Las Cortes de Cádiz (1810)
Las Cortes de Cádiz de 1810 se reunían en San Fernando (Cádiz). Los diputados fueron elegidos en representación de las juntas locales. El sitio de Cádiz provocó que muchos de ellos hubieran tenido que ser reemplazados por suplentes locales. La composición incluía un pequeño número de nobles y alto clero, mientras que eran mayoritarios los representantes pertenecientes a las clases medias de gran formación intelectual. De los 300 diputados, solo 20 eran burgueses grandes propietarios.
Tendencias Ideológicas
Existían tres tendencias ideológicas principales:
- Los liberales, convencidos de la necesidad de potenciar reformas revolucionarias.
- Los jovellanistas, que buscaban recortar los poderes reales e introducir reformas paulatinas.
- Los absolutistas, contrarrevolucionarios, conocidos como los serviles, que defendían la pervivencia del absolutismo y la sociedad estamental.
En septiembre, aprobaron precipitadamente una declaración en la que declaraban legítimo monarca a Fernando VII. Pero el objetivo de los liberales en Cádiz era doble: la reforma en profundidad del conjunto de las instituciones españolas y la elaboración de una constitución.
Al primer objetivo responden el conjunto de medidas y decretos aprobados: libertad de imprenta y supresión de la censura; supresión del régimen y de los derechos señoriales (1811), a pesar de lo cual la conversión en propiedad privada de los antiguos señoríos nobiliarios impidió generar una nueva clase de propietarios; abolición de la Inquisición.
La Constitución de Cádiz (1812)
En la elaboración de la Constitución de Cádiz (1812) participaron personajes liberales de gran prestigio, como Argüelles, Pérez de Castro o Muñoz Torrero. Aunque no tendrá aplicación práctica inmediata, su texto tendrá una enorme repercusión en los planteamientos del liberalismo. Sus 384 artículos se estructuraban en torno a los siguientes cinco elementos básicos:
- Soberanía nacional.
- División de poderes. En consecuencia, el rey quedaba supeditado a las Cortes, exento de atribuciones judiciales. Sus órdenes no eran válidas sin la firma del ministro competente. No se otorgaba al monarca la posibilidad de disolver las Cortes, impidiendo de este modo las tentativas absolutistas. No obstante, era el soberano quien nombraba a los ministros, siempre que estos tuvieran el visto bueno de los diputados. Las Cortes eran la representación de los ciudadanos, limitándose el sufragio a los varones mayores de 25 años. Quedaban exentos de voto los indios y negros americanos. Los poderes locales eran asimismo de elección democrática.
- Igualdad de los ciudadanos ante la ley. Se omitía la cuestión del mantenimiento, o no, de los particularismos vasco y navarro.
- Libertades y derechos individuales: de imprenta, inviolabilidad del domicilio, propiedad y educación.
- Reestructuración del ejército.
El Reinado de Fernando VII (1814-1833): Absolutismo y Liberalismo
Primeros Años (1814-1820)
En 1814, Napoleón fue derrotado en Europa y todas las potencias europeas volvieron a la senda del absolutismo. Se produce el regreso de Fernando VII, educado en las ideas del absolutismo, quien no pudo ideológicamente aceptar el sistema político nacido en las Cortes de Cádiz.
En 1814, se redactó un documento conocido como el Manifiesto de los Persas, donde se pide la vuelta al absolutismo y al Antiguo Régimen, y donde se critica fuertemente el principio de la soberanía nacional. Apoyaban a Fernando VII algunos mandos del ejército y la mayoría del clero.
Fernando VII derogó la Constitución de 1812, restableciendo el absolutismo monárquico y el retorno a las bases del Antiguo Régimen, lo que supuso el restablecimiento de los privilegios estamentales, gremios, Inquisición y de la Mesta.
Fernando VII cometió un error: no dar importancia a lo que había ocurrido en España entre 1808 y 1814. Era muy difícil poder volver sin más a las estructuras del Antiguo Régimen, lo que supuso volver a arruinar la Hacienda pública, porque devolver los derechos fiscales restaba fondos a la Hacienda pública. Además, España había perdido Chile, Venezuela y Colombia, que ya se habían independizado, lo que afectó mucho al comercio.
El Trienio Liberal (1820-1823)
En 1820, un teniente coronel, Rafael Riego, encabezó una rebelión que se extendió rápidamente por todo el territorio. Fernando VII se vio obligado a aceptar las tesis liberales y eso significaba que volvió a restablecer la Constitución de 1812.
Este hecho mantuvo a Fernando VII y propició el regreso de los afrancesados. Durante los tres años de gobierno liberal se aprobó una serie de medidas legislativas:
- La abolición de la Inquisición.
- La reducción del diezmo a la mitad. Muchas de las propiedades de este clero fueron nacionalizadas y vendidas para recaudar fondos.
- Los mayorazgos fueron suprimidos.
- Se restablecieron los derechos individuales fundamentalmente.
- La Milicia Nacional.
Las dificultades económicas que seguían afectando a España hicieron que entre los liberales empezaran a aparecer diferencias, surgiendo dos grupos diferentes:
- Moderados: buscaban la comunicación con el rey y los absolutistas para permitir mantener el sistema constitucional.
- Exaltados: querían culminar la obra revolucionaria. Sus apoyos eran los grupos sociales más desfavorecidos.
Con apoyo en ellos, la Santa Alianza decidió actuar en España contra el gobierno de los liberales y enviar un ejército cuyo objetivo era restaurar a Fernando VII en la monarquía absolutista: son los Cien Mil Hijos de San Luis.
La Década Absolutista (1823-1833)
La intervención militar restauró por segunda vez el absolutismo en España. Se reprimió toda protesta liberal y se le devolvieron a la Iglesia todos los bienes. Se inició un periodo de represión y depuración (se mantuvo un cuerpo de ejército francés porque se desconfiaba del ejército español.
La Emancipación de la América Española
En el siglo XIX y en menos de 15 años, España perdió todos esos territorios, que consiguieron su independencia. Hay que explicarlo por diferentes razones:
- Llega el pensamiento de la Ilustración y este propugnaba también la liberación política.
- El descontento de los criollos: estaban marginados del gobierno de las colonias, ya que los principales cargos eran ocupados por españoles.
- Ruptura de las comunicaciones comerciales con España, motivada por la armada inglesa, que controlaba las rutas comerciales por el Atlántico.
- Falta de control de las autoridades españolas a los gobernantes coloniales, esto hace que los criollos empiecen a crear sus propios sistemas de gobierno.
El sentimiento independentista empieza a fraguarse en las ciudades. Hombres que se han formado en España, como Simón Bolívar o José de San Martín, encabezan estas sublevaciones. La ayuda que reciben estos movimientos independentistas de Inglaterra, unido a la debilidad del ejército español y el caos político de España facilitan su triunfo. Solo Cuba y Puerto Rico quedaron bajo dominio español.