley de prensa de 1966, que mejoró la situación.
- Sindicatos verticales: Puesta en práctica de la concepción falangista sobre los sindicatos, en los cuales estarían encuadrados patronos y obreros, para resolver por decreto los conflictos laborales. El delegado nacional de sindicatos tuvo cargo de ministro. Las huelgas estuvieron prohibidas.
Apoyos Sociales del Franquismo
Los apoyos sociales del franquismo se pueden resumir en los siguientes grupos, deseosos de recuperar los valores tradicionales de autoridad y orden:
- Pequeños y medianos propietarios rurales: Especialmente al norte del Tajo, donde se localiza una mentalidad tradicional defensora de la familia, la propiedad privada y la religión.
- Clases medias de las pequeñas y medianas ciudades y capitales de provincia: A su mentalidad tradicional se sumaba su nostalgia por un orden público especialmente alterado en las urbes.
- Oligarquía agraria, industrial y financiera, así como numerosos pequeños y medianos empresarios: Sintonizaron con el régimen al eliminar la conflictividad laboral.
- El ejército y el clero: Su influencia se extendía a prácticamente todos los sectores de la vida. Los militares ocuparon puestos políticos de responsabilidad, sobre todo al comienzo de la nueva etapa. Por su parte, el clero gozó de la protección del Estado que se declaró confesional católico. Será a partir del Concilio Vaticano II cuando algunos sectores propiciaron un espíritu más aperturista.
El Primer Franquismo (1939-1959)
El primer franquismo fue la primera gran etapa comprendida entre el final de la Guerra Civil española y la aplicación del Plan de Estabilización de 1959, que dio paso al franquismo desarrollista o segundo franquismo, que duró hasta la muerte del Generalísimo.
El Franquismo de 1939 a 1945
Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial el 1 de septiembre de 1939, Franco proclamó la más estricta neutralidad de España debido a las precarias condiciones económicas por las que atravesaba el país.
En junio de 1940 se declaraba no beligerante y al día siguiente las tropas españolas ocupaban Tánger, ciudad internacional que quedó incorporada de hecho al protectorado español de Marruecos.
En octubre de 1940, Franco y Hitler mantuvieron una entrevista en Hendaya donde España exigía recibir demasiados territorios en África a cambio de entrar en la guerra. No obstante, Franco decidió enviar un contingente de soldados y oficiales voluntarios que sería conocido con el nombre de División Azul.
El régimen franquista adoptó, bajo la dirección de Serrano Suñer, el ideario fascista y sus formas específicas de organización política y social mediante la movilización del Frente de Juventudes, el Sindicato Español Universitario (SEU) y la Sección Femenina.
El 17 de julio de 1942, el general Franco promulgaba su segunda «ley fundamental», la Ley Constitutiva de las Cortes, como «órgano superior de participación del pueblo español en las tareas del Estado».
En septiembre de 1943, doce tenientes generales le pedían la restauración de la monarquía. Franco no hizo la más mínima concesión y se limitó a situar en los puestos claves a militares fieles a su persona.
La política económica autárquica e intervencionista supuso un mercado regulado (cartillas de racionamiento) y un mercado negro, conocido como «estraperlo». Se produjo una fuerte caída de la producción agraria y, gracias al trigo argentino y norteamericano, España se salvó de una total catástrofe alimentaria.
Empeoraron las condiciones de vida y trabajo de los jornaleros, de los campesinos pobres, de los obreros de las industrias y de los trabajadores de los servicios, con un marcado descenso de los salarios reales. El consumo de la población, incluido el de productos de primera necesidad, se hundió de forma dramática, y el hambre se cebó en millones de españoles.
El Franquismo de 1945 a 1950
La respuesta del franquismo al aislamiento internacional y al recrudecimiento de la oposición monárquica fue la introducción de ciertos cambios: la promulgación, el 17 de julio de 1945, del Fuero de los Españoles, tercera de las «leyes fundamentales», que pretendía ser una carta de derechos y libertades, y nombrar un nuevo gobierno en el que daba entrada al político católico Martín Artajo, y a otros dos ministros. El objetivo era reforzar el catolicismo del Régimen y ofrecer una nueva imagen al mundo. Se utiliza el nombre de «Movimiento Nacional» y lo que se llamó más tarde «nacionalcatolicismo»: la identificación de la Iglesia católica con el régimen franquista.
El 22 de octubre de 1945, Franco promulgó la Ley del Referéndum Nacional, que permitía al Jefe del Estado someter a consulta de los españoles aquellos proyectos de ley que considerase oportunos.
