Desamortización de Mendizábal: Contexto, Objetivos e Impacto

Contexto Histórico de la Desamortización de Mendizábal

Para contextualizar, el decreto de 1836 se enmarca dentro de las reformas impulsadas por un liberalismo progresista que se consolidaría en los años posteriores, específicamente durante la Regencia de María Cristina. La cuestión sucesoria había desencadenado la primera guerra carlista (1833-1840), entre los partidarios de Carlos María Isidro y el bando isabelino. Este decreto se promulgó en plena guerra, cuando la Regente se apoyaba en ministros liberales, primero moderados liderados por Martínez de la Rosa, y luego progresistas como Calatrava y Mendizábal.

¿Qué es la Desamortización?

El concepto de “desamortización”, vinculado al de “desvinculación”, buscaba poner en el mercado tierras que estaban en manos muertas, pertenecientes a la Iglesia, la nobleza o los ayuntamientos. Ya desde el reinado de Carlos III, en 1767, el ministro Campomanes emprendió una desamortización de bienes eclesiásticos y reparto de bienes comunales entre los campesinos. Posteriormente, la desamortización de Godoy (1798) se dirigió a tierras eclesiásticas y propiedades comunales de ayuntamientos. José I y las Cortes de Cádiz (1811-1813) continuaron esta política sobre tierras comunales, y el Trienio Liberal (1820-1823) también desamortizó tierras de monasterios.

Sin embargo, fueron Mendizábal (desamortización de los bienes eclesiásticos: 1836) y Madoz (desamortización de los bienes comunales: 1855) quienes plantearon esta solución de manera definitiva.

Objetivos de la Desamortización de Mendizábal (1836-1851)

La desamortización del ministro Mendizábal persiguió un triple objetivo:

  • Obtener recursos económicos: Financiar la Primera Guerra Carlista y respaldar futuras peticiones de préstamos a instituciones extranjeras para financiar proyectos de desarrollo liberales. Era necesario disminuir la Deuda Pública.
  • Atraer a la burguesía rural: Acercar a una clase media burguesa-rural hacia las posiciones del liberalismo.
  • Cercenar el poder de la Iglesia: Reducir el poder de la Iglesia, cuya influencia social derivaba de las rentas de sus posesiones. Mendizábal evitó mencionar esta razón a María Cristina debido a su religiosidad.

La nacionalización de los bienes y la posterior subasta pública permitieron que la burguesía agraria accediera a esas tierras, vinculando su auge económico al régimen liberal.

Implementación del Decreto Desamortizador

El Decreto desamortizador de febrero de 1836, impulsado por Mendizábal, puso en venta todos los bienes del clero regular (frailes y monjas). Esto cambió la estructura de la propiedad de la Iglesia, que pasó a ser libre, quedando la propia Iglesia como una institución dependiente del Estado (mantenimiento de los clérigos y subvención del culto). Tras la nacionalización, la subasta pública permitió que la burguesía agraria se hiciera con las tierras, consolidando su apoyo al régimen liberal.

Al año siguiente, con la Ley General de 1837, se amplió la desamortización a los bienes del clero secular. Sin embargo, la caída de los progresistas impidió su aplicación hasta 1841, durante la Regencia de Espartero. Estas prácticas desarrollaron una nueva clase propietaria, una burguesía agraria, que identificó sus intereses con el nuevo régimen liberal. Además, la desamortización provocó la ruptura de las relaciones diplomáticas con Roma hasta 1851 (firma del Concordato con la Santa Sede).

La Desamortización de Madoz (1855-1924)

La desamortización de Mendizábal tuvo su continuación en la Desamortización de Madoz (1855-1924), enmarcada en el Bienio Progresista, con Espartero al frente del gobierno (1854-1856). La Ley de Desamortización General de 1 de mayo de 1855 puso en venta los bienes eclesiásticos no afectados en la etapa anterior, así como los bienes de los pueblos (bienes de propios) y los bienes comunales o baldíos.

El objetivo era obtener dinero para la incipiente industrialización y la expansión del ferrocarril.

Balance de la Desamortización de Mendizábal

El balance global de la desamortización de Mendizábal fue negativo debido al desequilibrio creado en el ámbito agrícola. El campesinado fue el gran perjudicado, ya que no pudo acceder a la compra de las tierras y tuvo que pagar impuestos más altos a los nuevos dueños. Aunque consiguió apoyos para el liberalismo, también generó adhesiones al carlismo. Mendizábal tuvo que dejar la jefatura de gobierno por la presión de sectores eclesiásticos. Con la desamortización de Madoz en 1855, se intentó mejorar la situación del país de manera más controlada, manteniéndose hasta 1924.

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