Proclamación de la Segunda República (1931)
El 12 de abril de 1931 se celebraron elecciones municipales que, aunque eran locales, se convirtieron en un plebiscito sobre la monarquía. La victoria de los republicanos en las principales ciudades reflejó el descontento popular con la monarquía de Alfonso XIII. El 14 de abril, ante la presión social y política, el rey abdicó y marchó al exilio, proclamándose la Segunda República en un ambiente de euforia popular.
Se formó un gobierno provisional, integrado por miembros de los partidos republicanos y socialistas, con Niceto Alcalá Zamora como presidente. Su primera tarea fue convocar elecciones a Cortes Constituyentes para redactar una nueva Constitución.
En Cataluña, Francesc Macià, líder de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), proclamó la «República Catalana dentro de la Federación Ibérica», lo que generó tensión con el gobierno central. Tras negociaciones, se aceptó la creación de la Generalitat de Cataluña como órgano de autogobierno provisional hasta que se aprobara un estatuto de autonomía.
La Constitución de 1931
La Constitución de 1931, aprobada el 9 de diciembre de ese año, fue un documento fundamental en la historia de la Segunda República Española. Estableció un sistema político democrático y progresista, con varias reformas que tuvieron un impacto significativo en la sociedad española. A continuación, se presentan los aspectos clave de esta Constitución:
Aspectos Clave de la Constitución de 1931
- Definición del Estado: La Constitución definía a España como una «República democrática de trabajadores de toda clase». Esta definición alarmó a las clases conservadoras, ya que parecía incluir un sesgo socialista o obrerista.
- Separación entre Iglesia y Estado: Se estableció la separación entre la Iglesia y el Estado, eliminando los privilegios históricos de la Iglesia Católica. Se legalizó el divorcio civil y se prohibió a las órdenes religiosas dedicarse a la enseñanza, lo que generó una fuerte oposición por parte de la jerarquía eclesiástica.
- Sufragio Universal: Se introdujo el sufragio universal, incluyendo el derecho al voto para las mujeres. Este logro fue posible gracias al impulso de figuras como Clara Campoamor, quien defendió incansablemente este derecho.
- Modelo Autonómico: La Constitución permitió que las regiones con identidad propia aprobaran sus propios Estatutos de Autonomía. Cataluña fue la primera en hacerlo en 1932, estableciendo un precedente para otras regiones.
- Sistema Unicameral: Las Cortes Constituyentes decidieron establecer un sistema unicameral, es decir, que el poder legislativo residía en una sola cámara, lo que simplificaba el proceso legislativo.
- Limitación de Poderes del Presidente: La Constitución limitó los poderes del presidente de la República, diferenciándolo del modelo presidencialista francés. Esto buscaba evitar concentraciones de poder y asegurar un equilibrio entre los poderes del Estado.
Oposición a la Constitución
La Constitución de 1931 generó una fuerte oposición en sectores conservadores, especialmente en la Iglesia Católica y el Ejército. Estos grupos veían las reformas como una amenaza a sus privilegios históricos y a la estructura tradicional de la sociedad española. La oposición de la Iglesia se centró en la separación entre la Iglesia y el Estado, mientras que el Ejército se mostró descontento con las reformas militares y la pérdida de influencia política.
El Bienio Reformista (1931-1933): Gobierno de Azaña
Durante el Bienio Reformista (1931-1933), el gobierno de Manuel Azaña implementó una serie de reformas con el objetivo de modernizar España. Estas reformas abarcaron varios ámbitos clave:
Reforma Militar
El Ejército español tenía una gran influencia política y estaba dominado por sectores monárquicos. Azaña intentó crear un ejército profesional y subordinado al poder civil. Para lograrlo, se redujo el número de oficiales mediante la Ley de Retiro de la Oficialidad, que permitía jubilarse con sueldo íntegro. Además, se suprimió la Academia Militar de Zaragoza, dirigida por Francisco Franco, y se creó la Guardia de Asalto, una nueva fuerza policial leal a la República. Sin embargo, estas reformas generaron descontento en los sectores militares y llevaron al primer intento de golpe de Estado en agosto de 1932, el levantamiento del general José Sanjurjo, que fracasó.