En diciembre de 1946, la Asamblea General de la ONU acordó, por 34 votos a favor, seis en contra y trece abstenciones, la condena del régimen franquista. El régimen franquista organizó una gran manifestación de «indignación nacional» en la Plaza de Oriente de Madrid bajo el lema «¡Franco sí, comunismo no!».
En marzo de 1947 se dio a conocer la «crucial» Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (quinta ley fundamental), en cuyo artículo 1º se definía la forma del régimen político español como «un Estado católico, social y representativo, que, de acuerdo con su tradición, se declara constituido en Reino». La ley fue primero aprobada por las Cortes el 7 de junio, y luego sometida a referéndum el 6 de junio de 1947.
El proceso de rehabilitación de la dictadura franquista se completó formalmente en 1950, después de que en junio de ese año estallara la Guerra de Corea. El 4 de noviembre de 1950, la Asamblea General de la ONU revocó por amplia mayoría la resolución de condena del régimen franquista de diciembre de 1946. Así, en los meses siguientes regresaron a Madrid los embajadores occidentales y se aprobó la entrada de España en los organismos internacionales especializados de la ONU.
El Franquismo de 1950 a 1959
En julio nombró un nuevo gobierno que debería rectificar en parte la política económica y entró Carrero Blanco, con el rango de ministro subsecretario de la Presidencia.
Siguió la instalación de cuatro bases norteamericanas en territorio español a cambio de una ayuda económica y militar.
En marzo de 1956, Francia otorgó la independencia a la zona de Marruecos que estaba bajo su Protectorado, lo que obligó a hacer lo mismo un mes después al gobierno español.
Con Carrero Blanco se puso en marcha un programa de racionalización y liberalización económica conectada a una reforma de la Administración del Estado, contando con un joven catedrático de derecho, Laureano López Rodó, miembro del Opus Dei, al que Carrero acababa de nombrar para un alto cargo en su ministerio, la Subsecretaría de la Presidencia, y nombrado a Alberto Ullastres, que se hacía cargo del Ministerio de Comercio, y Mariano Navarro Rubio, del de Hacienda.
A partir de 1958 volvieron a aparecer las huelgas, sobre todo en Asturias y en Cataluña, centradas en las reclamaciones salariales, ya que la inflación estaba provocando la caída de los salarios reales.
Los años cincuenta se cerraron con la visita a Madrid del presidente de los Estados Unidos, el general Eisenhower, en diciembre de 1959, nada menos que el excomandante en jefe de los ejércitos aliados que habían derrotado a las potencias fascistas en la II Guerra Mundial.
El Segundo Franquismo (1959-1975)
El Franquismo de 1959 a 1969
Se puso en marcha el Plan de Estabilización y Liberalización con el fin de alinear la economía española con los países del mundo occidental y liberarla de intervenciones heredadas del pasado. Los objetivos del plan fueron alcanzados con bastante rapidez: estabilización de los precios, tipo de cambio de la peseta mantenido, saneamiento de la balanza de pagos, al combinarse la caída de las importaciones con el aumento de los ingresos por turismo y las primeras inversiones extranjeras. A partir de ese momento, la economía española experimentó un crecimiento sin precedentes que acabó transformando radicalmente la estructura social del país.
Durante este periodo de gran crecimiento se produjo un cambio estructural en la economía: España dejó de ser un país predominantemente agrario para convertirse en un país industrial.
Así, se aprobó una Ley de Bases de la Seguridad Social en 1963 y, en 1966, la Ley Orgánica del Estado, que iba a constituir la última y la más importante de las leyes fundamentales del franquismo, ya que haría las veces de una constitución y que fue aprobada por referéndum con el 95,9% de los sí.
Dos éxitos apreciables que lograron los aperturistas fueron la aprobación de la Ley de Prensa e Imprenta de marzo de 1966, promovida por el joven ministro Manuel Fraga Iribarne, que supuso un notable avance al suprimir la censura previa, y la Ley de Libertad Religiosa de junio de 1967, promovida por los católicos, concretamente por el ministro de Asuntos Exteriores Fernando María Castiella, de acuerdo con las nuevas orientaciones del Concilio Vaticano II.
El primer y más importante desafío al que tuvieron que hacer frente los gobiernos franquistas fue el retorno de la conflictividad obrera que arrancó con la huelga minera de Asturias de 1962 y que dio nacimiento a las Comisiones Obreras, que surgieron espontáneamente para negociar directamente con los patronos los convenios colectivos al margen de la Organización Sindical oficial.
Un segundo frente del que tuvo que ocuparse el régimen fueron las protestas estudiantiles en la Universidad, que obtuvieron el apoyo de algunos catedráticos como José Luis López Aranguren, Enrique Tierno Galván y Agustín García Calvo, que fueron expulsados de la Universidad de Madrid.
