Transformación del Orden Mundial: De la Guerra Fría a los Conflictos Balcánicos

Relaciones Internacionales en los Años 90

El enfrentamiento entre EE.UU. y la URSS tuvo una repercusión mundial. En Europa, las consecuencias más directas fueron la disolución del bloque del Este, que dio origen a 15 estados independientes. La ONU se vio muy reforzada con el fin de la Guerra Fría, generando nuevos conceptos y programas de actuación.

El Final de la Guerra Fría

La necesidad de reconducir la economía de la URSS obligó a Gorbachov a suavizar la tensión hacia EE.UU. En 1988 se dieron los primeros pasos hacia el compromiso de reducción de armamento nuclear, con el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START) en 1991. En 1989, cambios revolucionarios en los países del bloque del Este culminaron con la caída del Muro de Berlín y la reunificación de Alemania en 1990. En 1991 se produjo un intento de golpe de Estado en Moscú que acabó con la desaparición de la URSS.

El Nuevo Orden Internacional

Ninguna potencia podía garantizar la estabilidad y el equilibrio internacional. EE.UU. era líder, con una gran fortaleza económica, amplia capacidad militar y gran influencia político-ideológica. Le seguía Rusia, heredera del potencial de la URSS, pero condicionada su política exterior por los graves problemas internos. Otros actores importantes fueron China, Francia, Gran Bretaña, Japón y Alemania, con amplios recursos económicos y comerciales y capacidad de influencia internacional.

Aparición de nuevos agentes internacionales e incremento de la importancia de las organizaciones internacionales en la toma de decisiones ante los cambios, conflictos y retos de la sociedad. A nivel regional, las organizaciones económicas y de defensa (la OTAN era el pilar de la política de defensa), aparición de ONG’s, las multinacionales que controlaban dos terceras partes del comercio internacional con poder e influencia y que asentaban sus factorías, y los grupos religiosos.

Transformación de las amenazas a la seguridad internacional y desafíos al desarrollo de la sociedad mundial. El desarrollo científico-militar, la explosión demográfica e inestabilidad financiera fueron los nuevos problemas en la política internacional.

La Segunda Guerra del Golfo

El final de la guerra entre Irán e Irak (Primera Guerra del Golfo, 1980-1988) dejó a Irak con grandes deudas de guerra con EE.UU., Arabia Saudí y Kuwait. Irán necesitaba recuperarse de las consecuencias de la guerra. El 2 de agosto de 1990, columnas blindadas de Saddam Hussein cruzaron la frontera y tomaron posiciones estratégicas, ocupando los centros del país. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas exigió a Irak la retirada de Kuwait y el bloqueo mundial de su comercio exterior. Si Saddam no abandonaba Kuwait, debía ser expulsado empleando la fuerza, comenzando así la Segunda Guerra del Golfo. La primera operación fue defensiva, la Operación Escudo del Desierto, cuyo fin era impedir la invasión de Arabia Saudí. La segunda, ofensiva, fue por tierra, ocupando Kuwait y atacando a unas tropas que casi no opusieron resistencia. Kuwait se liberó, pero se encaró a una postguerra que ocasionó la destrucción de pozos e instalaciones petrolíferas, provocando una catástrofe ecológica y grandes pérdidas económicas.

Descomposición de Yugoslavia y las Guerras Nacionalistas

El Estado Yugoslavo tuvo su vocación de comunidad federal, pero la fortaleza de los nacionalismos que cobijó, en un territorio dominado por los imperios otomano y austro-húngaro, fue un factor de inestabilidad. La crisis económica produjo en Yugoslavia una fuerte migración de las zonas rurales hacia las grandes ciudades, lo que en Kosovo ocasionó la retirada de la población serbia, aumentándose el peso de los albaneses, que pidieron más autonomía. En la antigua Yugoslavia se enfrentaron unas repúblicas con otras con fuertes consecuencias para sus habitantes. Los daños económicos fueron enormes, se destruyeron ciudades enteras, infraestructuras de transporte e instalaciones industriales, y se produjeron sucesos de limpieza étnica. Un conflicto afectó al norte y centro de la Federación con la aparición de las nuevas repúblicas independientes, y otro se centró en Kosovo.

La Guerra de Eslovenia

Eslovenia proclamó su independencia el 25 de junio de 1991. Milosevic ordenó al Ejército federal ocupar la República. Fue la Guerra de los Diez Días y acabó con la retirada del Ejército federal y el reconocimiento de la independencia de Eslovenia.

La Guerra de Croacia

El proceso de segregación de Croacia fue complicado por la mezcla de croatas y serbios en el mismo territorio, y por cambios legislativos que se centraban en la nacionalización de la República. El 25 de junio de 1991 estalló la Guerra de independencia de Croacia. La población croata abandonó las ciudades fronterizas con Serbia y Bosnia.

El 14 de enero de 1992, Croacia fue reconocida por la UE y entró en la ONU. En 1995, el ejército croata ocupó todos los territorios que estaban fuera de su control. Los compromisos de paz se lograron con los Acuerdos de Dayton, por los que se reconocían las repúblicas de Croacia, Bosnia-Herzegovina y Serbia.

La Guerra de Bosnia

Bosnia estaba formada por serbios (ortodoxos), croatas (católicos) y musulmanes bosnios. Los serbios querían la continuidad federal, y los croatas y musulmanes, un movimiento secesionista. En 1992 se proclamó la independencia. Se selló la paz entre Croacia y Serbia, y se reconoció la independencia de Bosnia con el acuerdo entre las comunidades para la formación constitucional de una República Federal (serbobosnia) y una bosniocroata.

Independencia de Macedonia y Montenegro

La independencia de la República de Macedonia en 1991 había sido la única pacífica en el proceso de desintegración yugoslavo. Más tarde se aprobó la independencia de la República de Montenegro.

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