II República Española: Del Bienio Conservador al Frente Popular (1933-1936)

La II República Española. Bienio Negro y Frente Popular

Los resultados de las elecciones generales de noviembre de 1933 cambiaron por completo el panorama político y parlamentario. Los partidos republicanos de izquierdas y socialistas sufrieron una clara derrota frente a los partidos de derechas. La CEDA, cuyo líder es Gil Robles, se convierte en el partido más votado con 115 escaños, seguido por el Partido Radical, dirigido por Lerroux. Entre ambos partidos, se produce una gran diferencia: el catolicismo.

Esta victoria está marcada por varios sucesos. La decepción con la República llevó a muchos anarquistas a no votar, llegando la abstención al 50% en algunos puntos de España. Además, fueron las primeras elecciones en las que las mujeres votaron, muchas bajo la influencia de la Iglesia.

Alcalá-Zamora encarga la formación de gobierno a Lerroux, que cuenta con el apoyo parlamentario de la CEDA. Su programa político consistió en rectificar las reformas del período de Azaña. El Partido Radical vivió una serie de conflictos interiores encabezadas por Martínez Barrio, que consideraba que la política de Lerroux violaba los principios republicanos.

Al mismo tiempo, el clima en España comenzó a tensarse. Las huelgas crecieron y se comenzaron a plantear como medio de lograr la revolución social.

El giro conservador y la Revolución de Octubre de 1934

En octubre de 1934, Lerroux decide incluir en su gobierno a tres ministros de la CEDA. Ante este giro conservador, que ya se temía, y sumado al crecimiento del fascismo en Europa, el PSOE, con el apoyo de comunistas y anarquistas, convoca una huelga revolucionaria que debería desembocar en una insurrección popular. La revolución fue muy desigual y en ciertos lugares se vivió con más intensidad.

En Asturias, socialistas, comunistas y anarquistas crearon un comité revolucionario, controlaron las principales ciudades de la cuenca minera, cercaron Oviedo y proclamaron la República Socialista. El gobierno tuvo que recurrir a la Legión, dirigida por el general Franco, que después de duros combates consiguió recuperar el control sobre la región. En Barcelona, el conflicto se inició por una ley de contratos de cultivo y terminó con el gobierno central bombardeando el Palacio de la Generalitat y suspendiendo la autonomía catalana.

La formación del Frente Popular

Tras la derrota de la revolución de octubre, el gobierno desató una dura represión contra los participantes, que se saldó con varias ejecuciones, encarcelamientos y despidos de los implicados. Esta política sirvió para unir a todas las fuerzas del centro-izquierda contra el gobierno. De aquí surgirá la idea de crear un Frente Popular, una coalición de partidos que irían juntos a las próximas elecciones y que abarcaba desde los republicanos de izquierda hasta el partido comunista.

A finales de 1935, el gobierno se ve salpicado por el escándalo del estraperlo, que surge cuando se descubre que parientes de Lerroux han recibido comisiones por autorizar la introducción en los casinos de juego de una ruleta rusa trucada y diseñada por los austriacos Strauss y Perl. Ante el escándalo, Lerroux tiene que dimitir y Alcalá-Zamora convoca nuevas elecciones para febrero de 1936.

El triunfo del Frente Popular y la inestabilidad política

A las elecciones acude el centro-izquierda, unido en el Frente Popular. Por el contrario, los partidos de centro y de derechas acuden ahora separados. El resultado fue el triunfo, por pocos votos, del Frente Popular.

Azaña es el encargado de presidir el nuevo gobierno y se encargó de restaurar las reformas del bienio azañista y decreta una amnistía general para los represaliados por la revolución de octubre de 1934. En el mes de mayo, Alcalá-Zamora es destituido de la Presidencia de la República por las Cortes. En su lugar eligen a Azaña como nuevo Presidente de la República, que designa a Casares Quiroga como jefe de gobierno. El gobierno no contó con el apoyo unánime de los socialistas, divididos entre la postura de Prieto, partidario de la colaboración con la burguesía de izquierdas, y la de Largo Caballero, contraria a esta colaboración.

Los resultados de las elecciones de febrero no lograron sosegar la vida política. Durante los meses de abril a junio de 1936, los extremismos de la derecha y la izquierda se desataron.

Los sindicatos promueven una intensa actividad huelguística reivindicando mejoras salariales, lo que provoca el pánico entre los empresarios, que a veces decretan el cierre de las fábricas. A su vez, los partidos de la derecha monárquica apelan directamente a la insurrección militar. Crecen los enfrentamientos callejeros entre militantes de extrema derecha y militantes sindicales y obreros. Fruto de esta violencia se producen unas 200 muertes. José Antonio Primo de Rivera es encarcelado tras descubrirse armas en la sede de Falange. En las Cortes los diputados se enzarzan en violentas discusiones. En este ambiente, el 12 de julio, el teniente Castillo de la Guardia de Asalto, conocido por sus simpatías izquierdistas, es asesinado por un comando de extrema derecha. Como respuesta, compañeros de la víctima asesinan al diputado Calvo-Sotelo.

El golpe de Estado y el inicio de la Guerra Civil

Desde el triunfo electoral del Frente Popular, varios sectores de la oligarquía, la derecha política y el Ejército empiezan a pensar en un golpe militar. Ante estos rumores, el gobierno reacciona tímidamente enviando a destinos alejados a los militares sospechosos. El asesinato de Calvo-Sotelo provoca una gran conmoción y sirve para que algunos militares indecisos se sumen a los preparativos para la sublevación, que finalmente se adelanta al 17 de julio. Ese día comienza la insurrección en Melilla y Ceuta. El 18 de julio la sublevación se extiende a la Península. Empieza así la Guerra Civil.

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