Reforma Agraria
El latifundismo y la miseria campesina eran problemas estructurales en España. La Ley de Reforma Agraria de 1932 preveía la expropiación de latifundios para su reparto entre campesinos sin tierras, y se creó el Instituto de Reforma Agraria para gestionar las expropiaciones. Sin embargo, la reforma avanzó muy lentamente debido a la falta de recursos y la oposición de los terratenientes, organizados en la Asociación de Propietarios. Esto frustró a los campesinos, que esperaban cambios más rápidos.
Reforma Educativa
La educación fue una prioridad, ya que el analfabetismo afectaba a gran parte de la población. El gobierno republicano impulsó la construcción de miles de escuelas y la contratación de maestros, promoviendo una educación laica y gratuita. Además, se crearon las Misiones Pedagógicas, que llevaban bibliotecas y actividades culturales a zonas rurales.
Reforma Religiosa
El gobierno republicano, con apoyo socialista, aplicó medidas para reducir la influencia de la Iglesia. Se suprimió el presupuesto estatal para la Iglesia, se expulsó a los jesuitas acusados de lealtad al Papa, y se prohibió la enseñanza a las órdenes religiosas. Estas medidas provocaron la reacción de la Acción Católica y la jerarquía eclesiástica, que se convirtieron en opositores activos del gobierno.
Reforma Autonómica
Se impulsó la descentralización del Estado, permitiendo el autogobierno de ciertas regiones. Cataluña aprobó su Estatuto de Autonomía en 1932, pero los proyectos para el País Vasco y Galicia fueron bloqueados por la oposición de la derecha.
Crisis del Bienio Reformista
El gobierno de Azaña enfrentó una fuerte oposición desde varios frentes. Los terratenientes y la Iglesia veían las reformas como una amenaza a sus intereses. Los sindicatos y campesinos consideraban las reformas insuficientes. Los anarquistas de la CNT promovieron huelgas e insurrecciones, como la de Casas Viejas en 1933, que fue brutalmente reprimida. Además, el golpe militar fallido de Sanjurjo en 1932 aumentó la presión sobre el gobierno. Todo esto desgastó al gobierno, y en noviembre de 1933, Azaña dimitió.
El Bienio Conservador o «Bienio Negro» (1933-1935)
El Bienio Conservador, también conocido como el Bienio Negro, se extendió desde 1933 hasta 1935 en España. Durante este período, la derecha política, liderada por la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) bajo José María Gil Robles y el Partido Radical de Alejandro Lerroux, ganó las elecciones debido a su unión, mientras que la izquierda estaba dividida.
Cambios Políticos y Sociales
Reversión de Reformas: Las reformas implementadas durante el Bienio Reformista (1931-1933) fueron paralizadas o revertidas. Se devolvieron tierras a los terratenientes, lo que afectó negativamente a los campesinos que habían recibido tierras durante la reforma agraria. Además, se restauraron las subvenciones estatales a la Iglesia, lo que fue visto como un retroceso en la separación entre la Iglesia y el Estado.
Indultos a Militares Golpistas: Se indultó a los militares involucrados en el intento de golpe de Estado de 1932, liderado por el general José Sanjurjo. Esto fue percibido como un signo de debilidad del gobierno republicano y un gesto de buena voluntad hacia los sectores más conservadores del Ejército.
Radicalización de la Izquierda
La política conservadora del Bienio Negro llevó a una radicalización de la izquierda política en España. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y los anarquistas de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) se sintieron cada vez más marginados y amenazados por las políticas del gobierno.
Insurrección de Asturias
En octubre de 1934, la entrada de ministros de la CEDA en el gobierno desencadenó una insurrección socialista en Asturias. Esta revuelta fue brutalmente reprimida por el general Francisco Franco y la Legión Extranjera, resultando en miles de muertos. La represión fue vista como un antecedente de la violencia que se desataría en la Guerra Civil Española.
