El Golpe de Estado de 1936 y el Inicio de la Guerra Civil Española

La Conspiración Militar

La conspiración militar se inició como consecuencia de la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936. Sin embargo, antes se habían producido otros intentos, como la Sanjurjada y los movimientos de los generales Goded, Fanjul y Franco. El golpe de Estado de julio de 1936 fue organizado, liderado y planeado exclusivamente por militares descontentos. El estratega y jefe de la operación fue el general Emilio Mola, que estaba en Pamplona, ciudad a la que le habían destinado por ser sospechoso de golpista. El general Sanjurjo era la persona designada por los conspiradores para presidir el Directorio militar que se debía crear tras el golpe, pero falleció en un accidente aéreo. El general Franco, que lideraría a los sublevados más tarde, se incorporó a la conspiración en el último momento.

Los conspiradores no habían acordado ningún otro objetivo que el de conseguir un poder autoritario que desalojara al Gobierno legítimo y suspendiera las libertades constitucionales. Además, los sublevados preveían un golpe breve y rotundo que durase horas o días, pero no una guerra civil de años, puesto que imaginaban que no ofrecerían apenas resistencia. El Gobierno de la Segunda República, presidido por Casares Quiroga, no adoptó las medidas adecuadas para prevenir el conflicto que se estaba preparando. La Guerra Civil fue, por tanto, la consecuencia de un golpe militar mal ejecutado y de un Gobierno demasiado débil para atajarlo.

El Alzamiento: 17 de Julio de 1936

La sublevación comenzó el 17 de julio de 1936 en Marruecos, donde se encontraba la mayor y mejor tropa del Ejército español; estaba formada por legionarios y las tropas indígenas. Franco, tras controlar la situación en Canarias, se trasladó a Marruecos y se puso al frente de la rebelión. Entre el 18 y 19 de julio se incorporaron a la sublevación Sevilla y Cádiz (imprescindible para desembarcar las tropas procedentes del norte de África).

La zona leal al gobierno quedó también dividida en dos:

  • La cornisa cantábrica y el País Vasco (excepto Álava), por un lado.
  • La zona central y del Mediterráneo, por otro.

También se mantuvieron fieles al Gobierno republicano los guardias de asalto, algunas unidades militares y la Guardia Civil, así como la flota naval y la aviación. La actitud de la UGT y la CNT fue decisiva para el triunfo de las fuerzas republicanas.

Desarrollo de la Guerra Civil Española

La Guerra de Columnas y la Marcha hacia Madrid (Julio – Noviembre 1936)

Esta etapa se desarrolló entre julio y noviembre de 1936. En ella participaron diversas columnas militares de ambos bandos (del ejército regular en el caso de los sublevados, y de milicianos en el de los republicanos). Estos últimos fueron respaldados por algunos militares profesionales, como José Miaja y Vicente Rojo. La toma de Madrid se convirtió en el objetivo primordial de los sublevados. Las columnas mandadas por Mola fueron detenidas al norte del Sistema Central por una inesperada resistencia miliciana. Por esta razón, las tropas de Franco y Yagüe tenían más posibilidades de entrar en Madrid por el sur. Gracias a la colaboración de la aviación y la marina de Hitler y Mussolini, lograron cruzar el estrecho y avanzaron a través de Extremadura sin que el Gobierno republicano pudiera detenerlos.

La toma de Irún por las tropas del general Mola fue la operación de mayor importancia, puesto que cortaba el acceso del ejército republicano del norte a la frontera con Francia e impedía la llegada de refuerzos por tierra.

La Batalla de Madrid

En esta etapa el conflicto se convirtió en una guerra de desgaste. La causa fue la inesperada resistencia de Madrid, bombardeada por aire y rodeada por todos lados, excepto por la carretera de Valencia. El Gobierno republicano se trasladó a Valencia, convencido de que Madrid caería pronto. Los madrileños interpretaron este gesto como una huida. La resistencia fue dirigida a partir de entonces por una improvisada Junta de Defensa, que recibió armamento soviético y refuerzos extranjeros, los voluntarios de las Brigadas Internacionales.

Al no lograr la toma rápida de Madrid, Franco decidió poner en marcha una operación para rodearla, en la que se sucedieron tres batallas:

  • La de la carretera de La Coruña, para cortar la comunicación de Madrid con la sierra.
  • La del río Jarama, donde atacaron la carretera de Valencia por el sur.
  • La de Guadalajara, donde rodearon a Madrid por el nordeste, que terminó con una derrota del ejército rebelde y de sus aliados, las tropas italianas enviadas por Mussolini.

La Batalla del Ebro y la Toma de Cataluña

Esta etapa constituyó la ofensiva final que decidió la suerte de la guerra. Franco cambió de criterio y, en lugar de avanzar hacia Madrid, desplegó un ataque (batalla de Aragón) a lo largo del frente de Aragón con la intención de alcanzar el Mediterráneo y dividir la zona republicana. El ejército republicano lanzó una furiosa ofensiva y logró cruzar el Ebro. Esta operación fue diseñada por Vicente Rojo y autorizada por Juan Negrín, quien, convencido de un enfrentamiento en Europa entre Hitler y las democracias, buscaba alargar el conflicto todo lo que fuera posible. La ofensiva, conocida como la batalla del Ebro, se prolongó hasta final de año. Tras la batalla del Ebro se llevó a cabo la conquista de Cataluña.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *