Regencia de María Cristina (1885-1902): Turno de Partidos y Oposición en España

La Regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902) y el Turno de Partidos

Tras la muerte de Alfonso XII en noviembre de 1885, su viuda, María Cristina de Habsburgo, asumió la regencia de España hasta la mayoría de edad de su hijo, el futuro Alfonso XIII, en 1902. Fue una regente trabajadora, prudente y respetuosa con la Constitución.

Durante su regencia, perduró el turno pacífico de partidos, sistema ideado por Cánovas del Castillo para la Restauración. Este sistema consistía en la alternancia en el poder de los dos grandes partidos, el liberal y el conservador. Este periodo se caracterizó por una notable estabilidad institucional, en contraste con la inestabilidad de décadas anteriores y del posterior reinado de Alfonso XIII.

Características del Turno de Partidos

Las diferencias ideológicas entre conservadores y liberales no eran muy marcadas. Ambos partidos eran:

  • Monárquicos
  • Liberales
  • Defensores de la Constitución de 1876

Sus objetivos principales eran mantener a la burguesía en el poder y evitar el acceso al gobierno de izquierdas y ultraconservadores.

El partido liberal, liderado por Sagasta, defendía el sufragio universal masculino y mostraba una mayor inclinación hacia un reformismo social progresista y laico. Sin embargo, en la práctica, las acciones de ambos partidos al gobernar no diferían sustancialmente.

Funcionamiento y Críticas al Sistema

El sistema del turno no era democrático. Cuando el partido en el gobierno se desgastaba, se disolvían las Cortes y se convocaban elecciones. Se realizaba un acuerdo previo entre los partidos sobre el reparto de escaños (encasillado). Las elecciones eran manipuladas a través de diversas prácticas:

  • Caciquismo: Los caciques, especialmente en el ámbito rural, otorgaban favores a cambio de votos.
  • Chantaje y coacción: Se utilizaban para influir en el voto.
  • Fraude electoral: Falsificación del censo, compra de votos, etc.

Estos métodos aseguraban que los resultados electorales no reflejaran la voluntad popular. El sistema se mantuvo, en parte, debido a la apatía política de la población.

El Pacto de El Pardo y los Gobiernos de la Regencia

Tras la muerte de Alfonso XII, Cánovas promovió el Pacto de El Pardo con los liberales, estableciendo las bases del turno. Cánovas renunció al poder, y Sagasta formó el primer gobierno de la regencia, que duró cinco años (1885-1890), conocido como el «gobierno largo». Durante este periodo, se aprobaron:

  • Ley de Asociaciones
  • Sufragio universal masculino (aunque desvirtuado por la corrupción electoral)
  • Nuevo Código Civil

Después del gobierno largo de Sagasta, se sucedieron gobiernos conservadores (1890) y liberales (1892). En 1895, Cánovas asumió la presidencia hasta su asesinato en 1897. Tras el gobierno del conservador Francisco Silvela, Sagasta volvió a la presidencia, y durante este mandato se declaró la mayoría de edad de Alfonso XIII.

Política Exterior

La política exterior durante los gobiernos de Cánovas se caracterizó por la prudencia. España ya no era una gran potencia y, en plena expansión imperialista europea, no podía competir en igualdad de condiciones. Las colonias españolas en ultramar eran objeto de deseo de otras naciones.

La Oposición al Sistema: Republicanos, Carlistas y Socialistas

Durante la Restauración, republicanos, carlistas y socialistas quedaron relegados a la oposición.

  • Republicanos: Divididos y con poco prestigio tras el fracaso de la I República. Demandaban democracia, derechos para los obreros y expropiación de tierras.
  • Carlistas: En declive tras su derrota militar en 1876. Con escaso apoyo electoral y divisiones internas.
  • Socialistas: El PSOE, fundado en 1879, fue ganando fuerza lentamente, defendiendo los derechos de la clase trabajadora.

El Surgimiento de los Nacionalismos Periféricos

A finales del siglo XIX, surgieron movimientos políticos nacionalistas. El nacionalismo defiende el derecho de un pueblo con una lengua, historia y cultura comunes a constituirse en un Estado independiente. Aunque el fenómeno se extendió por varias regiones (Galicia, Valencia, Andalucía), fue especialmente relevante en Cataluña y el País Vasco.

Nacionalismo Catalán

El nacionalismo catalán tenía profundas raíces históricas y culturales. Cataluña, la región más desarrollada de España, se sentía orgullosa de su identidad. La Lliga Regionalista, liderada por Francesc Cambó, representaba a la burguesía catalana y pedía:

  • Autonomía (no independencia)
  • Protección para el empresariado catalán

El proletariado no simpatizó con este catalanismo. El movimiento cultural asociado fue la Renaixença, que buscaba recuperar la lengua y las señas de identidad catalanas.

Nacionalismo Vasco

El Partido Nacionalista Vasco (PNV), fundado por Sabino Arana en 1895, era:

  • Independentista
  • Católico
  • Defensor del euskera y las tradiciones vascas

El País Vasco era una zona industrialmente desarrollada. Los nacionalistas vascos rechazaban a los inmigrantes «maketos» (trabajadores de otras regiones), lo que confirió al nacionalismo vasco tintes xenófobos. Idealizaban la vida rural tradicional vasca. Inicialmente, tuvo escaso apoyo popular e intelectual.

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