Crisis en Cataluña
En Cataluña, Lluis Companys proclamó el Estado Catalán en octubre de 1934, en solidaridad con la insurrección de Asturias. Sin embargo, esta declaración fue rápidamente sofocada, y Companys fue detenido. Además, el Estatuto de Autonomía de Cataluña fue suspendido, lo que aumentó las tensiones entre el gobierno central y las regiones autónomas.
El Frente Popular y la Guerra Civil (1936)
Las elecciones de febrero de 1936 dieron la victoria al Frente Popular, una coalición de izquierda que prometía retomar las reformas y liberar a los presos políticos. Manuel Azaña asumió la presidencia de la República, pero el clima político se volvió cada vez más violento.
La extrema derecha, encabezada por José Calvo Sotelo y la Falange Española, y sectores del Ejército comenzaron a conspirar contra la República. En julio de 1936, el asesinato de Calvo Sotelo fue el pretexto para que un grupo de militares liderados por Franco, Mola y Sanjurjo dieran un golpe de Estado el 17 de julio de 1936, iniciando la Guerra Civil Española (1936-1939).
Guerra Civil Española
Causas de la Guerra Civil Española
- Causas inmediatas: La Guerra Civil tuvo lugar tras el golpe de Estado del 17 de julio de 1936, que no fue ni un triunfo total ni un fracaso completo. Este levantamiento dividió al país en dos bandos: los nacionales (sublevados) y los republicanos. La muerte de José Calvo Sotelo, un líder ultraderechista, fue uno de los desencadenantes de este golpe. La división social y política en España también jugó un papel fundamental, con una gran polarización entre las clases conservadoras y las progresistas.
- Causas remotas: La historia de enfrentamientos previos, como las guerras carlistas del siglo XIX, dejó una huella profunda en la sociedad española. Además, el ejército, tras la crisis de 1898 y la pérdida de las últimas colonias, adoptó posturas cada vez más conservadoras y fue un actor clave en los golpes de Estado durante la Restauración y la dictadura de Primo de Rivera, lo que culminó en la Guerra Civil. La falta de cultura democrática y el uso de la violencia como herramienta política también fueron factores importantes.
Situación política en 1936
En las elecciones de febrero de 1936, el Frente Popular, una coalición de fuerzas de izquierda, ganó, lo que agravó la polarización política en el país. Esto aumentó la división entre una España conservadora, terrateniente, católica y burguesa, y una España más laica, obrera y republicana. La crisis económica y la incapacidad de los políticos para resolver los problemas sociales contribuyeron al descontento popular y al auge de la violencia en las calles.
Batallas clave
- La Batalla de Madrid: Fue uno de los enfrentamientos más significativos de la guerra. A pesar de los esfuerzos de los nacionales por tomar la capital, la resistencia republicana y la falta de experiencia de las tropas franquistas en la guerra urbana impidieron que Madrid cayera en las primeras fases del conflicto. La ciudad se convirtió en un símbolo de la lucha republicana.
- La Batalla del Ebro: Esta fue una de las últimas grandes ofensivas republicanas, pero terminó en derrota, marcando un punto de inflexión en la guerra a favor de los nacionales.
El final de la guerra (1939)
Con la caída de Barcelona en enero de 1939 y la huida masiva de republicanos hacia Francia, los nacionales avanzaron hasta llegar a Madrid en marzo de 1939. El 28 de marzo, Madrid cayó y, el 1 de abril, Franco emitió su último parte de guerra, proclamando la victoria del bando nacional.
