La fijación de los frentes
Inmediatamente después del golpe de Estado, los sublevados crearon una Junta de Defensa Nacional, organismo que haría las funciones de gobierno en los territorios bajo su control. Dos hechos importantes tuvieron lugar en el primer año de guerra, que hicieron recaer el mando supremo en Franco. El primero sucedió el 20 de julio de 1936, cuando el general Sanjurjo murió en un accidente aéreo, y casi un año después le sucedió lo mismo a Mola. El segundo suceso aconteció cuando la Junta de Defensa Nacional, establecida en Burgos, nombró a Franco «Generalísimo de los ejércitos» y Jefe del Gobierno en septiembre de 1936. Es a partir de este momento cuando es apropiado referirse al bando sublevado como «franquista». Al mismo tiempo Franco comenzó a ser denominado como el «Caudillo», imitando la denominación de dictadores contemporáneos como el «Duce» (Mussolini) o el «Führer» (Hitler).
La batalla por Madrid
Entre julio y agosto las tropas del Ejército de África, como hemos visto, pasaron a la península. En un movimiento convergente, las fuerzas sublevadas avanzan a través de Extremadura y desde Navarra en dirección a Madrid. El gobierno republicano huyó de la capital y se estableció en Valencia. En octubre, un decreto del gobierno creó el Ejército Popular, que militarizó a las milicias. Con la llegada de las Brigadas Internacionales, la ofensiva franquista fracasó a las puertas de Madrid, cuya defensa dirigieron los militares Miaja y Rojo. La defensa de la capital estuvo igualmente animada por los discursos encendidos de Dolores Ibárruri, «la Pasionaria», importante líder del PCE. Posteriormente tienen lugar las batallas del Jarama y Guadalajara, la cual constituyó un importante fracaso italiano. En febrero de 1937, Málaga cayó ante las tropas franquistas e italianas. En esta ciudad, el miedo a las represalias y un estado generalizado de pánico llevó a que miles de personas iniciasen un viaje desesperado en dirección a Almería, mientras que la marina y la aviación franquistas bombardearon a los que huían, causando muchas bajas, en un episodio que se conoce como «la Desbandá».
La ofensiva del norte y las batallas de Aragón
Al no poder tomar Madrid, el general Franco decidió golpear en el norte peninsular, donde se encontraba la zona más industrializada del territorio bajo control republicano. La ofensiva comenzó en el País Vasco, y sucesivamente cayeron Bilbao, Santander y Gijón. En abril de 1937 tuvo lugar el bombardeo de la población de Guernica por parte de la aviación alemana de la Legión Cóndor. Murieron cientos de civiles y la ciudad quedó completamente destruida, hecho que fue inmortalizado por Pablo Ruiz Picasso en su famosa obra Guernica. Por su parte, el ejército republicano condujo dos grandes operaciones militares en Brunete y Belchite. Conquistado el norte, Franco proyectó cortar la comunicación entre Madrid y el Levante peninsular mediante la ofensiva de Aragón, llegando al Mediterráneo por Castellón. De esta manera, el territorio republicano quedó dividido en dos.
Batalla de Brunete
La localidad de Brunete ha dado nombre a una de las batallas más importantes de la Guerra Civil. Entre el 6 y el 25 de julio de 1937 se desarrolló la contienda, que comenzó con la ofensiva del ejército republicano, con el objetivo de aliviar la presión sobre el Madrid sitiado por los nacionales y que éstos se vieran obligados a retirar tropas del norte de España.
El plan, diseñado por el coronel Rojo, consistía en lanzar un ataque de N a S, desde la carretera de Majadahonda a El Escorial y avanzar, rompiendo las líneas enemigas, hasta alcanzar Móstoles y Navalcarnero. Por parte republicana intervinieron dos cuerpos de ejército: el V, mandado por el general Modesto y el XVIII, por el coronel Casado, bajo el mando supremo del general Miaja. Por parte de los nacionales intervinieron la 71ª División, de Iruretagoyena, la 13ª del general Barrón, la 12ª División, de Asensio Cabanillas y la 150ª División, de Sáenz de Buruaga. Partiendo de posiciones cercanas a Valdemorillo, durante la noche del 5 al 6 de julio las tropas de Líster tomaron Brunete. Del 7 al 11 se ocuparon Quijorna, Villanueva del Pardillo y Villafranca del Castillo. A partir de este avance fulgurante la ofensiva comienza a perder fuerza y los nacionales comienzan su contraofensiva el día 16 recuperando terreno, poco a poco. El día 27 ha terminado todo, quedando el frente de nuevo estabilizado, con un pequeño avance republicano, que costó la muerte de alrededor de 20.000 soldados republicanos y de 17.000 nacionales. Los costes humanos y materiales, para uno y otro bando, fueron enormes, estando considerada esta batalla como una de las más sangrientas de la Guerra Civil.
La victoria franquista
Entre los meses de julio y noviembre de 1938, el ejército republicano llevó a cabo su última gran ofensiva en el Ebro. Tras una larga lucha de desgaste, las fuerzas republicanas se retiraron dejando tras de sí miles de bajas y toneladas de material. El ejército franquista inició la ofensiva final contra Cataluña, que fue conquistada entre diciembre y enero. Poco antes, el gobierno republicano, buscando un gesto hacia las potencias europeas y esperando que los franquistas renunciaran a la ayuda extranjera, decidió retirar a las Brigadas Internacionales. Tras la caída de Cataluña, el Presidente del Consejo de Ministros, Juan Negrín, abogó por continuar la lucha a toda costa, porque esperaba que la inminente guerra europea obligase a las democracias occidentales a intervenir. Por otro lado, muchos republicanos comenzaron a negociar con los franquistas, siendo el caso más destacado el golpe de Estado que dio el coronel Casado contra la República. Franco no pretendía otra cosa que la rendición incondicional. El 1 de abril de 1939 se emite el último parte de guerra, que rezaba así: «En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. El Generalísimo Franco. Burgos, 1º de abril de 1939».
Los líderes republicanos que no fueron capturados tuvieron que marchar al exilio, sobre todo a Francia y México, seguidos de millares de españoles. Además, con la victoria franquista dio comienzo una dictadura de casi cuarenta años en España.