El Régimen Franquista: Origen, Consolidación y Oposición (1939-1975)

Origen y Naturaleza del Franquismo (1939-1975)

El franquismo fue un régimen dictatorial que nació durante la Guerra Civil Española. Se apoyaba en el partido único, el Movimiento Nacional. Franco concentró todo el poder legislativo y ejecutivo, rodeándose de ministros de confianza. No contó con un parlamento democrático ni una constitución en el sentido moderno. Se promulgaron las «Leyes Fundamentales», entre las que destacaba la Ley de Principios del Movimiento Nacional.

Rasgos Principales del Franquismo

  • Rechazo de la burguesía liberal y nostalgia de la España imperial del pasado.
  • Rechazo del liberalismo y la democracia.
  • Represión del marxismo y el comunismo.
  • Nacionalismo español excluyente, xenofobia y catolicismo conservador.

Apoyos Sociales e Institucionales del Régimen

El régimen franquista contó con el apoyo de diversas instituciones y grupos sociales:

  • El Ejército: Participaba activamente en los consejos de ministros y en las Cortes. Poseía jurisdicción sobre los delitos políticos, lo que le otorgaba un gran poder represivo.
  • La Falange: Inicialmente, aportaba el componente ideológico fascista y el fervor patriótico. En 1937, la Falange se integró en el Movimiento Nacional, perdiendo gradualmente su influencia, especialmente a partir de 1945.
  • La Iglesia Católica: Se dividía entre la Acción Católica Nacional de Propagandistas (ACNP) y el Opus Dei. El Concordato de 1953 consolidó la presencia de la Iglesia en la enseñanza y la vida intelectual. Los obispos participaban en las Cortes, reforzando la legitimidad religiosa del régimen.
  • Apoyos Sociales: La dictadura fue respaldada por terratenientes, grandes empresarios, parte de las clases medias y sectores católicos conservadores.
  • Monárquicos: Se dividían entre carlistas (tradicionalistas) y donjuanistas (partidarios de la restauración borbónica en la figura de Don Juan de Borbón).

Evolución Política y Coyuntura Internacional

La Construcción del Régimen (1939-1951)

Esta etapa estuvo marcada por la figura de Ramón Serrano Suñer. Existía un partido único, la FET de las JONS, donde predominaban los falangistas y militares. También participaron católicos, como los miembros de la ACNP y el Opus Dei.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el régimen franquista mantuvo un apoyo disimulado hacia la Italia fascista y la Alemania nazi. Aunque España no intervino directamente en el conflicto, proporcionó materias primas a las potencias del Eje y cooperó en la invasión de la Unión Soviética a través de la División Azul. España llegó a acordar su entrada en la guerra en 1940, pero esta se pospuso. La derrota del Eje obligó a Franco a adoptar una postura internacional más neutral y a prescindir de Serrano Suñer.

El Ascenso de los Católicos y el Aislamiento Internacional (1945-1951)

A partir de 1945, se inició una etapa de «nacionalcatolicismo», con la figura clave de Carrero Blanco. Se marginó a los falangistas más radicales. Se promulgaron nuevas normas con el objetivo de dar una apariencia más «institucional» al régimen:

  • Fuero del Trabajo: Una declaración de derechos de los trabajadores y obligaciones de las empresas, pero sin sindicatos libres.
  • Ley Constitutiva de las Cortes: Se creó una asamblea consultiva, sin poder legislativo real.
  • Fuero de los Españoles: Recogía los derechos y deberes fundamentales, pero sin garantías democráticas.
  • Ley del Referéndum Nacional: Permitía la convocatoria de consultas populares, pero sin libertad de expresión ni de oposición.
  • Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado: Establecía que España era un reino y preveía la sucesión de Franco, aunque sin especificar quién sería el sucesor.

Después de 1945, la ONU condenó al régimen franquista, lo que llevó a un bloqueo económico y a un aislamiento internacional. El primer franquismo buscó la autarquía (autosuficiencia económica), pero esto provocó un estancamiento económico generalizado.

La Consolidación del Régimen (1951-1959)

Esta época se caracterizó por el crecimiento de la influencia de los «tecnócratas», ministros católicos, muchos de ellos vinculados al Opus Dei, como Laureano López Rodó. Estos tecnócratas impulsaron un cierto crecimiento económico. Carrero Blanco reunió a un grupo de monárquicos que desplazó a la Falange y a los militares más inmovilistas.

Se produjo una mayor apertura económica. España firmó acuerdos con Estados Unidos, permitiendo la instalación de bases militares estadounidenses en territorio español a cambio de ayuda económica y militar. España fue admitida en la ONU en 1955. Se promulgó la Ley de Principios Fundamentales del Movimiento, que reafirmaba los pilares ideológicos del régimen: patria, familia y religión.

El Tardofranquismo y el Desarrollismo (1959-1975)

El régimen se mantuvo en el inmovilismo político y la represión, aunque adoptó una apariencia más moderna para garantizar su continuidad. El peso de los tecnócratas fue aún mayor. La Ley de Prensa de 1966 suprimió la censura previa, pero la sustituyó por un sistema de multas que seguía limitando la libertad de expresión. Se produjo el nombramiento de Juan Carlos de Borbón como sucesor a título de rey.

A partir de 1967, surgieron sectores «involucionistas» dentro del régimen, formados por civiles y militares que consideraban que se estaba siendo demasiado liberal y pedían la vuelta al espíritu de la sublevación militar de 1936. El estallido del escándalo Matesa provocó el nombramiento de un nuevo gabinete presidido por Carrero Blanco. El asesinato de Carrero Blanco por ETA en 1973 frenó las tímidas reformas. Carlos Arias Navarro fue nombrado presidente del gobierno. Los tecnócratas fueron apartados del poder y se formó un nuevo gobierno con mayor presencia de ministros falangistas. En noviembre de 1975, Franco murió, dejando un régimen en crisis.

La Oposición al Franquismo

La resistencia al régimen franquista fue inicialmente muy escasa. Destacaron los republicanos en el exilio, algunos monárquicos (como Don Juan de Borbón, que presionó sin éxito a Franco para que le cediera el poder) y los maquis (guerrilleros antifranquistas). Durante los años 50, hubo algunos conflictos universitarios y huelgas obreras.

A partir de mediados de los años 60, la oposición se incrementó:

  • Aumentó la presencia de la izquierda republicana y el terrorismo.
  • Creció la protesta obrera, con la aparición de sindicatos clandestinos como Comisiones Obreras (CCOO).
  • Se desarrolló un importante movimiento estudiantil antifranquista.
  • La oposición política se reorganizó, liderada principalmente por el Partido Comunista de España (PCE). El PSOE no se renovó hasta 1972, cuando Felipe González se convirtió en el líder del partido. Surgieron plataformas unitarias como la Junta Democrática.
  • En cuanto al terrorismo, destacó ETA, que evolucionó hacia el independentismo radical y llevó a cabo asesinatos, secuestros y extorsiones.

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