Consecuencias de la Guerra Civil
La victoria de Franco significó el inicio de una dictadura que duró hasta 1975. La represión fue brutal, con miles de republicanos asesinados, encarcelados o exiliados. La Guerra Civil dejó una profunda división social y política en España, cuyas secuelas perduraron durante décadas. Además, la Guerra Civil Española fue vista como un enfrentamiento ideológico entre el fascismo, el comunismo y el liberalismo, y su desenlace favoreció el establecimiento de un régimen autoritario y conservador bajo el control de Franco.
Francesc Macià (1859-1933)
- Obra política: Fundador de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en 1931, fue un defensor del autogobierno catalán. En 1931 proclamó la República Catalana, que se integró en la Segunda República Española, buscando una Cataluña independiente dentro de una federación de pueblos libres.
- Ideología: Nacionalista catalán, republicano y de izquierdas. Defendió la autonomía política y económica de Cataluña y abogó por una federación republicana para España.
Lluís Companys (1882-1940)
- Obra política: Fue presidente de la Generalitat de Cataluña entre 1934 y 1939. Durante la Guerra Civil, se alineó con el gobierno republicano y lideró la resistencia contra el franquismo. Tras la derrota republicana, fue arrestado y ejecutado por el régimen de Franco.
- Ideología: Nacionalismo catalán, republicano y socialista. Fue un firme defensor de la autonomía catalana y las reformas sociales, promoviendo un catalanismo de izquierdas y la solidaridad internacional.
Manuel Azaña (1880-1940)
- Obra política: Fue presidente del Gobierno y de la República española. Promovió importantes reformas sociales, políticas y culturales, como la Ley de la Reforma Agraria y la Ley de Reforma Militar. Fue clave en la consolidación de la Segunda República y la implementación de una España laica.
- Ideología: Republicano, progresista y liberal. Su visión era una España democrática y moderna, profundamente laica, y luchó contra el clero, el caciquismo y el atraso del país. Defendió la democracia, la educación pública y los derechos civiles.
Niceto Alcalá Zamora (1877-1949)
- Obra política: Primer presidente de la Segunda República (1931-1936). Durante su mandato, intentó mantener el equilibrio entre los diferentes sectores políticos y sociales de España. Fue destituido en 1936 tras una crisis política y se exilió a Francia.
- Ideología: Republicano moderado, defensor de un sistema político democrático y unitario. Era favorable a una política de consenso y buscaba evitar los extremos, por lo que se posicionó contra tanto los sectores más conservadores como los más radicales.
Francisco Largo Caballero (1869-1946)
- Obra política: Fue líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y presidente del Gobierno durante la Guerra Civil (1936-1937). Abogó por una revolución social, la expropiación de tierras y la colectivización de la industria. Fue uno de los principales impulsores de la resistencia republicana frente al fascismo.
- Ideología: Socialista y marxista. Defendió un socialismo revolucionario y la revolución de clases. Para él, la lucha de clases era clave en la transformación de la sociedad española, y sus políticas buscaban el empoderamiento de la clase trabajadora y la reforma de las estructuras económicas y sociales.
Alejandro Lerroux (1864-1949)
- Obra política: Fue el líder del Partido Republicano Radical, un partido de corte liberal y conservador. Fue varias veces presidente del Gobierno en la Segunda República y desempeñó un papel importante en la política durante los primeros años de la República, aunque su postura fue de moderación en comparación con otros políticos de su época.
- Ideología: Republicano y anticlerical al principio, pero más tarde adoptó una posición conservadora. Defendió el republicanismo constitucional y fue crítico con el socialismo y el comunismo. Su enfoque era más pragmático y trataba de frenar el avance de los sectores más radicales.
José María Gil Robles (1898-1984)
- Obra política: Fue el líder de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), un partido de corte fascista y conservador. Apoyó la sublevación de Franco en 1936 y fue uno de los principales exponentes del autoritarismo en la Segunda República.
- Ideología: Fascista, conservador y católico. Abogó por un Estado fuerte y unitario, la restauración del orden y la supremacía de los valores tradicionales. Su visión para España era la de un régimen autoritario, basado en la religión, el orden y la jerarquía, en oposición al liberalismo y al socialismo.