Un tercer ámbito de oposición, que fue el que mayor desconcierto causó en el régimen y en el propio Franco, fue la aparición de sectores católicos que se oponían al franquismo, un fenómeno directamente relacionado con el nuevo rumbo pastoral y democratizador del Concilio Vaticano II.
También resurgieron las reivindicaciones culturales y políticas en Cataluña y en el País Vasco. Surgió en julio de 1959 un nuevo partido nacionalista llamado ETA que en 1962 se definió como «movimiento revolucionario de liberación nacional» y que acabó optando por la «lucha armada».
En este contexto de creciente conflictividad obrera, estudiantil, eclesiástica y regional, los partidos y organizaciones obreras se reconstruyeron en el interior. También surgieron algunos grupos encabezados por personalidades destacadas, como el demócrata-cristiano de José María Gil Robles que en 1964 fundó la revista Cuadernos para el Diálogo, que pronto se convertiría en el principal órgano de prensa tolerado de la oposición antifranquista.
El acto de mayor repercusión de este grupo tuvo lugar en junio de 1962 con motivo de la celebración en Múnich del IV Congreso del Movimiento Europeo en el que se opusieron a la entrada del régimen franquista en la Comunidad Económica Europea, por lo que la prensa franquista lo llamó el «contubernio de Múnich».
El Tardofranquismo (1969-1975)
Durante los cuatro años que estuvo en el poder el gobierno monocolor de 1969, se fue acentuando la ruptura entre los inmovilistas, a cuyo frente se situó ya claramente el almirante Carrero, con el respaldo del propio general Franco, y los aperturistas. Estos últimos, conforme se ahondaron sus diferencias con los inmovilistas, fueron adoptando una postura cada vez más decididamente reformista al convencerse de que la única salida posible al franquismo era la democracia, aunque de imprecisos contornos y tutelada desde el poder, mientras que los continuistas inmovilistas reafirmaron su negativa a introducir el más mínimo cambio en el régimen.
Fueron juzgados en consejo de guerra dieciséis personas detenidas por su militancia en ETA. El juicio de Burgos suscitó una campaña internacional de solidaridad con el pueblo vasco y a favor del restablecimiento de las libertades democráticas en España, y supuso un nuevo jalón en el distanciamiento de la Iglesia católica por el pronunciamiento de la Conferencia Episcopal Española a favor de la clemencia y las garantías procesales. Franco optó por conmutar las seis penas de muerte que dictó el tribunal militar.
El almirante Carrero era asesinado por ETA y se abría la crisis política más grave de todo el franquismo, ya que había sido asesinada la persona que había designado Franco para asegurar la supervivencia de su régimen después de su muerte. Franco nombró en enero de 1974 a Carlos Arias Navarro presidente del gobierno, lo que supuso que los tecnócratas del Opus Dei quedaran excluidos.
Conforme se veía más cercana la muerte de Franco, la oposición antifranquista fue unificando sus diversas propuestas para acabar con la dictadura. Así, en julio de 1974, Santiago Carrillo, Secretario General del Partido Comunista de España, presentó en París la Junta Democrática, cuyo programa se basaba en la «ruptura democrática» con el franquismo mediante la movilización ciudadana. El PSOE constituyó su propio organismo unitario en junio de 1975, llamado Plataforma de Convergencia Democrática, discrepando con la Junta Democrática en un asunto fundamental: que estaban dispuestos a aceptar la monarquía de Juan Carlos si esta conducía al país hacia un sistema político plenamente representativo.
El inicio de la crisis económica en 1974, que se agravó en 1975 con el consiguiente aumento de la inflación y del desempleo, alimentó la oleada de huelgas y de movilizaciones obreras más importante de la historia del franquismo.
Franco lo como todo la pena de muerte a dos de los tres militantes de ETA y a tres de los ocho del FRAP, y los cinco fueron fusilado el 27 de septiembre de 1975. Éste hecho acentuó el rechazo internacional al franquismo.
El 30 de octubre, consciente de su gravedad traspaso sus poderes al príncipe Juan Carlos. El 3 de noviembre era operado a vida o muerte en un improvisado quirófano en el mismo palacio de El Pardo, siendo trasladado a continuación al hospital La Paz de Madrid, donde fue sometido a una nueva intervención quirúrgica a la que ya no saldría.
Mientras esto sucedía príncipe Juan Carlos, jefe del Estado interino, tuvo que hacer frente a la gravísima crisis en el Zahara occidental, donde marroquíes organizados por el rey de Marruecos, Hassan II, celebraron la Marcha Verde para forzar a España a que le entregara el control del territorio. El día 14 de noviembre se alcanzaba el acuerdo tripartito de Madrid por el que España se retiraba de la colonia y cedía su administración a Marruecos y a Mauritania.